domingo, 19 de noviembre de 2017

Odín en la poesía








Wotan y las Runas

Y Wotan dice:


“Yo sé que he estado pendiendo nueve largas noches

del árbol, helado por el viento del norte.


Por la lanza herido, en el sacrificio de Wotan.


En el mí mismo, en el Sí-mismo.


En el soberbio árbol, del que los hombres nada saben,

ni de que raíz brotó.


No se me ofreció alimento, ni hidromiel en cuerno,

para consolarme.


Hacia abajo vigilaba mi ojo.


Quejándome proyecté las runas.


Entonces caí a tierra.


Nueve cantos aprendí del Guerrero-Avatar,

el guerrero de la Bestla,

el hijo de Bölthorn.


Del más noble brebaje bebí un sorbo.


Y a florecer comencé, también a madurar.


Sabio llegué a ser.


La palabra me guiaba, de palabra en palabra.


La obra, de obra en obra.”


Otro poema:

"Mientras colgaba del frío árbol, por nueve noches heladas,

aprendí por fin quien en realidad era.
 
Herido por la lanza a Wotan consagrada,
hice de mí mismo un sacrifico a mi Ser.
 
Colgaba del árbol, cuna de los hombres,
que a la raza humana se esconde,
y mientras lo hacía, ni vino
ni pan se me ofrecía.


Y así, colgado, hacia adelante
me incliné y las runas aparecieron ante mí
y gritando de dolor las poseí.


Del árbol bajé.
Y me hice grande en sabiduría,
crecí en estatura, sané en bienestar,
y palabra tras palabra, nacieron las palabras,
y las hazañas le dieron forma a las hazañas.

Ahora conozco los cantares
como ningún sabio o hijo
del hombre lo hizo antes.
 
A las runas he dominado
y si alguna vez caen en tus manos,
¡Agárralas, sostenlas, úsalas
mientras escuchas sus cánticos!
¡Gloria a ti, si logras retenerlas!."