domingo, 19 de mayo de 2019

Eternos caminos oscuros de búsqueda



El viaje más agotador es aquel que busca la verdad, o las verdades,…
… porque estas permanecen enjauladas en capas de mentiras y manipulaciones.

Tal vez, lo mejor, sea aceptar nuestra naturaleza, esa que se enlaza entre cristales fríos y soledad. Esa naturaleza es la que me gusta, no aquella que despide vapores humanos llenos de falsedades.

Estamos presos, de alguna manera, entre dioses de mentira, creadores estelares, monstruos reptilianos, y pleyadianos que sucumbieron a los vahos de las entrepiernas de las mujeres terrestres, a los senos apetitosos de la lujuria.

Zigzagueamos entre pantanos religiosos, políticas extraterrestres, y los temores del hombre,… la especie más repugnante de todas aquellas creadas en los laboratorios universales.

Y no hablo ni disparo mi artillería en contra de los animalitos,… no...  Ellos son sabios,… reales… y actúan como son, sin caretas, sin misericordia, sin arrodillarse ante dioses siniestros que hacen y deshacen nuestro destino.

¿Por qué no dejaron que esta Tierra desapareciera y fuera polvo cósmico?

¿Intereses privados cósmicos, ambiciones estelares?
Es un conjunto de todo.

Y hoy, como siempre, seguimos esperando que alguien se apiade de este nefasto planeta, de su futuro, de su propio presente catastrófico… alguien debe limpiar tanta mierda que los “sapiens-sapiens” dejan,… han dejado, y dejarán sobre esta cáscara frágil que se sacude entre terremotos y caos.

Ahora, los estúpidos, aguardan el contacto de los invasores, porque solo “ellos” pueden guiar a esta raza débil al nuevo amanecer.
Los más imbéciles esperan la caída de un meteoro o cometa sobre la Tierra para que de alguna forma se concrete lo que algunos “iluminados” o “elegidos” han vaticinado, como si el hecho de que se concrete reafirme lo que cada cual cree y sigue en sus vidas.


“La diferencia del asunto es que un cometa simplemente sucede, no es como si fuera una opción activa para orquestar una zambullida ardiente en la tierra.
Es parte de la recurrencia universal sin fin.
Los humanos también somos solo un fragmento temporal de la naturaleza y la existencia, quizás el único ser autoconsciente en todo el cosmos, pero como todas las formas de vida, estamos programados instintivamente para permanecer vivos.” (Pensamiento del vocalista de una banda que sigo y que no quiero compartir)


LA VERDAD EN UN SEPULCRO

¿Existe la verdad? ¿La verdad absoluta?
No, no existe. 
Vive, pero muy lejos, tan distante que solo después de la muerte lograremos ver algo, muy difuso, una cosa que llamamos verdad. 

Pero aquí, en la materia, la verdad le pertenece a los lejanos, a los vigilantes, a los que nos odian, a los grupos de poder (aunque ellos solo saben algunas cosas, no toda la verdad, son demasiados idiotas y manipulables como para discernir un agujero negro del agujero de su ****)

La verdad permanece muerta.
La verdad no existe en este círculo de vida, en esta existencia vacilante…

Los días son torturas… no porque la vida valga algo, sino, porque, la vida humana debe desaparecer… hijos, padres… todo.

La vacuidad… es el todo.

Muerte a los dioses.

Humanos de mierda.

¿Los conceptos e ideas… desaparecen… en la vacuidad del caos, del olvido, o del odio a los dioses?

¿Existe algo…?

Si existe… ¿sirve para algo?

Todo lo que creemos conocer… ¿Sirve para alguna mierda?
Estos pensamientos… ¿Son un aporte positivo a la “evolución”?
Letras entrópicas. Nada nuevo.


… es un ciclo eterno de búsquedas…
¡Victoria o Walhalla!