jueves, 30 de noviembre de 2017

El Martillo de Asathørn: "No hay Retorno"


… no hay retorno.

… el viaje comenzó y nadie se ha dado cuenta.

… la penta-dimensión aguarda hasta el llamado final, cuando ya no haya escape.

… y se van todos… ricos y pobres, malvados y justos, los que quieren y los que no…

… hay algo de injusticia, lo sé… Pero ¿qué se puede hacer?

Caerán profecías en el intertanto, profetas elevados a niveles de “dioses”… caerán videntes y libros antiguos… la verdad será reducida y compacta… y saldrá a la luz.

No hay retorno tampoco para mi viaje.

Busco entre los espacios mi lugar…

… a veces… he divisado algo más allá de la conciencia, y agradezco esos flashes llenos de sensaciones donde las palabras para describir lo visto no existen.

El cuerpo no está preparado aún para romper el velo… las frecuencias saturan los oídos y la mente, y de pronto… un viaje lejos, estadía corta en lo indescriptible.

… no hay retorno. Lentamente Gea avanza a su evolución. Un salto cuántico lleno de misterios, un ajuste, una sintonía universal, un rompecabezas que se arma en el eterno puzzle cósmico.

Lo que una vez falló podrá ser reajustado. 

Ya tuvimos una primera muerte.

¿Retornamos a línea real del tiempo para in sécula?

Murmullos, y cantos. Sintonía radial numérica desde el Cor de la vida.

… el viaje ya está en marcha…

Juego con mi mente para encontrar más rápido el camino.

… no hay vuelta atrás, lo sé.

¿Qué rostros veremos cuando hayamos saltado la valla del tiempo y del ajuste?,

¿Qué sucederá con los negadores?,

¿Habrá algún tipo de justicia universal?

Mi mente es mi Taam. Los bosques mi templo. Mi soledad el encuentro. La enfermedad mi montaña. El mundo mi enemigo.

Suenan los tambores entre el frío de discordia y el abandono espiritual de Moenia.

“La indiferencia es el profundo opositor”.

“La indiferencia es el enemigo”.

Nadie observa con detenimiento. Nadie quiere mirar.

Se escuchan los tacones marchando por las calles y avenidas al son del que todo lo ve. Un desfile que él organiza para beneficio del caos, él es la enfermedad y la cura… todos ellos cambiando y mudando de piel. La justicia no existe.
El cielo ya no le concierne a nadie… solo es la ruta de pájaros y miradas.

… no hay retorno de la ceguera.

Phi estalla en mis oídos cada noche, es como una linda adicción. Es el sonido de la nieve… y la realidad cambia, y mis ritmos vibracionales también… es un profundo suspiro en el cuerpo del único Dios.

… el viaje comenzó y nadie se ha dado cuenta.

El Martillo cae desde lo alto, y se sacuden los conocimientos…. Y en la soledad del frío estiro la mano para tomar la vieja manzana… y morderla como ayer…