
¿Qué
debemos hacer - quienes amamos la naturaleza - para impedirle a los poderosos
que sigan destruyendo y contaminando
nuestra gleba, nuestra Tierra?
Sus
ambiciones y su culto al dinero, su nula empatía por los seres vivientes de
mares y bosques es el gran virus que enferma a nuestro hermoso planeta, a
nuestra preciosa extensión.
¿Existe
la voluntad de los gobiernos para buscar e investigar sobre las energías
renovables o el tema no es más importante que subirse los sueldos?
¿Hasta
dónde llega el lobby de los empresarios para impedir que las leyes sobre
contaminación y destrucción de los recursos naturales los afecte ($$$)?
¿Llegará
un momento donde tengamos que transformarnos en protectores de la madre Tierra
sin importar lo que esto implique?
¿Estamos
preparados para una guerra desatada en contra de los multimillonarios, empresas
y políticos que están detrás del sucio juego del carbón, del petróleo, y de las
megas fábricas asesinas de animales?
Al
parecer así será,... tendremos que levantar el hacha de la justicia, la espada
vengadora de la Tierra y nos uniremos a la madre que nos provee de todo para
luchar silenciosamente contra el dinero vil que le ha costado dolor al suelo de
nuestras naciones.
Ecos
fascistas atacando empresas, destruyendo camiones y maquinarias monstruosas
para darles una lección a los demonios del dólar.
El eco
fascismo no es igual a la anarquía.
Un eco
fascista no pelea en las calles destruyéndolo todo.
Un Eco
fascista no destruye la fuente laboral de nadie, no es un lúser sin vida, no es
un hombre frustrado que no tiene nada más que hacer, no es un loco lleno de
odio, no es un sicótico que no es capaz de diferenciar el bien del mal, no es
un enfermo mental que no le importa nada, no es un sociópata que se oculta tras
una máscara para desatarse en furia contra todo y contra todos.
Un eco
fascista es un hombre libre, lleno de bondad, que se impone límites, que se
auto domina, que ama lo valioso, que tiene virtudes, un hombre nuevo que
entiende su entorno y lo respeta, que ama su hogar… la Tierra.
Y el
colmo: Basura en el espacio…
¿Y
dónde están los políticos norteamericanos PRO ecología?
¿Dónde
está su voz para corregir lo que su propio gobierno colonialista le está
haciendo al espacio?
¿Siguen
viendo la paja en el ojo ajeno?
¿Esperan
que toda esa chatarra espacial caiga en una de sus ciudades para tener
«conciencia» del peligro al que nos exponen?
Los
gobiernos deben ser obligados a respetar las voluntades de los ciudadanos.
¿Es un
sueño? ¡Sí, es una locura!
¿Quién; alguna vez; escucha al pueblo? Tal vez estamos
condenados a pagar el precio de comprar, vender y crear tecnología, de crear
nueva basura casi imposible de desechar.
El
avance es un retroceso, un costo altísimo por vivir más cómodos y sueltos de
raja mientras la Tierra muere lentamente y en silencio.
El eco
fascismo no puede ser el brazo armado de ningún partido político... proteger la
naturaleza no puede ser parte del circo. Partidos ecologistas no son más que la
extensión de partidos rojos de izquierda que nos venden la pomada de ser pro en
todo, y son los mismos que apoyan sin asco el aborto, la homosexualidad y
cuanta aberración se les ocurra.
El
eco-fascismo es una simple y profunda visión de impedir que los asquerosos
ambiciosos del dinero tomen nuestra gleba y la azoten y la prostituyan en pos
de vivir con las racas llenas de dinero... dinero manchado con la sangre de la
madre Tierra.
¡Kümmern wir uns um unsere mutter erde!