martes, 31 de octubre de 2023

Rezyklon presenta: Zombis - ¿Es posible un apocalipsis de muertos vivientes?



Esta vez rezyklo un artículo sobre los zombis. Espero que lo disfruten.

 



Imagina despertar una mañana, tomar el teléfono, abrir las redes sociales y encontrar la noticia caótica que parte del planeta ha sido infectado por una extraña plaga de zombis, que quiere comerse a la humanidad entera. ¡No hay donde escapar!, pocos sitios donde esconderse, el apocalipsis de muertos caminantes ha llegado a la puerta de tu casa, los sobrevivientes narran en Whatsapp, X o Instagram historias de cómo sus familiares, conocidos, han sido arrastrado por este extraño fenómeno nunca antes visto. ¿Terrorífico no?

La llegada de una catástrofe de este tipo, solo ha sido vista como ciencia ficción. Existen múltiples series y películas famosas, reconocidas y galardonadas, que hablan acerca de un acontecimiento de este tipo: The Walking Dead, El Amanecer de los Muertos Vivientes, Guerra Mundial Z, Resident Evil, entre otras.

Lo primero que debemos tener en cuenta antes de preguntarnos si es posible una invasión zombi es:

¿De dónde proviene esta creencia?

¿Quién promovió la fama de la existencia de muertos andantes con ganas de arrancarle el cerebro a los seres humanos?

 

ORIGEN DE LOS ZOMBIS



La primera fuente occidental que resonó el asunto fue el escritor Moreau de Saint-Méry. En 1797, el viajero de origen francés recogió el término «zombi», refiriéndose a la creencia de los esclavos haitianos. Su etimología deriva de «nzambi», palabra en lengua kongo que designa al alma, o, según otros, de «zumbi», que se refiere a fetiche.

Después de eso, el concepto se conoció de dos formas: un espíritu sin cuerpo y un cuerpo sin alma.

Esto hacía referencia a una persona sepultada, totalmente inconsciente y desterrada de la tumba por un chamán que pasa a convertirse en su amo. En el año 1864, el Gobierno Haitiano creyó necesario introducir un artículo en el código penal, en el cual castigaba el envenenamiento con elementos que, sin causar algún deceso, pudieran producir un letargo prolongado.



Como figura reconocida, el zombi se internacionalizó en el año 1929, gracias al libro, The Magic Island (La isla mágica), escrito por el norteamericano William Seabrook. Desde que se veía el título de la obra literaria, todos podíamos imaginarnos a Haití envuelto en episodios esotéricos. Aparte, el libro hablaba del vudú como un tipo de magia negra, resaltando que es una auténtica religión emparentada con la conocida santería cubana.



Seabrook, sedujo al público estadounidense con el libro, ya que por vez primera hablo de manera creativa sobre plantaciones cultivadas por muertos vivientes, rituales con tambores caribeños, sacrificios e interminables y danzas nocturnas. Este repentino interés por la cultura Haitiana, tuvo mucho que ver con la ocupación por los Estados Unidos entre 1915 y 1934 del país centroamericano, donde impusieron un régimen neocolonial.

El boom por los zombis hizo que por vez primera, se documentaran algunos casos. «Quien busca, encuentra», dice el famoso refrán. Entre las historias más sonadas, se encuentra la de Felicia Felix, quien falleció en el año 1907 y ‘reapareció’ en 1936; otra muy conocida es la de Clairvius Narcisse. En 1980 se le vio vagando cerca de su ciudad natal después que los médicos certificaron su muerte en 1962. En relación al primer caso, hay algunos cabos que no se ataron ya que no se confirmó que se tratara de la misma persona, en cuanto al segundo, no hubo dudas.




La macabra fama ha llevado a los científicos a investigar si es posible una catástrofe zombi.

 

APOCALIPSIS ZOMBI



Existen numerosas teorías en relación de un posible apocalipsis zombi en el planeta tierra. Los científicos tienen opiniones opuestas en la mayoría de los casos y de acuerdo al estudio, se comparten la posibilidad de una posible plaga zombi.

¿Es posible que ocurra un apocalipsis zombi?

Te sorprenderá saber que es posible, y aquí tienes las razones.

 

PARÁSITOS CEREBRALES



Existen algunos parásitos que se adueñan del cerebro de algunos seres y los vuelven zombis. El toxoplasma gondii infecta a las ratas y les quita la voluntad propia. Las ratas se dejan comer sin saberlo. El mismo parásito hace que se transforme a sí misma en comida. De repente solo se trata de ratas, pero hay que tener claro que los organismos no son del todo diferentes y la toxoplasmosis puede mutar.

 

NEUROTOXINAS

Se sabe del caso de venenos, como por ejemplo el del pez fugu, que se encargan de volver lentas las funciones corporales a tal punto de que la persona parece muerta. Con químicos alcaloides se puede traer a la persona a la vida pero no recordará absolutamente nada, aunque realice algunas actividades normales como dormir o comer. Esto ya ha ocurrido en Haití, donde se volvían zombi a personas para usarlas en las reconocidas plantaciones como trabajadores.

 

VIRUS QUE CREA VIOLENCIA

Acá entra como ejemplo la conocida enfermedad de la vaca loca, que afecta la médula espinal y el cerebro de la vaca volviéndola muy violenta. Cuando algún ser humano consume esta carne, corre el riesgo de contagiarse con la enfermedad. Parte de los síntomas son la falta de coordinación, alucinaciones, problemas para caminar y demencia. No nos volveremos zombis, pero quedan las posibilidades abiertas para que otros virus entren.


NEUROGÉNESIS

¿La neurogénesis puede usar células madre para regenerar tejido del cerebro?

Todo parece indicar que sí y lo que sería una muerte cerebral ya no es un problema a futuro. La animación suspendida existe, y con ese método, quienes tuvieron heridas en el cerebro pueden volver a la vida. No todo es color de rosa, el gran problema es que la parte que se regenera es solo la del interior, y la parte que controla las emociones muere definitivamente. Solamente permanecen activas aquellas zonas que nos permiten tener movilidad y controlar pocas funciones del cuerpo. Obviamente esto te hace un zombi, o por lo menos alguien que solo camina y come, pero no siente más nada.

 

NANOTECNOLOGÍA

Como su nombre lo indica, los nanobots son pequeños robots que funcionan dentro del cuerpo de una persona, inclusive mucho más de 30 días después de haber muerto. Según investigadores, los nanobots podrán en algún momento de la historia, alterar las conexiones neuronales cuando se encuentren dañadas.

Lo que es poco probable es que los nanobots usen tu cerebro aún después de muerto para mantener tu cuerpo en funcionamiento, pero existe la posibilidad. El problema es el mismo que en la neurogénesis: solo se arreglan las funciones motoras simples.

¿No te convertiría eso en un zombi?

 

¿SOBREVIVIRÍA UN ZOMBI EN NUESTRO PLANETA?



Ya explicamos porque es posible que exista un apocalipsis zombi. A continuación evaluaremos si existe la posibilidad de que resista a los diferentes factores, climas y situaciones que se le presenten en nuestro planeta.

Si tomamos en cuenta que los zombis «solo comen carne humana», esta no le brindaría los componentes ni las energías necesarias para caminar sin parar.

El clima afectaría a los zombis de muchas maneras. El altísimo calor o la gran humedad, acelerarían el deterioro de la carne zombi (que está podrida) ya que sería el yacimiento perfecto para la proliferación de insectos y bacterias, que descomponen todo aquello donde se establecen. El calor de un desierto también derretiría a los zombis en cuestión de minutos.

 

«WINTER IS COMING»

El invierno llegaría y los huesos de los zombis se volverían más frágiles de lo que ya son. Si tenemos en cuenta las bajas temperaturas, el más mínimo golpe o tropiezo podría hacer que sus esqueletos colapsaran por completo.

Los rayos ultravioleta del sol, los vientos huracanados, la lluvia y el granizo también acabarían con nuestros amigos zombis.

Como todos sabemos, a los zombis les falta de cerebro. ¿Qué significa eso? Que no pudieran trabajar el sistema nervioso central, el que controla toda nuestra actividad muscular disparando señales eléctricas que caminan desde el cerebro hasta las células musculares, para luego contraerse en respuesta a las órdenes de la materia gris.

¡Un zombi no podría hacer todo esto!

 

CONSEJOS PARA SOBREVIVIR A UN APOCALIPSIS ZOMBI

 

1- REFUGIO

En primer lugar, busca un lugar para refugiarte de los zombis. Intenta que solo tenga un acceso y preferiblemente que sea un sótano o un ático.

 

2-GRUPO

Ir con más personas te ayudará, pero fíjate de a quien metas en el refugio no esté infectado para evitar quedarte encerrado con uno de ellos.

 

3- SUMINISTROS

Consigue suministros para poder sobrevivir y no morir de hambre o sed.

 

4- TEN CUIDADO

Bajo ningún concepto puedes abrir la puerta de posibles supervivientes, en el caso de tener cargo de conciencia elabora un plan para asegurarte si están o no infectados. Una alternativa es tenerlos atados un periodo de tiempo razonable y comprobar si se producen cambios.

 

5- LOS ZOMBIS NO SABEN NADAR

Un buen refugio sería en lugares poco accesibles para los infectados como un barco a unos metros de la costa.

 

6- NO VOLVER ATRÁS

Pase lo que pase, volver suele ser un error que se paga con la vida si un grupo de zombis te está persiguiendo.

 

7- SILENCIO

Hacer el menor ruido posible reducirá significativamente las posibilidades de que los infectados te detecten.

 

8- EFICIENCIA DEL GRUPO

Busca las cualidades de los miembros que forman parte de tu grupo para aprovecharlas al máximo. La estrategia es un punto clave en cualquier situación.

 

 

 

 

 











 

Fuente:

noautorizado.com

Cover creado por Gloom82 /Editado por: V.D.M.

unilad.com

Edición final: V.D.M. 

viernes, 27 de octubre de 2023

Rezyklon presenta: Historias cortas de Horror

 


LA NIEBLA



Esta es la historia jamás contada de un cazador, que un día fue al bosque a hacer precisamente eso, cazar. En su travesía, decidió cambiar de rumbo para dar diversidad a su oficio, así que giró su camioneta y la estacionó frente a un bosque desconocido que tenía la fama de ser abundante en presas grandes. Fue con su escopeta afianzada a sus manos, pero no pudo ver más allá de su nariz, ya que de repente, una abundante niebla se apoderó del panorama. Esta resultaba tan espesa y profusa, que el cazador no pudo dar con su rumbo de origen y se adentró en el bosque más de lo que había planeado. Caminó y caminó frotando sus manos en sus antebrazos, pues la niebla trajo consigo un frío atroz que le caló hasta los tuétanos al pobre cazador, mientras un marcado humo blanco salía de su boca con cada respiración.

Mientras seguía caminando aleteaban sus brazos en búsqueda de algo de lo que sostenerse, cuando sintió que alguien tocaba sus brazos. Por un segundo no pudo determinar qué era lo que realmente tocaba sus brazos, pero el segundo se convirtió en un momento eterno cuando percató que ese algo halaba sus extremidades con una fuerza descomunal. Mientras más hacía resistencia más sentía que la fuerza opuesta se multiplicaba e intentó con todas sus fuerzas soltarse de eso que no podía ver entre la niebla, hasta que ocurrió. Sus brazos sintieron el desgarre metálico que pondría fin a su vida. Sus brazos comenzaron a desprenderse con una violencia que se movía en cámara lenta frente a sus ojos. Una sensación de impotencia llenaba su mente mientras se desangraba al lado de una piedra, aquel día solo debía quedarse en casa.

 

 

LA MUTACIÓN



Andrés se levanta, apaga la alarma y emprende camino. Sus pensamientos eran confusos, sentía que algo dentro de él le murmuraba palabras y confusiones: «Antes del atardecer serás otro».

Mientras estaba en clases no podía enfocar su atención en la profesora, ni a las palabras de sus compañeros, solo escuchaba un zumbido, un aleteo dentro de su cabeza.

«¿Quién o qué está dentro mío?» - se preguntaba con un miedo aberrante.

«¿Es un insecto?, tal vez estoy mutando».

«Tal vez no soy yo, soy otro» - se decía.

Deja de lado su cuaderno y comienza a palparse la piel de las manos, de los brazos, como buscando algo que le diera indicios de lo que le pasaba.

«Antes del atardecer serás otro» ... esas palabras lo tenían inquieto.

Toca la campana del recreo, y Andrés se queda en el salón de clases. Su visión se nubla, de reojo ve a unas compañeras diciéndole cosas y riendo, pero él no escuchaba nada, estaba inmóvil, paralizado por un leve miedo.

Toca la campana para volver a clases, y él se va al baño. Vomita, luego se mira en el espejo, tratando de comprender lo que ve, lo que solo él puede ver.

«Yo no soy yo, soy otro, debo serlo».

La maestra sigue dictando su clase cuando Andrés; el otro Andrés; ingresa al aula, ante la sorpresa de todos, ante el espanto en el rostro de sus compañeros. Él levanta su AR-15 y comienza el torbellino de muerte.

«Antes del atardecer Andrés ya era otro».

 

 

LA MUJER DEL VERTEDERO



Esta historia trata de una niña pequeña que vivía en la planta baja no muy lejos de un vertedero.

Todos los días, se acumulan una variedad de desechos en el vertedero, a veces desperdicios de comida, a veces fierro roto, a veces cadáveres de gatos salvajes.

La madre de la niña a menudo sale y se va a casa todas las noches, dejando a la niña y a su padre en casa.

No sé cuándo comenzó, pero la niña empezó a mirar el depósito de chatarra desde su ventana todas las noches.

Un día, su madre llegó a casa sintiéndose rara y miró en dirección al basurero.

No había nada, pero como de costumbre, las luces de la calle brillaban, se veía la basura en las colinas y había bandadas de moscas alrededor de las bombillas.

Ella se acercó a su hija y le preguntó:

- «Ximena», ¿qué estás mirando todos los días?»

– «Hay alguien que se parece a mi madre mirándome». La niña señaló la ventana.

Su madre se sobresaltó y volvió a mirar, pero aún no encontró nada. Tal vez sea solo la fantasía de su hija. Ha estado fuera de casa durante mucho tiempo. Está demasiado sola. La madre de la niña pensó así.

Un día, la niña dormía en la habitación y la madre se fue de su casa. Luego, la niña escuchó a mamá y papá discutiendo en el vestíbulo, y el sonido se hizo cada vez más fuerte, y luego se escucharon golpes, gritos y bulla durante toda la noche.

La niña sintió curiosidad, miró por la rendija de la puerta y vio a papá salir con algunas bolsas de basura en medio de la noche.

Desde entonces, la madre de la niña nunca ha vuelto a casa. La niña parecía entender algo, no preguntó nada, pero aún miraba el basurero afuera de la ventana todos los días.

Vio una cabeza en la basura con ojos ensangrentados. Esa cara se parecía exactamente a la de su madre. En la otra esquina del basurero, una mano sobresalía de la basura, como si saludara a la niña.

– «Ximena, tu madre te está esperando».

Detrás de la niña, su padre se acercó paso a paso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




 

 

 

Fuentes:

[Fuente de «La Niebla»: procrastinafacil.com]

[Historia «La Mutación» escrita por Jarl Asathørn]

[Fuente de «La mujer del vertedero»: historiasdeterrorcortas.com]

miércoles, 25 de octubre de 2023

Humor Trollish en un día lluvioso y aburrido



CULPABLE O INOCENTE

Estos son un abogado y su cliente al final del juicio,

El abogado le dice a su cliente:

- Como verá ha sido declarado inocente gracias a mi defensa. Pero, en confianza, dígame:

¿Fue usted quién robo el banco?

El cliente le responde:

- Yo creo que robé esa güeá, pero después de oír sus alegaciones en mi defensa, ya no estoy muy seguro...

 

LOTERÍA

Una mujer quería comprar un número de lotería, pero estaba indecisa sobre qué números escoger, así que va al vendedor de lotería y le pregunta:

- Mire, quiero jugar a la Lotería, pero la verdad es que no sé cómo escoger los 5 números, a lo mejor ¿usted me puede ayudar?

- Claro, como no señora - responde el joven y a la vez le pregunta:

- Por ejemplo, dígame. ¿Cuántas veces ha salido usted del país?

- Cuatro veces.

- Perfecto, ese es su primer número, el 4. Ahora dígame ¿Cuántos hijos tiene?

- 2 hijos.

- Ok, ese es su segundo número. ¿Y cuántos libros ha leído este año?

- 5 libros.

El joven anota.

- Ahora cuénteme, ¿Cuántas veces al mes hace el amor con su marido?

- Oiga, pero, eso es muy personal, ¿no cree?

- Bueno, ¿quiere o no ganar la lotería?

- Bueno, bueno, ... 2 veces al mes.

- Ok. Y ahora que ya entramos en confianza, dígame:

¿Cuántas veces en su vida le ha puesto los cuernos a su marido?

- Perdone joven, pero sepa que... ¡Yo no soy de esas mujeres sueltas...!

- Está bien, está bien, no se enoje - le dice el joven - Eso quiere decir que cero veces. Ya lo tengo, su número es el: 42520

Efectivamente la mujer compra la serie completa y al día siguiente lo primero que hace es mirar el periódico y encuentra que el número ganador del premio es el: 42527 y grita:

- ¡PUTA MADRE, ESO ME PASA POR MENTIROSA!

 

 
































 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuentes:

Mundo de memes.

Algunos memes han sido editados.

 

  

martes, 24 de octubre de 2023

Tales of a Zombie Apocalypse (Part 3 - Part 4 - Part 5 & 6 - The End)

 


RELATOS DE UN APOCALIPSIS ZOMBIE

Autor: Vantriani

3

En un mundo donde los muertos caminan debes aprender que nunca puedes fiarte de nadie, incluso debes dudar de tus familiares y esa lección la aprendió nuestro protagonista anterior de mala manera, pero esto apenas comienza, así como Jorge fue tomado por sorpresa, muchas personas más se encontraban en diferentes partes de la ciudad tratando de luchar por su vida e incluso algunos de ellos luchaban por la nuestra.

 

ÚLTIMO HOMBRE DE PIE

El sargento Hernández se encontraba preparando a su equipo, se había activado la señal de emergencia, la policía local era incapaz de controlar la situación así que el ejército tuvo que entrar en acción, cuatro camionetas blindadas salieron en fila y se pusieron en marcha, sus órdenes eran encontrar sobrevivientes y llevarlos a los puntos de extracción que tenía controlados hasta ese momento la Marina.

 


Los vehículos llegaron rápidamente a una zona residencial, varias personas corrieron hacia ellos y los dejaban subir a la parte posterior de las camionetas mientras los demás soldados checaban el perímetro, ahí fue cuando tuvieron el primer contacto con lo que se enfrentaban, varios sujetos salieron corriendo de una casa que se encontraba cerca y empezaron a dirigirse hacia ellos, estaban llenos de sangre y gruñían fuertemente, Hernández dio la orden de que se detuvieran, los individuos continuaban avanzando de forma hostil, El sargento les apuntó con su arma y les pidió nuevamente que se detuvieran, cuando vio que no lo obedecían abrió fuego disparándoles en las piernas, era un excelente tirador, derribó a las tres amenazas rápidamente, pero aquellas cosas tan pronto llegaron al suelo se volvieron a incorporar y trataban de correr hacia ellos aún con las piernas perforadas, el sargento dio la orden y su equipo abrió fuego dejando aquellas cosas esparcidas por el suelo, las camionetas se llenaron y decidieron llevar a las personas a un punto de extracción. Se encontraban a mitad de camino cuando una de las camionetas se quedó atrás y empezaron a disparar, todo el convoy se detuvo y regresaron para verificar qué era lo que sucedía, el sargento Hernández se colocó frente a su equipo, los disparos continuaban, la camioneta se movía violentamente, se acercó lentamente y al llegar vio que una de las personas que habían rescatado se había convertido en uno de los muertos vivientes, varios pasajeros más se encontraban en el suelo, tenían varias mordidas en el cuello y se desangraban rápidamente, uno de los soldados de su equipo se encontraba hasta el fondo de la camioneta, lo habían mordido en un brazo, era un joven que apenas se veía de veinte años: «Ya no hay nada que hacer Sargento» - dijo aquel joven, levantó su arma y se dio un tiro en la cabeza, Hernández se quedó observándolo, tenía un extraño sentimiento recorriéndole el cuerpo, se sentía frustrado y decepcionado, por un momento se perdió en esas últimas palabras que parecían retumbar en su cabeza, tres disparos más lo regresaron a la realidad, varios cadáveres andantes se aproximaban hacia ellos atraídos por el ruido, el sargento dio las órdenes de que regresaran a los vehículos y se marcharan, pero aquella horda de muerte se acercaba cada vez más rápido, los soldados entraron en pánico y empezaron a disparar, pero eso solo los detenía por unos segundos, las personas que habían muerto en la camioneta se empezaban a levantar, tenían la mirada perdida, su piel era pálida y poco a poco su rostro se llenó de ira y empezaron a abalanzarse hacia los soldados, Hernández logró llegar junto con dos soldados más a la camioneta, la pusieron en marcha y se retiraron dejando detrás de ellos varios disparos que, poco a poco, fueron disminuyendo y se convirtieron en un mar de gritos desgarradores.

Los soldados le pedían instrucciones al Sargento, pero éste no reaccionaba, levantó la radio y trató de comunicarse con la base pero no tenía respuesta alguna, la camioneta seguía avanzando en dirección a una de las salidas de la ciudad, trataron de cortar camino por una calle privada cuando de pronto un joven salió de una de las casas, su ropa estaba llena de sangre, trataba de cubrirse de la luz, levantó sus manos: «Estoy bien» - gritó el joven, el sargento Hernández bajó de la camioneta, levantó su rifle y le disparó en el cuerpo, el joven cayó al suelo, los soldados avanzaron por la calle para verificar que no hubiera más hostiles, el sargento avanzó hasta el joven y lo remató dándole un tiro en la cabeza, varios gruñidos y alaridos se dejaron escuchar, sus hombres fueron emboscados en una de las esquinas de la calle y no les dio tiempo de respuesta, el sargento trató de regresar a la camioneta pero tres de esas criaturas ya le cortaban el camino, empezó a correr hacia la zona segura, la cual no debería estar muy lejos, estaba muy cerca, podía escuchar los vehículos civiles y a los marinos hablando por megáfonos para poner el orden, giró la cabeza para ver detrás y observó que la muerte andante venían detrás de él, cientos de esas cosas lo seguían, de pronto se empezaron a desviar atraídos por el sonido de los autos y los megáfonos, el sargento intentó llamar la atención de aquellas cosas pero ya era demasiado tarde, los marinos abrieron fuego y cada vez llegaban más de esas cosas hacia ellos.

 

4

Todo ocurrió tan rápido, las personas en ese puente fueron condenadas, nadie sobrevivió, el sargento Hernández solo contemplaba la escena desde la calle principal que llevaba al puente de extracción, varios de los cadáveres andantes empezaron a perseguirlo y continuó huyendo de ellos, llevando una marcha de muerte, poco a poco sus piernas empezaron a dar de sí y en tan solo unos minutos aquella marcha de muerte lo alcanzó dejando solo un despojo de lo que era antes.

 

Pero cambiando de escenario, unas horas antes iniciaba mi historia en este apocalipsis zombi, jamás pensé que viviría algo así, esta es mi historia, esta es mi versión del apocalipsis. No quedaba nadie más, la ciudad estaba infestada y yo estaba atrapado en el segundo piso de una casa, alrededor había miles de zombis tratando de alcanzarme, gruñían, se empujaban unos contra otros, golpeaban la puerta del cuarto en el que estaba, había colocado una barricada en las escaleras con una mesa que encontré, no aguantaría mucho pero me daría tiempo para pensar, llevaba atrapado en la habitación unas cuantas horas y es asombroso lo rápido que se acercaban al lugar, pareciera que algo les decía que había alguien, tenía una pierna lastimada, y no podía correr, ni siquiera podía mantenerme en pie, estaba condenado a morir, solo me quedaba esperar a que entren y me devoren o terminar con mi vida en un disparo, no sabía lo que pasaría…

 

ÚLTIMOS SEGUNDOS

Todo comenzó cuando acababa de cumplir veintiséis años, estábamos celebrando en la fiesta, todos comían pastel mientras reían, yo vivía en Tampico, es una ciudad pequeña de México, ese día hacía mucho calor, pero los árboles del patio refrescaban el lugar, no era una fiesta muy grande, solo habían asistido mis familiares cercanos y unos cuantos amigos, ya al final tomamos unas cervezas en el patio mientras mis primos menores jugaban videojuegos en la sala, eran cerca de las doce de la noche, al día siguiente tenía que trabajar así que los invitados poco a poco se fueron retirando, al final solo quedábamos Adrián, Gustavo y yo, quienes eran mis amigos de toda la vida, me ayudaron a recoger las cosas de la fiesta y entre plática y plática el tiempo pasó más rápido, de pronto nos dimos cuenta de que varias patrullas de policía se escuchaban a lo lejos y varios gritos se empezaban a escuchar en la calle, nos quedamos en silencio unos segundos para escuchar con atención: «Pum, Pum, Pum», un fuerte golpeteo nos tomó por sorpresa, los golpes se volvieron a repetir, era alguien que tocaba la puerta principal de la casa, pero más que un toquído parecían que eran golpes desesperados, Gustavo era el que estaba más próximo y se acercó poco a poco, volvieron a golpear la puerta fuertemente, se asomó por la ventana y me dijo que pidiera una ambulancia, Adrián estaba parado en la puerta de la cocina, tomó el teléfono y marcó, apenas pasaron unos segundos e inmediatamente lo mandó a tono de espera, la llamada a emergencias no lograba conectarse, los golpes se volvían cada vez más constantes, un fuerte crujido de cristales rotos se escuchó, Gustavo y Adrián caminaron hacia mí, los tres observamos como un sujeto trataba de entrar a la fuerza por la ventana, le pedí que se fuera o usaríamos la fuerza, pero parecía estar en un trance, otra ventana más se rompió y varios brazos luchaban por entrar en la habitación, mis dos amigos subieron corriendo las escaleras cuando vieron que varios un sujetos ensangrentados entraban por la ventana, yo subí detrás de ellos, fuertes gruñidos se dejaban escuchar, y la puerta de la entrada principal cedió, varias personas con sangre en su ropa y heridas en varias partes de su cuerpo corrían detrás de nosotros, a pesar de su estado conservaban la fuerza para seguir avanzando hacia nosotros, querían atacarnos, entramos en mi habitación y pusimos la cama contra la puerta, tratamos de tranquilizarnos, no comprendíamos que estaba pasando, todo estaba sucediendo demasiado rápido, aquellas personas golpeaban la puerta de mi cuarto, me asomé por la ventana y ahí nos dimos cuenta de la magnitud de las cosas, varios incendios iluminaban la noche, había personas corriendo por las calles atacando a todos los que se ponían en frente de ellos, algo estaba pasando con las personas, las hacía hostiles, los hacia desear la carne humana, los zombis se habían convertido en una realidad.

 


La puerta empezaba a dar de sí, pronto estarían dentro de la habitación, optamos por salir por la ventana, era tal el caos que los zombis de afuera se distraían fácilmente con los ruidos, bajamos por un costado de la casa entre dos bardas y corrimos al auto, los zombis estaban saltando por la ventana de mi habitación y varios más de la calle corrían hacia nosotros, Gustavo y yo logramos entrar rápidamente al auto, pero Adrián no corrió con la misma suerte, lo tomaron de un brazo antes de subir y lo jalaron hacía afuera del vehículo, lo empezaron a devorar frente a nosotros, aún recuerdo sus gritos de ayuda, el sonido de sus huesos rompiéndose y el gorgoteo de sangre que llenó el ambiente cuando le arrancaron un pedazo de su garganta, no había nada que pudiéramos hacer, ya estaba muerto.

 

5

Gustavo puso en marcha el automóvil, la puerta se cerró por inercia y avanzamos por la avenida principal, a lo lejos se escuchaban disparos, gritos de personas que pedían ayuda y junto con ellos también estaban los gruñidos de los no muertos, íbamos a dar una vuelta cuando varias camionetas del ejército salieron de la nada a toda velocidad, se dirigían al norte de la ciudad y no paraban de disparar a cuantas personas vieran al frente, Gustavo aceleró y varios de los soldados empezaron a dispararnos, la ley marcial estaba en acción, nada sale y nada entra, teníamos que salir de la ciudad, el lugar más próximo era el puente Tampico que conectaba con Veracruz, si lográbamos salir de ahí teníamos esperanza de sobrevivir.

 

Al parecer la mayor parte del caos se enfocaba al norte de la ciudad, en la radio se daba la alerta de emergencia, se recomendaba no salir de las casas, mantenerse alejado de cualquiera que haya tenido contacto con los hostiles y se declaraba la zona norte como una zona de emergencia, las luces de la ciudad se apagaron, estábamos en completa oscuridad, solo las luces de los autos alumbraban ocasionalmente las calles.

 

Al llegar al centro de la ciudad habían varias barricadas en las calles hechas por las camionetas del ejército, no permitían el paso a nadie, al acercarse empezaban a disparar, varios cuerpos adornaban el camino, víctimas de los disparos, seguir en auto no era una opción, bajamos del vehículo y caminamos entre las casas para evitar a los soldados, Gustavo mantenía un semblante de tranquilidad y yo trataba de seguirlo, pero en mi interior no dejaba de pensar que no lo lograríamos, nos detuvimos en un callejón, varios de los hostiles pasaron corriendo hacia un retén de soldados, los disparos se escucharon rápidamente, los hostiles empezaban a caer rápidamente, pero cada vez llegaban más y más zombis atraídos por el ruido, subimos a los techos de las casas y continuamos por ahí, cuando pasamos a un costado del retén no quedaba nadie más, solo habían grandes manchas de sangre sobre los cadáveres de los soldados y varios zombis aún arrancaban pedazos de carne de los cuerpos.

 

Logramos salir de la zona de emergencia y nos acercábamos al puente Tampico, a lo lejos podíamos ver las luces de los autos y varios vehículos de la marina que estaban en la entrada resguardando el lugar, también habían varias personas que cruzaban caminando el puente, nos acercábamos cada vez más a la zona de desalojo y empezábamos a escuchar varios gritos y quejidos, entramos al interior de la casa para poder observar con más detalle lo que estaba pasando, nos asomamos desde una ventana y la escena que contemplamos parecía sacada del mismo infierno, lo zombis habían llegado al puente y se daban un festín con todas las personas que estaban ahí atrapadas, varias de ellas no habían logrado salir de sus automóviles y las devoraban ahí dentro, otras más trataban de correr pero desde el otro lado del puente también llegaban los no muertos, estaban condenados, algunos en su desespero se lanzaban del puente, cayendo a una muerte menos dolorosa, los habían superado en número y no tenían adonde más ir, dos de los no muertos notaron nuestra presencia en la casa y se lanzaron tras nosotros, tratamos de regresar por el mismo camino de donde veníamos pero las calles estaban llenas de aquellos seres, Gustavo tomó un cuchillo de la cocina y yo tomé una silla de madera, entraron por la puerta de atrás, era un policía y una joven, el policía se veía normal pero cuando giraba su cabeza podías ver que le faltaba un gran pedazo del cuero cabelludo y tenía varias mordidas en la nuca, la joven estaba totalmente destrozada de uno de sus brazos parecía que se lo habían arrancado a tirones y le faltaba también un pedazo de su labio, el primero se lanzó sobre mí y lo golpee de lleno con la silla, Gustavo se aproximó sobre la joven y la apuñaló en la cabeza varias veces mientras yo la mantenía en el suelo, el policía se levantó lentamente y rápidamente lo regresé al suelo con un golpe, Gustavo se puso de pie y mientras yo presionaba al policía en el suelo le clavó el cuchillo en el rostro, tomé el arma que llevaba y luego de examinarla rápidamente le quité el seguro, nunca había utilizado una de verdad, pero solíamos jugar ‘gotcha’ en la playa de Miramar y siempre era el más diestro con las armas.

 

Los zombis atraídos por el ruido de la pelea lograron tumbar la puerta delantera y varios de ellos entraron, salimos por la puerta de atrás, estábamos muy cansados, no aguantaríamos una carrera contra esos seres que parecían no cansarse, llegamos a un muro y lo saltamos, varias de aquellas cosas nos alcanzaron pero no lograban saltar el muro, de pronto una horda de ellos llegó al callejón y empezaban a subir entre ellos, bajé de la barda pero me lastimé un pie, no podía caminar, Gustavo me ayudó a entrar a la casa, estaba vacía, había varias fotos familiares en el interior, con suerte aquella familia habría salido antes de que la muerte andante llegara a ellos, subía al segundo piso cuando los muertos entraron, tomaron a Gustavo entre los barrotes de la escalera y empezaron a morderlo, tiraban dentelladas al aire para tratar de alcanzar un pedazo de él, varios más empezaban a subir por las escaleras, le disparé a uno en las piernas e hice que cayera al suelo y varios más tropezaron con él, arrojé una mesa que estaba al final de la escalera y disparé una vez más a uno de los hostiles, me encerré en la habitación y puse todo lo que pude en la puerta, cada vez había más de ellos en el exterior, los golpes no dejan de azotar la puerta, un aroma a muerte empezaba a llenar la habitación…

 

6

Y ahora, la puerta se está rompiendo, «logró ver aquellos ojos sanguinolentos entre las grietas», un hueco más se hizo en la puerta, varios dedos ingresan por el agujero llevándose pedazos de la puerta, «cierro mis ojos», la puerta da de sí, «levanto el arma», los muertos caminan hacia mí, «apunto hacía mi cabeza, siento que me toman de los hombros y disparo», uno pensaría que la muerte por un disparo en la cabeza es inmediata, pero no, ahora estoy en el suelo, me desangro, no puedo moverme, pero puedo sentir todo, cada mordida, cada abertura en mi cuerpo, los veo comer mis entrañas, empiezo a tener frío, la mirada se me nubla y me pierdo con la última imagen de aquellos seres llenos de sangre, comiendo cada pedazo de carne que logran arrancar, el dolor se va y con él se van los últimos segundos de mi vida.

 

 

 

 

 

 

 

 








 

 

 

Fuente:

booknet.com

Edición final: V.D.M.