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domingo, 3 de agosto de 2025

Dikt fra Tomhet

 





SOLITUDE 

«En la danza del tiempo, un susurro helado,

las horas se escapan, un río cansado.

Cruel es la vida, con su manto gris,

teje esperanzas que se desvanecen en la matriz.

 

El abandono se asienta, sombra en el alma,

un eco de voces que ya no tienen calma.

La existencia se siente como un peso sin fin,

un laberinto oscuro, un camino sin fin.

 

Pero en la soledad, hay un brillo sutil,

un refugio en el vacío, un instante febril.

La belleza de estar solo, en la calma del ser,

es un canto a la vida, un renacer.

 

Así, en el silencio, se encuentra la paz,

en el eco del tiempo, un susurro audaz.

Aunque la vida sea cruel, y el tiempo un ladrón,

en la soledad plena, florece el frío corazón».

 

 

EN LAS SOMBRAS DE LA SOLEDAD 

I

«En la penumbra, me encuentro silente,

los ecos del día se apagan en sombras,

mi voz se disuelve, su eco es latente,

y el silencio profundo mis pensamientos nombra. 

 

II

La luz despierta un espejo quebrado,

donde marcas y dudas emergen sin prisas,

cada destello revela lo callado,

un mundo de ruidos que mi paz hace trizas. 

 

III

En la soledad, el alma se mira,

se asoma al vacío que abraza su ser,

una danza de sombras que nunca se retira,

en el eco de la nada, aprendo a renacer. 

 

IV

Aquí en las sombras, encuentro mi esencia,

lejos del ruido, del juicio ajeno,

la soledad viste de sabia presencia,

y en su fría calma hallo el calor pleno. 

 

V

Así en la noche, mis pasos se hunden,

las estrellas me guían, son faros lejanos,

y aunque la penumbra mis ideas confunden,

la soledad abraza, y el ser se vuelve arcano».

 

 

 

Poema creado por: NAIra M. Wiss.

Basado en pensamientos de: Jarl Asathørn.

jueves, 24 de julio de 2025

The Fog




 

LA NIEBLA

«Estoy en un bosque. Los árboles son gigantes, sus hojas espesas y negras se pierden en la masa húmeda que cubre el suelo. Sigo caminando, un instinto arraigado que me impulsa a avanzar, aunque no vea más allá de mis propios pies. La niebla es una presencia física, pesada, que ahoga cualquier sonido y distorsiona la realidad.

 

De pronto, llego a un lugar donde hay un cerco de troncos podridos, apilados sin orden. Es una barrera silenciosa, un límite invisible. Justo detrás de él, entre la niebla que se retuerce como serpientes, se alza una capilla. Pequeña, destartalada, pero visible. Su techo está cubierto de musgo y su única ventana, empedrada, se ve como un ojo cerrado.

 

Ingreso. El olor a humedad y a algo más... algo podrido, me recorre el pecho. Dentro, el suelo es de tierra seca, pero mojada bajo la capa de niebla que también se filtró. El silencio es absoluto, rotado únicamente por el susurro sordo de la niebla misma.

 

Y entonces lo veo. Colgado de una cruz de madera vieja y podrida, un sacerdote. No hay rastro de vida en su cuerpo inerte, solo la figura retorcida bajo el peso de su propia cadencia. Pero eso no es lo que me hace retroceder.

 

Los feligreses. De rodillas, todos. Cinco, seis... quizás más. Están ahí, inmóviles, con los ojos abiertos y mirando hacia arriba, hacia la cruz. No hay signos de vida, solo una palidez cadavérica, pálidos como las hojas secas en invierno. Sus cuerpos están espaciados, como si hubieran sido colocados con cuidado y la sangre congelada está por todo el suelo sucio.

Cuerpos destrozados, madera negra, rota, tierra y barro por todo el ex sacro lugar. Cabezas empaladas, vísceras sobre los bancos, biblias rotas, hojas empapadas en sangre oxidada.

 

Siento un grito horrible, una cacofonía que se retuerce en mi garganta, pero no sale. Me ahogo en el silencio y la niebla. Algo más... algo inquietante... flota en el aire. Es grande, inmenso. Y tiene brazos largos.

 

Corro. Mi aliento se ensordece, mis pies resbalan sobre la tierra húmeda. La niebla me acecha, se me acerca. Corro hacia la salida, hacia el cerco de troncos, hacia la luz que supuestamente debería estar afuera.

 

El pasto se hace más denso, más espeso, como si el suelo mismo se ensanchara para atraparme. De pronto, caigo. No es un resbalón, es un sumersión. Caigo en un pantano de coirón, tierra lodosa y agua fría y espesa. Me hundo. Las raíces me retienen, me arrastran. La niebla sigue siendo densa, una nube oscura que me inunda, me ahoga lentamente.

 

Aparecen figuras oscuras. No son personas. Se retuercen en la niebla, contorsionándose como serpientes en un sueño. Sus caras no se distinguen, pero sus ojos, visibles entre las sombras, me miran. Me observan con una mezcla de piedad y terror. Sus gestos son torpes, como si estuvieran atrapados entre dos mundos.

 

Entonces despierto empapado en sudor, el corazón martilleando contra mis costillas como un pájaro atrapado. La niebla, esa maldita niebla, lo inunda todo. Mi habitación, normalmente acogedora, es un espacio fantasmal, difuso, envuelto en una bruma blanca y opaca que se aferra a las paredes y se desliza por el suelo. No hay sonidos, solo el silencio opresivo y el susurro constante de la niebla.

 

Me incorporo en la cama, las sábanas húmedas y frías pegadas a mi piel. La pesadilla aún palpita en mi mente, vívida y aterradora. El bosque, la capilla, el sacerdote colgado… los feligreses inertes… y esa cosa… esa monstruosa entidad que flotaba en el aire, con sus brazos largos y delgados, sus dedos como garras. El pantano, el coirón, las figuras retorcidas que me observaban desde la oscuridad…

 

Salgo de la habitación. La niebla es aún más densa en el pasillo, un velo blanco que distorsiona la realidad, convirtiendo mi casa en un laberinto fantasmal. No está mi madre, no está mi gatito, no hay nadie. Mi mente intenta adaptarse, siento mareos, quiero vomitar.

 

Abro la puerta principal y salgo a la calle. El silencio es ensordecedor.

No hay autos, no hay pájaros, no hay gente. No hay nada. Solo la niebla, un mar blanco e infinito que se extiende hasta donde alcanza la vista.

 

No hay sol, ni luna, ni estrellas. No hay día ni noche. Solo la niebla.

 

¿Es una pesadilla prolongada? ¿O hay algo más, algo siniestro, que se ha apoderado de mi mundo? 

La sensación de irrealidad es abrumadora. El miedo, frío y viscoso, se aferra a mi garganta. Tengo que encontrar respuestas, tengo que entender qué está sucediendo. Pero ¿a quién puedo recurrir?

¿A quién puedo confiarle mi terrorífica realidad? La niebla es mi única compañía, mi única prisión. Y en su silencio, en su opacidad, se oculta algo… algo que me observa, algo que me espera. Algo que no es humano.

Todo es un mar gris.

Estoy solo. Aislado en un mundo blando y espeso, donde la pesadilla parece haberse filtrado de alguna manera inesperada, en la forma más física posible. Y no sé si estoy muerto, dormido o simplemente atrapado en una ilusión más oscura que la niebla que me rodea».

FIN?

 

 

«A veces la vida solo puede comenzar de verdad al conocer la muerte.

Al saber que todo puede terminar, aun cuando menos lo quieres.

Lo importante en la vida es creer...que mientras estés vivo nunca es tarde.

Te juro, no importa cuán malo parezca todo... las cosas se ven mejores al estar despierto que dormido.

Cuando mueres, solo hay una cosa que quieres que pase.

Quieres regresar».

(Del film The Jacket)

 

Redactado por: NAIra M. Wiss

Agregados y correcciones de: Jarl Asathørn. [Basado en mis pesadillas]

 

 

 


martes, 4 de febrero de 2025

Rezyklon presenta: «Luz del Amanecer Eterno»

 


LUZ DEL AMANECER ETERNO

 

«Bajo la sombra de la luna,

en la penumbra del crepúsculo,

entre la madera de la catedral verde,

y los bichos de fuego de la noche lunar.

 

Aquí en la vasta soledad,

en el silencio del bosque,

fui agraciado con el santo desprecio,

en la sombra de mi corazón.

 

Donde amanecen los recuerdos del viejo bosque,

teje las hojas de la eterna primavera,

y brilla la luz del crepúsculo eterno.

Sobre el claro del bosque nocturno,

su Luz es el eterno amanecer.

 

Una consumidora incandescencia,

una luz resplandeciente de esperanza.

El manto de la oscuridad se desvanece

y el árbol de la vida es glorificado».

 

 


 

Letra de:

Luka Kevešević

Imagen: 3.bp.blogspot.com

Edición final: V.D.M.

martes, 14 de enero de 2025

Bort fra et tomt og sjelløst samfunn II [Detune the blinding light]

 


«Quisiera un día levantarme y no escuchar nada que huela a humano, motores en silencio, autos apagados y tirados en la calle...

Sin la presencia homo-pleb, ¿Todo sería diferente?

La mente vive de costumbres, de ruidos, de voces incesantes y agotadoras... de murmullos egoicos.

¿Cuánto tiempo pasaría para que se adapte a una nueva realidad?

Sería hermoso salir a caminar y que no hubiera nadie, ni un alma.

 

Quisiera un día levantarme sin la presencia protohumana...

como si una catástrofe etérea se hubiera llevado a toda esta especie… hacia los confines de la vacuidad.

¿Tendría más sentido para mí lo que llamo vida?

 

... una gran extensión para mí...

... sin el peligroso factor humano.

 

... todo silente...

 

... apreciar por primera vez la dichosa paz.

 

Sería un gran infierno... o un gran cielo puesto en una enorme mesa para el goce de la quietud.

Sería un galardón al alma, un obsequio al espíritu.

Quisiera un día levantarme y respirar soledad...

... acurrucarme sobre el pasto de un parque y mirar la bóveda sobre mi cabeza.

... en la noche... contemplar las estrellas sin el caos y el aleteo de los insectos.

 

Nulo.

Vacío.

en completa soledad...

 

¿Me mirarán los dioses con una sonrisa?

¿Me seguirán observando con desprecio?

 

Solo... sin nada más que mis monstruos.

 

... en el borde del abismo existencial».

 

 


 

 

 

 

 

 

 

jueves, 6 de junio de 2024

Rezyklon presenta: ¡Oh, Solitude!



¡OH SOLEDAD!

¡Oh soledad, mi más dulce elección!

Lugares consagrados a la noche,

alejados del tumulto y del ruido.

¡Cómo deleitan mis inquietos pensamientos!

¡Oh soledad, mi más dulce elección!

¡Oh cielos!, qué contento estoy

de ver estos árboles, que han aparecido

desde el nacimiento del tiempo,

y que todas las edades han reverenciado,

que hoy lucen tan verdes y frescos.

Como cuando sus bellezas fueron vistas por primera vez.

 

¡Oh!, que agradable vista.

Estas montañas colgantes parecen,

que los infelices invitarían

a terminar aquí todas sus penas,

cuando su duro destino les hace soportar

penas que sólo la muerte puede curar.

¡Oh, cómo adoro la soledad!

Ese elemento del más noble ingenio,

donde he aprendido la sabiduría de Wotan,

sin el esfuerzo de estudiarla.

Por ti me he enamorado

con lo que tu fantasía persigue;

pero cuando pienso en la mía,

la odio por esa razón también,

porque me impide verte y servirte.

 

¡Oh, soledad, cómo adoro la soledad!

 

 

 

 

 

 

Fuente:

Darklyrics.com

Adaptación: Jarl Asathørn. 

miércoles, 1 de febrero de 2023

Lenket Til Glemselen

 


«¿Por qué los bosques están lejanos de mi presencia?

¿Por qué los aullidos del viento me son ausentes?

¿Por qué la pluvia es odiosa sin la soledad de la Patagonia?

¿Por qué el frío es un mal invitado en la cabaña del ermitaño de los tiempos?

¿Por qué lo bueno me sabe a amargura con la ausencia?

 

El viento no suena igual... ... ...

El humo no huele igual... ... ...

El frío no lastima igual... ... ...

La soledad no besa igual.. ... ...

El presente-ausente no sacude igual... ... ...

 

Me falta el sonido de los cuerpos arbóreos...

... y las viejas voces que viajan entre el coirón.

 

... ... ... ¿es el fin de los tiempos?

... ... ... ¿es el fin de mi tiempo?

 

Todo lo bueno me sabe a ausencia.

 

Es mi ocaso.

 

Es mi invierno.

 

Mi amargura final...

 

... mi grito furioso al mega universo...

 

... un grito ahogado a las sempiternas sombras,

y encadenado al olvido».

 

 










 

Fuente:

Imagen de la banda Elffor

martes, 2 de junio de 2020

Un poema reflexivo de Malborian-X


REFLEXIONES DE UN POETA OLVIDADO


 “Caminar, solamente caminar…
¿No es lo que hacemos por la vida?
¿Pero hacia dónde?
¿Para qué?
¿Para llegar adonde?
¿Cuál es la luz al final del camino?

Amargo vestigio deja a nuestro andar la prostitución del alma que nos obligan a soportar, cómo nuestro interno empieza a absorber todo lo que nos condena al infierno.

Todo parece faltar, pero nuestros corazones solo necesitan aire para palpitar.
Todos creen padecer carencias, cuando en realidad solo necesitan una creencia.

Todos creen sufrir, pero lo raro es que ya nadie tiene la capacidad de sentir.

¿Cuánto de lo de afuera crees necesitar para llenar el vacío inmenso de tu alma sin hogar?

¿Cuántos creen estar en su camino al andar, pero que al primer tropiezo sienten que su patético mundo va a colisionar?

¿Cuántos buscan no caer en la soledad… vendiendo por miedo lo poco que les queda de dignidad?

Despacio has de sentir su llegada… recordando por completo la vida que has dejado olvidada.

La forma en que te cosechará será - sin duda - la más irónica que encontrará,
recogiendo rama a rama todo lo que te importa y amas.

Y cuando el momento llegue… al fin tu cuerpo dormirá, pero tu espíritu por siempre recordará en la agonía… la inmensidad de la soledad.”







Fuentes
Foto Final: desmotivaciones.es