«Estoy frente al Estrecho de Magallanes... la noche es muy
oscura, apenas se ve el mar, me doy vuelta y a mis espaldas no hay nada,
solo oscuridad. Vuelvo la mirada al océano... esta vez se distinguen luces,
verdes, amarillas y rojas, unas más cercanas, otras más lejanas. A unos 30
metros veo algo como una serpiente gigante debajo del mar e ilumina de color
verdoso las aguas calmas, permanece quieta, es escalofriante. Muy a lo lejos
hay varias "cosas" que no distingo, que también iluminan las aguas, veo
algo como un dragón colosal... es hermoso, los colores son lo único que ilumina
esa oscuridad.
Cierro los ojos... y ahora estoy en un bosque, es inmenso... y
hay varios senderos de piedrillas que llevan a varias partes, avanzo y bajando
un pequeño montículo llego a la primera senda... emprendo la marcha, siempre atento a
cualquier cosa.
Llego a un punto donde hay una vereda terrosa frente a mí que sube un
cerro no muy alto, todo es un verde desaturado, hermoso, y hay 2 senderos, uno a cada lado...
el de la izquierda lleva a un camino sinuoso, el de la derecha a un camino
recto. Respiro y tomo la decisión de ir al de la izquierda, algo en mi interior
me dice que vaya al sendero derecho, pero prefiero ver primero que me aguarda
el sendero con curvas.
Salgo del bosque y hay una colina y arriba hay un castillo
negro, y en el fondo hay montañas... y el camino que lleva a ese lugar está
custodiado por hombres de torso desnudo, pantalones negros, anchos, están
descalzos y con capuchas como de verdugo... permanecen de pie, inertes... tengo
dudas... no sé si seguir... avanzo despacio... son alrededor de 10 hombres... y
detrás de ellos distingo un puente de madera... y más lejos aún hay lanzas de 4
metros adornando el camino... no hay árboles... y tomo el camino de regreso, es
tarde y no quiero estar en ese lugar cuando caiga la noche, apresuro mi andar,
quiero ir al sendero de la derecha.
Salgo del bosque y veo que el camino termina en un
precipicio, y la distancia entre los bordes es de alrededor de 3 cuadras, y hay
un pequeño puente colgante, muy delgado, corroído. Sobre el espacio abierto hay
árboles talados, oscuros, chuecos... muy ramificados flotando en el aire, son
enormes... estoy asombrado de la belleza del lugar a pesar de lo tenebroso, ya
cae la noche y me apuro para llegar al otro lado.
Ahora es de noche, no sé cuánto caminé… veo una enorme casa
de piedra, es rectangular... sin ventanas. Ingreso, cauteloso... por dentro es
muy enorme, más de lo que imaginaba, es amplia a ambos lados, hay pilares y
antorchas en las paredes que alumbran el lugar... se escuchan murmullos...
Hay un pasillo largo... al llegar al final ingreso en otro
cuarto muy grande... hay mucha gente, vestidas con harapos, es como si
estuviera en una villa de algún siglo muy viejo en el tiempo, algunos hombres
usan capuchas, otros llevan máscaras, todos son horribles, comercian, se mueven de un
lado a otro, pero nadie me mira, siguen balbuceando palabras que no entiendo.
De pronto todos se detienen... se dan vuelta y me observan».
Abro los ojos y me despierto. Otro sueño extraño, lleno de símbolos.
Este sueño oscuro lo tuve el día martes del mes en curso.
Si tengo otro sueño negro se los cuento. Gracias por leerme.
Portada:
Creada por: Simon Heath.
Editada por: V.D.M.