«Llegó el mes más repulsivo (aparte de
septiembre) que me hace caer en una especie de limbo macabro donde la realidad
muestra su peor cara ante mí, donde puedo ver cómo se caen las máscaras de
todos quienes viven a mi alrededor. Tal vez, este mes trae demasiada oscuridad
y algo en mi interior simplemente no lo soporta.
O, es posible que la entidad siniestra de
krampus expele tanta «scheiße» que puedo olerla entre tantas sonrisas falsas,
alegrías desbordadas y familiaridades tan etéreas e inconsistentes que hacen de
estas fechas una pesadilla de la que quiero despertar pronto.
Heme aquí, una vez más, disparando letras
negras porque estas fechas no significan nada para mí... es también posible que
sea yo quien ve algo y los demás prefieren hacer la vista gorda ante tanta
enfermedad, pobreza y descriterio humano.
Detesto la navidad porque no celebra nada, solo
el ocaso de creencias tontas creadas para el beneplácito de borregos
descerebrados que usan cualquier fecha para el descontrol y las mentiras...
para seguir el ritmo de una cristiandad que agoniza, de catolicismos
esclavizados al poder, de celebrar o recordar - es difícil distinguir una de
otra - un nacimiento que no existió... todo el mundo habla de la navidad como
si su «salvador» acostado en un pesebre de pasto o paja fuera algo importante,
cuando no lo es, no el 25.
Es tanta la estupidez que ni siquiera recuerdan
por qué destapan un champán, o por qué fingen ser familias, o por qué empalan
un árbol lleno de luces y figuras vacías... o por qué intentan ser buenos
amigos, o parejas... algunos creen que la navidad es algo sagrado, craso error.
No significa nada de nada, es una fecha sagrada pero solo para paganos. ¡Por
las barbas de Wotan! ¡es saturnalia, no el nacimiento de Jesucristo!
Los homo-plebs no son mejores en estas fechas,
ni tampoco lo serán, por más que intenten sacralizar alguna fecha.
Krampus está en los malls, en las compras
superfluas, en el dinero que se desperdicia a manos llenas para «hacer feliz» a
los niños o a cualquiera que «aman»... solo en diciembre.
Estas fechas son para expiar culpas.
Un regalo es un regalo, nada importante ni
trascendente.
La navidad es una tontera, una fiesta de
alegrías pasajeras y negras como el alma de su némesis cornudo.
Si sacaran de la ecuación a Jesucristo y solo
fuera la fiesta de los regalos todo cambiaría, porque se podrían encaminar a
entender la realidad.
Esta especie de intro a este horrible mes es un
desesperado vómito a las malditas tradiciones católico-apostólico-romanas, al
vaticano satanista lleno de serpientes gays, mafiosos, y pedófilos, al gran
líder supremo de la iglesia católica, me refiero al gran «Hurensohn» del Papa
Francisco, a las grandes empresas que ganan dinero a costa de las imbecilidades
de los pueblos, y a la humanidad-deshumanizada que sigue sin poder romper el
velo de lo que llamamos realidad».