viernes, 9 de diciembre de 2022

Abre los Ojos: «Pandemia: el robo del siglo» de Miguel Chajín Flórez

 


Por Miguel Chajín Flórez

Miembro fundador Observatorio Curricular Latinoamericano

Escrito en el año 2020

 

«Hace días compartí un artículo en las redes sociales sobre la palabra pandemia, en la que por su etimología pudiera tener tres significados muy distantes y distintos de cómo lo define la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues esta palabra nada tiene que ver con enfermedad, y que actualmente pareciera una especie de jaque mate al «mundo prepandémico» (que curiosamente es una palabra que ya tiene 191.000 resultados en la WEB), y lleva a que algunos intelectuales, e incluso líderes políticos digan que nada será igual en el mundo pospandémico (con 23.100 resultados,a las 15:43 horas de hoy 20 de agosto de 2020), que de acuerdo a algunos es el postcapitalismo, o un nuevo socialismo, bajo el marco del desarrollo sostenible. Por lo que podemos ver, esa palabreja *polisémica, se ha convertido en una de las palabras más frecuentes en la web, pues siendo en estos momentos las 13:14 minutos del 20 de agosto de 2020, se registran 428 millones de resultados en Google; aunque es superada por las palabras SARS-CoV-2 (el nombre del «nuevo» virus), con 6.410 millones, y la palabra COVID-19 (el nombre de la enfermedad), con 5.680 millones. Pero asociado al virus y la enfermedad que da origen a lo que se ha llamado una pandemia (cuestión ésta que ha sido también discutible por el cambio que se le hizo a la definición de pandemia recientemente), también aparecen otras palabras, como Bill Gates, con 336 millones y Organización Mundial de la Salud, con 230 millones de registros en la web.

Lo anterior no sería preocupante, si en esta búsqueda de varios minutos no se encontraran palabras con menos frecuencia o registros que el famoso virus y su enfermedad, tales como las palabras paz, con 654 millones; Dios, con 565 millones; felicidad, con 318 millones; bienestar, con 372 millones; libertad, con 250 millones; alegría, con 119 millones; justicia, con 298 millones; valores humanos, con 281 millones; la palabra patria registra 152 millones y nación 182 millones; capitalismo, 28.600.000 y socialismo, 29.500.000 registros; y economía con 38 millones.

La cantidad de ideas que esas cifras sugieren despiertan la imaginación sociológica de cualquier persona, y lo evidente es que la pandemia pronto superaría la palabra pan, que a las 19:52 horas tiene 1.140 millones de registros en la web, según Google.

Es cierto que el nuevo registro de estas palabras pueden cambiar en segundos y por tanto en menos de una hora observarse aumentos significativos como el de un millón de nuevos ingresos; también es obvio que cuando usted lea este editorial todos los números van a cambiar con proporciones de millones, decenas y centenares de millones; pero lo que es evidente es que a las 14: 13 del 20 de agosto, el tema relacionado con la pandemia supera la atención de muchos otros que usted quiera consultar en la web.

La pandemia está robando la atención a la sociedad, robándole también la paz, alegría, libertad, derechos civiles, recursos económicos, culto a Dios, y ni se diga del despilfarro de los dineros públicos, que agudiza el problema *endémico de saqueo por lo que somos famosos en Colombia, por lo que es de sentido común que el Estado pretenderá prolongar las restricciones de la libertad indefinidamente, acudiendo al terror, a la manipulación mediática y a la desinformación.

La Real Academia Española, define robo como «quitar o tomar para sí con violencia o con fuerza lo ajeno».

Y bajo la excusa de la pandemia se le está robando a la humanidad las cosas más valiosas.

Quien se dé a la tarea de estudiar las estadísticas mundiales, año por año, sobre mortalidad debido a las enfermedades y otras causas de muerte, sacará como conclusión que lo han engañado respecto a la pandemia; e incluso, las estadísticas de proyección de muertes con base en la letalidad del virus fallaron desde hace meses; los primeros en protestar sobre el tema fueron varios diputados italianos, que hicieron denuncia pública de este engaño; pero también se engañó sobre el origen del virus, en cuanto a su procedencia biológica, y ya se sabe que se trabajó y modificó en laboratorios bacteriológicos; el diagnóstico inicial de la enfermedad conforme a la OMS, también fue erróneo, y nuevamente fueron los italianos, en ir a contracorriente de la OMS y aplicar centenares de autopsias, encontrando que el problema no es tanto una situación de gravedad por neumonía, sino por una trombosis generalizada, causada curiosamente por una respuesta del organismo frente al virus SARS-CoV-2; también, se engaña porque las pruebas que se utilizan para detectar la enfermedad no son específicas y confiables, así que los falsos positivos están a la orden del día.

La palabra falso positivo, que a las tres de la tarde de hoy tiene 25.200.000 registros en la WEB es de uso común, pues en todas partes del mundo se denuncian los abusos de la «pandemia», hasta llamarla plandemia, una nueva palabreja que a las 19:33 horas, tiene 233.000 resultados; y en Colombia abundan las denuncias de falsos positivos, reconocidos de boca por el Ministerio de Salud, y bajo la vista gorda del gobierno, de estar registrando enfermos o muertos por otras causas como COVID-19; el confinamiento obligatorio persiste, así las estadísticas de mortalidad en el mundo estén diciendo otra cosa, pues hubo países y lugares que no hicieron cuarentena y no se han producido las catástrofes anunciadas; además, que ya son varios países que realizan manifestaciones públicas para la suspensión de las cuarentenas, que según sus ciudadanos están totalmente injustificadas, como es el caso reciente de Alemania, España y Argentina, así que se debería esperar en las próximas semanas de agosto y septiembre muchos miles de muertos por COVID-19 en esos países. Por tanto estamos ante un gran engaño, o robo de la verdad. Y la famosa inmunidad de rebaño debió haberse alcanzado en muchos lugares del mundo, después de más de cuatro meses de expansión de la pandemia, según el ciclo de transmisión de la enfermedad; pero se persiste en aterrorizar a la gente.

El robo de la verdad es el principal problema de esta pandemia; y para citar unos ejemplos, los grandes de las redes sociales están ejerciendo de manera autoritaria censura sobre publicaciones, y las denuncias de esto ha llegado a encarar medidas de observación desde los estados, como es el caso de los Estados Unidos; pero cualquiera es víctima de tales abusos, como quien suscribe esta editorial, que por supuesto no compromete la Revista Dictamen Libre, ni la posición de la Universidad Libre respecto al tema, pues lo escribo a título personal como investigador, y, mucho más que eso, como colombiano.

Tal es nivel de robo de la verdad que en España surgió el movimiento «Médicos por la verdad» que se ha replicado en varios países del mundo, y que se les ataca abiertamente desde organizaciones inquisidoras al servicio de intereses económicos y políticos, e incluso religiosos, que subyacen a la pandemia; también otro ejemplo de resistencia civil frente al imperio de la mentira con la pandemia es la creación de COMUSAV (Coalición Mundial Salud y Vida), que cuenta con 3000 médicos de más de 15 países; así que diferenciar la verdad y la mentira, es algo extremadamente difícil hoy en el marco de la pandemia.

El filósofo argentino Mario Bunge una vez dijo que el mundo requiere un mínimo de verdad para garantizar su supervivencia; pero detrás de la pandemia hay un engendro de mentiras o falsos positivos como ahora se le llama, donde el robo de los derechos fundamentales es tratado de desdibujarse con la manipulación del miedo. Obviamente, la academia tiene un papel importante qué jugar en este marco, pues los grandes medios de comunicación del mundo impiden el debate sobre este tema; ojalá que las universidades no caigan también en este juego de inquisición del conocimiento y la información.

Hace más de tres meses, por el mes de abril, en el marco de un posdoctorado en investigación del cual soy profesor, publiqué un video con el título de «COVID-19, un escándalo de manipulación científica», y otro, en dos partes, con el título de «la verdadera pandemia es no pensar», estos videos presentan los aspectos *epistemológicos preocupantes para la humanidad, y por eso los enlazo en esta entrega.

Si la pandemia se entiende desde el marco de la sociología del conocimiento, la gravedad de la humanidad es mucho peor de lo que podemos imaginar. La educación estaría totalmente fracasada como formadora de personas con autonomía de pensamiento, tal como lo expresara Kant; las universidades tendrían que volverse a pensar, pues la formación médica sería una de las más cuestionadas al día de hoy; pero en general, el gran problema es no ser capaz de diferenciar entre la verdad y la mentira».

 



 

 

 

 

 

Fuentes:

https://revistas.unilibre.edu.co

Imágenes:

astillasderealidad.blogspot.com

dsalud.com

https://1.wp.com