viernes, 28 de junio de 2024

Den døde vekten av nåtiden

 


«Lo que consideramos humano es la mayor de las tragedias humanas»

 

«Entre un leve deshielo desaparece junio, mes cargado por el frío ancestral, ese que tanto se echaba de menos. Estamos en otra época, la de un supuesto cambio climático y a éste se le culpa de todos los vaivenes letales que vemos en el mundo: inundaciones, granizadas colosales, incendios voraces, etc. Sin embargo, todo esto es algo natural en los eternos ciclos del paso del tiempo-no tiempo.

 

Aquí, en Magellan, se congelaron las cañerías... recordándonos que el paso de Nevadonia traería consecuencias, aquellas olvidadas y que ya se habían transformado en parte de una leyenda.

 

Mientras, en esta Tierra de sicótica colapsan los suelos, el agua furiosa se traga calles, avenidas, represas, cerros, colinas, autos y casas, la muerte navega en un gran barco y las parcas cosechan y cosechan almas... los monstruos que han construido este sistema siguen empeñados en su lúgubre agenda, todo en silencio, solo aullada por rumores y encasilladas en teorías conspirativas desangradas; según ellos; por entes (algunos de nosotros) que no son aporte alguno a este nuevo mundo, a este nuevo orden que se prepara para el advenimiento de algo mejor, pero que huele a inframundo en sus entrañas.

 

Una nueva religión se implanta en las venas de las sociedades esclavas, viene sobre un arcoíris siniestro y aberrante, adornado por palabras que deconstruyen viejos valores. Las calles y logos se tiñen con multicolores franjas que impulsan a las almas débiles a adorar los símbolos del oprobio y del asco. Todos marchan al son del ritmo de Baphomet, eso representa la tolerancia y la aceptación en este ocaso de civilización, muy pocos siguen en la lucha de informar, criticar y debatir sobre temas que hoy ya casi son prohibidos de tocar.

 

Este nuevo mundo ya se abraza con el fuego en una locura febril.

 

Colapsan las tierras, hoy compradas por poderosos que sueñan con hambrunas y alimentos sintéticos. Los animales de granja son «peligrosos», la carne vacuna produce exceso de CO2... en fin, todo hace daño al medio ambiente, todo lo que alimenta al hombre. Nadie dice nada sobre las plantas nucleares en Japón y otras partes, nadie recuerda que los mayores contaminantes y productores de este CO2 malo son los países grandes... de donde provienen las bestias.

 

Colapsan las mentes de los homo-plebs... suicidios, asesinatos en masa, guerras por tierras santas, por religiones, por dioses, por imposiciones, locura y caos sobre las ciudades. El raciocinio yace destrozado en algún lugar lejano, distante.

 

Las alimañas que nadan en excrementos verdes se preparan en sus sórdidas mansiones y sombríos búnkeres para el colapso final que viene, y buscan sin descanso llevar a cabo sus demoníacos planes.

 

El aleteo de los insectos intenta enterrar las verdades, las fuerzas del mal no se detendrán ante nada ni nadie para mantener sus maquiavélicos secretos sepultados. A cada paso que se acerca la verdad, estas gárgolas corren el riesgo de perder el control de la realidad, y temen que sus mentes se fracturen en pedazos bajo el peso del poder de la luz.

 

El inframundo cada vez más cerca.

 

Este es el peso muerto del presente...

 

y el infierno ya lo creó el hombre».








 

 

Kunstverk av Erik Oswald.

Redigert av Jarl Asathørn.

Artikkel skrevet av Jarl Asathørn.