«Lo que consideramos
humano es la mayor de las tragedias humanas»
«Entre un
leve deshielo desaparece junio, mes cargado por el frío ancestral, ese que
tanto se echaba de menos. Estamos en otra época, la de un supuesto cambio
climático y a éste se le culpa de todos los vaivenes letales que vemos en el
mundo: inundaciones, granizadas colosales, incendios voraces, etc. Sin embargo,
todo esto es algo natural en los eternos ciclos del paso del tiempo-no tiempo.
Aquí, en
Magellan, se congelaron las cañerías... recordándonos que el paso de Nevadonia
traería consecuencias, aquellas olvidadas y que ya se habían transformado en
parte de una leyenda.
Mientras, en
esta Tierra de sicótica colapsan los suelos, el agua furiosa se traga calles,
avenidas, represas, cerros, colinas, autos y casas, la muerte navega en un gran
barco y las parcas cosechan y cosechan almas... los monstruos que han
construido este sistema siguen empeñados en su lúgubre agenda, todo en
silencio, solo aullada por rumores y encasilladas en teorías conspirativas
desangradas; según ellos; por entes (algunos de nosotros) que no son aporte
alguno a este nuevo mundo, a este nuevo orden que se prepara para el
advenimiento de algo mejor, pero que huele a inframundo en sus entrañas.
Una nueva
religión se implanta en las venas de las sociedades esclavas, viene sobre un arcoíris
siniestro y aberrante, adornado por palabras que deconstruyen viejos valores.
Las calles y logos se tiñen con multicolores franjas que impulsan a las almas
débiles a adorar los símbolos del oprobio y del asco. Todos marchan al son del
ritmo de Baphomet, eso representa la tolerancia y la aceptación en este ocaso
de civilización, muy pocos siguen en la lucha de informar, criticar y debatir
sobre temas que hoy ya casi son prohibidos de tocar.
Este nuevo
mundo ya se abraza con el fuego en una locura febril.
Colapsan las
tierras, hoy compradas por poderosos que sueñan con hambrunas y alimentos
sintéticos. Los animales de granja son «peligrosos», la carne vacuna produce
exceso de CO2... en fin, todo hace daño al medio ambiente, todo lo que alimenta
al hombre. Nadie dice nada sobre las plantas nucleares en Japón y otras partes,
nadie recuerda que los mayores contaminantes y productores de este CO2 malo son
los países grandes... de donde provienen las bestias.
Colapsan las
mentes de los homo-plebs... suicidios, asesinatos en masa, guerras por tierras
santas, por religiones, por dioses, por imposiciones, locura y caos sobre las
ciudades. El raciocinio yace destrozado en algún lugar lejano, distante.
Las alimañas
que nadan en excrementos verdes se preparan en sus sórdidas mansiones y
sombríos búnkeres para el colapso final que viene, y buscan sin descanso llevar
a cabo sus demoníacos planes.
El aleteo de
los insectos intenta enterrar las verdades, las fuerzas del mal no se detendrán
ante nada ni nadie para mantener sus maquiavélicos secretos sepultados. A cada
paso que se acerca la verdad, estas gárgolas corren el riesgo de perder el
control de la realidad, y temen que sus mentes se fracturen en pedazos bajo el
peso del poder de la luz.
El
inframundo cada vez más cerca.
Este es el
peso muerto del presente...
y el
infierno ya lo creó el hombre».
Kunstverk av
Erik Oswald.
Redigert av Jarl
Asathørn.
Artikkel
skrevet av Jarl Asathørn.