(Escrito el domingo 19-08-18)
Vuelo sobre los cerros y las colinas intentando sacudirme la madrugada del no-hoy.
La gran extensión de la Tierra se ve nebulosa y solitaria, como me gusta. El horizonte es una larga línea que a ratos se une con el cielo lejano, como una hermosa sinfonía.
Se sacuden los cimientos, los 4 pilares, es como si Gea quisiera decirnos algo nuevamente. Es un clamor desesperado desde las entrañas profundas del mundo inverso.
Las aguas devoran pueblos y calles, mientras los gemidos desaparecen engullidos por los escombros, el barro y la desecación en este torbellino de un no-presente repugnante, asqueado por la presencia humana.
La Tierra se tambalea como borracha sin esperanzas.
Y todavía no emergen las verdades ocultas por los invasores.
Solo flotan por el aire los llantos inocentes.
Ruidos cavernosos... mientras el Libro del Gusano recibe los coros de quienes odian la existencia, o tal vez, solo detestan la humanidad.
Son ellos los que quieren escapar entre el babel y el dolor, escupiendo muerte desde arriba y también desde abajo.
¡Cuanto ruido polvoroso y mohoso entre tanta penumbra soleada!
Aún bajo los pies de los antiguos.
Yog-Sothoth fuera de las hojas de un libro, él y su corte infernal hoy dirigiendo grandes conglomerados...
... sentados en reuniones negras, decidiendo los destinos de esta especie.
... y los eternos esclavos siguen dibujando sonrisas, siguen creyendo que lo que viven... es real.
Son familias que se desintegran como alas de mariposas... arrastradas por cadenas unidas por egos.
Tardes con olor a primavera.
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Anoche... entre vodkas... el mundo.
... sonrisas falsas...
... una vez más... el mundo en un cubo.
... ya tarde-madrugada, una basca...
... otra voz asqueable...
... otro rostro humano para olvidar...
... nada importante...
... ningún aporte a las sombras del profundo bosque.
... más bazofia creada por el mundo...
... más nombres para quemar.
La oscuridad de este mundo se acerca como un monstruo hambriento.
Me siento perdido, como viajero de otro mundo.
No es mi Tierra.
Y sigo buscando a Petrea,... desde el aire,... desde las hojas.
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