“Reconciliarse con la Madder Natura”
Es increíble
como el hombre - en su variedad de especies - se haya alejado cada vez más de
la tierra, es como si lo que ha creado con sus propias manos fuera más importante
que lo elaborado por Dios y los dioses.
Hombre:
Especie ignorante.
Nuestro
cuerpo fue forjado en el horno terrestre y seremos polvo otra vez, para recordar
lo que somos.
Ninguna creación absurda del hombre puede cambiar su destino… ver
el rostro de lo olvidado.
Han separado
la vida de la muerte y es por esa razón que no comprenden la realidad que los
aterra y los rodea, es como intentar distanciar dos hermanitos al nacer.
No existe
horror más grande que la ignorancia de esta especie.
La
naturaleza nos muestra la maravillosa creación cada segundo, y fue puesta como
un lienzo desplegado hacia todos los puntos cardinales y hasta la eternidad, serena
entre hojas, tinieblas y amaneceres.
Descansamos
en armonía en la oscuridad- la madre de todas las cosas - como lo hacen los
árboles, ríos y cerros, así es, y de esto todas las cosas dan testimonio.
El hombre ha
creado en torno a la oscuridad un miedo irrisorio y nefasto, y lo ha adornado
de horrores, fantasmas y monstruos… una enseñanza mediocre frente a la maestría
de lo absoluto.
Despertamos
y nos renovamos cuando amanece, cuando los pajaritos entonan sus cantos
celestiales adorando a Dios y a los dioses que le preceden en este desfile estelar
de armonías y melodías divinas que se esparcen como el polen de las flores, como
las semillas de las lengas de nuestro sur. Así es todo, así ha sido creado.
Nos
reconciliamos con la realidad, día a día, lo queramos entender o no… amanece y
es nuestra oportunidad de ver y creer de nuevo en el aire, en las nubes y en la
tierra, pactamos en silencio con nuestros demonios internos, nos juramentamos
frente al espejo no volver a ser nosotros mismos… pero el hombre se olvida de
todo cuanto prometió cegado por su poco autodominio y su pobre intelecto, gozan
y se deleitan con lo mínimo, con sus costumbres citadinas absurdas.
Han separado
a través de las edades todo cuanto fue unido, es mejor distanciar las cosas
incomprensibles para estudiarlas una a una, maquiavélicamente planeado entre
paredes y catedrales, iglesias y sótanos.
Aíslan lo ungido en las matrices, blasfeman
la honra de lo antiguo, es mejor tener distanciado lo que nos absuelve para
ejercer control sobre las masas mediante la estupidez de la ignorancia. Entre papados,
togas ceremoniales e incienso… han querido lavar el pecado y cierran los ojos
entre oraciones falsas para pedir perdón… lo puedo ver todo, desde aquí me viene
el llamado de los elementos, suenan las campanas para ultrajar mi reflexión, mi
verdad…
Humanos,
minúsculos devotos de la materia.
¿Cómo pueden
reconciliarse con la naturaleza olvidada?... entendiendo que son parte de ella,
que provienen de ella y que es ella quién los sustenta.
¿Qué puede
hacer el hombre por la tierra de todos y no de algunos?... Ella no entiende de
papeles ni de firmas y cuando habla lo hace con angustia:
“¡¿Por qué
me violan, por qué me ultrajan, por qué me olvidan?!”
... ¡Grita
madre Tierra, grita para que te oigan, sacude las ciudades llenas de gárgolas
frágiles, que caigan las cruces de la blasfemia y los signos del hombre débil!
… ¡Que busquen
a su dios antropomorfo para que los salve de su propia derrota, ese dios que
olvidan cada día entre sabanas, moteles y fiestas!
…¡Que el mar
treme y se eleve a las alturas y vomite alimento hasta que los
humanos
mueran de satisfechos,… lavando en el camino cuanta inmundicia encuentre! ¡Oh, esplendoroso mar que nos rodea y nos mece al vaivén de Selene!
…¡Que los
vientos arrasen los templos de mentiras y los carruajes de avaricia!
… cae la
tarde… y con ella viene la bendición…
… todo
cuanto hay, no sirve para el perdón…
… han
separado lo que ha estado unido, lo han hecho en sus conciencias… nada de lo
real puede separarse.
…
comprensión, voluntad, sacrificio… ver lo que está unido para verlo todo.
La
naturaleza es un don.
Cuando
atardece deseo de nuevo lo mismo, aquello que dejé atrás… en las sombras del
ocaso, la mirada cercana a las cenizas.
La ciudad
corroe el alma, las esperanzas, los sueños y las ideas.
Nada hay
para el hombre tribal. Todo es para la humanidad esclava.
Nada hay en
esta sociedad que se asemeje a lo natural.
El hombre
vive para el trabajo o trabaja para vivir… el trabajo es un condimento en la
vida ¡NO ES LA VIDA!... Vivir es estar en paz.
La tristeza
es no entender estas palabras…
… imagina
una colina… y un eterno crepúsculo… con un cáliz lleno de hidromiel en tus
manos, para llegar a los límites, a esos lugares donde se pueden vislumbrar las
totalidades y que son como auroras boreales de la verdad. Tendrás la sensación de
tranquilidad que te produce la quietud y podrás decir satisfecho:
“Me siento
feliz en este abandono”…
Nada escapa
de los ojos vigilantes en la Colina del Silencio.