Hay
situaciones, actitudes, miradas, personalidades y voluntades que no cambian,
tal vez, que no van a cambiar.
Es como alimentarse siempre de basura… sabes lo
que estás comiendo, sabes de que te alimentas… pero te nutres de todas maneras…
es, quizá, soñar a ser niño, esperar en el aburrimiento, o en la esfera donde
el tiempo no se mueve… para ver qué pasa, para esperar con angustia algo que
nos asombre entre tanto mal, aguardar por un poco de luz entre tantas sombras,
una gota de agua sucia entre tanta vastedad de arena.
Hay personas
que nunca van a cambiar, por más que lo intenten… si es que intentan cambiar.
No hay peor enemigo que aquel que miramos al espejo cada mañana, tarde o noche.
Hay sujetos
que inundan el ambiente con su vocabulario negro, de su boca solo salen cuervos
y buitres y vomitan carroña. Son seres… entes más que humanos, y que viven de la
basura social, viven de sus genitales, y sus recuerdos solo huelen a semen y a
órganos reproductivos.
Ellos no tienen
nada… solo son mentes inferiores llenas de excremento gonádico y angustias.
Algunos
sueñan con lo material, como si en ella viniera implícita la felicidad. Sus almas tienen
valor, pero valor que duerme en monedas.
Nadie compra la paz, nadie la quiere…
la tranquilidad es un buen pasar, manejar un auto y vestirse con ropajes caros.
Lo que el hombre no puede pagar no tiene valor, y por lo tanto, no merece todo
el esfuerzo ni toda la lucha que requiere lo que no tiene precio, lo que no te
da de comer.
“Prefiero
morir de pie sin tener nada de este mundo que morir arrodillado teniéndolo todo”
Las guerras
personales son para valientes y se combaten en lo profundo de la tierra.
Nadie sabe
que el perfeccionamiento abre un portal hacia lo más oscuro del subsuelo terrestre.
Lo real ha sido transformado en mitos.
Busca la
piedra de la formación.
Busca la piedra de la formación.
Esta colina
lo ve todo. Aquí se escucha lo indisoluble, incluso el aleteo de los abejorros.
Hace tiempo…
deambulé entre fuegos fatuos hasta encontrar la Catedral… allí había silencio,
como en esta colina… nadie oraba, nadie guiaba… rompí el vitral… ese fue el primer
paso… y viajé al fondo de la tierra.
Los bosques
lo escuchan todo.
El río del antiguo druida se oscureció de tanto vómito humano.
Hay personas
que nunca van a cambiar, por más que lo intenten… si es que alguna vez quieren
cambiar.
No hay peor creyente que aquel que no distingue el pecado de la
libertad.
Tanto vacío
tiene el corazón del hombre que lo vuelve ciego.
Tan seguro de
su autocontrol y sin embargo no sabe hacia dónde ir.
Tanta
promesa abrazada a Dionisio… promesa que se desvanece en los brazos de Morfeo.
Un lugar es
territorio apartado del control, olvido entre piernas escamosas, reino asegurado
y congelado, oídos de Sofía sacrificados por los susurros de Lilith.
Los ojos de
la serpiente sobre sus cabezas, esperan retribución dentro de un saco con
monedas de oro.
El hombre no
busca los reales cambios, sus promesas son aguas estancadas.
“Es mejor vivir con honor en la soledad que
morir en deshonor abrazado al mundo”
Las entrañas
de la tierra son terribles. Prefiero caminar en esas tinieblas que bajo la luz
cegadora que nos regala la ciudad.
No es
extraño jurar a tontas y a ciegas… la conveniencia es fruto del abandono.
Estas son
palabras de vida, huelen a miedo… hasta el diablo se disfraza de cordero.
Sin la
brújula del cambio no se puede pretender discernir lo no conocido.
Viaja al fondo
de la tierra… y busca la piedra de la formación.
Esta colina
lo ve todo. Aquí se escucha lo indescriptible, incluso el aleteo de los muertos.
En la
oscuridad lo distingo todo… veo el corazón y la mente del hombre atrapada entre
cuerpos sucios y danzas.
Veo el alma
del hombre clavado en las espinas del oprobio debajo de este lugar, en los
valles de la muerte, donde el cemento es selva.
Desde esta
zona apartada en el tiempo mental, bajo el signo del misterio puedo verlo todo.
No te olvides que nada escapa
de los ojos vigilantes en la Colina del Silencio.