PARTE
I
Esta debe ser la primera vez que estoy navegando en aguas extrañas, y
es que, la política me dejó de interesar desde hace mucho tiempo.
La llegada del izquierdismo a la Moneda —Casa central del Gobierno Chileno— me dejó con ese sabor amargo a
una derrota como país, ni siquiera en lo personal, ya que no adhiero a ningún
partido político de turno, esto tampoco significa que no tenga un gusto
personal por alguna tendencia política, recordemos que los humanos por defecto
somos animales políticos, aunque digan que no.
Gabriel Boric y los secuaces que lo acompañaron desde el inicio
demostraron; y siguen demostrando; que no tienen la capacidad para gobernar,
coloquialmente diríamos: «les faltan dedos para el piano».
El zurdismo, izquierdismo o comunismo jamás va a ser algo que cambie a
una nación, en vez de servir al pueblo, se sirven de ellos.
Tampoco se entiende que en pleno siglo 21 el comunismo marxista siga
siendo una alternativa política, cuando sabemos que es una forma dictatorial y
satanista de gobernar.
Tampoco entiendo en que momento el pueblo chileno dijo: «Démosle una oportunidad a los comunistas de
guiar nuestros destinos. Puede ser que esta vez lo hagan bien». Bueno, los
resultados están a la vista: economía por los suelos, alza inflacionaria que no
para, delincuencia desatada, extranjeros que ingresan por montones, cero
controles de fronteras, títeres de la ONU y de la OMS, inoperancia que bordea
la estupidez y esto, al parecer, puede seguir en otro eventual continuismo de
este asqueroso gobierno en manos de Jeannette Jara.
¿Existe la posibilidad real de que gane nuevamente el izquierdismo? Sí,
es posible. Y no se trata de las encuestas manipuladas, se trata de
imbecilidad. La imbecilidad le está ganando a la razón, la debilidad le está
ganando a la fuerza, estos dos conceptos están muy lejanos a lo que profesa
nuestro escudo patrio.
¿En qué parte de este camino nuestro pueblo perdió el sentido?
¿En qué parte de esta ruta los chilenos pensaron que el izquierdismo
podría ayudarnos a crecer?
Perdieron la senda a seguir, perdieron la visión, perdieron las
esperanzas de pueblo, extraviaron el hoy que condenará el presente que aún no
llega.
Chile no aguanta otro gobierno comunista, por más que Jeannette Jara
repita como mantra que ella «es diferente
y que quiere gobernar para todos», y no para seguir parámetros del partido
comunista al que adhiere desde siempre. Ella intenta camuflarse, pasar
inadvertida, quiere que todos crean que si es electa presidente ya no será
comunista, es tan ridículo como creer que Satanás, que, aunque esté orando en
una iglesia, va a cambiar o a ser diferente.
Las formas y los fondos deber correr por los mismos caminos y al
unísono, no puede cojear.
PARTE
II
La derecha también es culpable en esta debacle nacional, ¿Cómo es
posible que 3 candidatos no adherentes al izquierdismo estén tan separados?
Aunque para ser sincero, Evelyn Matthei es más de centro izquierda que de
derecha, por más que intente demostrar su asco en contra del izquierdismo
actual.
Matthei es una progresista, y como tal, sigue postulados que vomitan
los comunistas. El izquierdismo propugna ideas radicales y oscuras,
antivalóricas en todo sentido, y el progresismo —independiente del color— rinden pleitesía a esos postulados,
entiéndase: matrimonio homoparental, agenda LGBT, aplausos a la inmigración, y
tolerancia a la delincuencia en pos de los derechos humanos de quienes cometen
delitos.
José Antonio Kast... no es de mi gusto. Y si quiere ganar debe alejarse
eones de cualquier semejanza con el republicanismo norteamericano y de la
siniestra y muy cuestionable figura de Donald Trump. El republicanismo chileno
debe ser lo menos parecido al de Estados Unidos, debe apartarse de toda la
simbología gringa.
¿Le alcanzará para pasar a segunda vuelta?
Si logra los votos necesarios, ¿Tendrá el apoyo ciudadano para ganar?
PARTE
III
Johannes Kaiser le respira en la nuca a Matthei y a Kast, pero no sé si
será suficiente para pasar a segunda vuelta. Es muy difícil determinar quién de
la derecha tradicional competirá con Jara el sillón presidencial. Si existen
las sorpresas Jara iría con Matthei; algo que a principio de año era bastante
posible. Como sabemos, Matthei de a poco se fue desinflando gracias a tonteras,
exabruptos, poco control del carácter y a unos asesores que no servían ni para
el piso de la Moneda.
Una mega sorpresa sería que Kast se quede nuevamente en el camino
mordiendo el polvo y pasara, a última hora, Kaiser.
PARTE
IV
El domingo veremos que nos depara, y si las sorpresas existen. La
lógica dice que pasa Jara y Kast.
Lo ilógico es que pase Matthei y se enfrente con Jara.
El asombro máximo sería que Kaiser se enfrente con Jara en 2ª vuelta.
Continuará…
Análisis: Jarl Asathørn.
Edición final: Jarl Asathørn.








































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