«Y los tipos que fueron incapaces de anticipar
aquellas catástrofes son los mismos que nos acongojan con lo que ocurrirá
dentro de una década o un siglo.
Pero toda la alfalfa de la religión climática es
comulgada con unción por hordas de zoquetes y fanáticos, que —como señalaba
Unamuno— «apenas sospechan el mar
desconocido que se extiende por todas partes en torno al islote de la ciencia,
ni sospechan que a medida que ascendemos por la montaña que corona al islote,
ese mar crece y se ensancha a nuestros ojos, que por cada problema resuelto
surgen veinte problemas por resolver». En efecto, no hay conocimiento
posible sin conciencia de las muchas realidades naturales que ignoramos. Sólo
sabemos que nunca ha habido un clima estable sobre la faz de la Tierra; siempre
el clima ha estado variando, como nos demuestran los más serios estudios
geológicos: a épocas cálidas, incluso tórridas, se han sucedido épocas frías,
incluso gélidas. Providencialmente, nosotros vivimos en una era interglaciar
que lleva durando, con sus altibajos, más de diez mil años, y es la que ha
propiciado el florecimiento de una civilización admirable que ahora los
apóstoles de la religión climática están dispuestos a derruir, para
enriquecerse a mansalva. Desean imponer una tiranía maltusiana que, mientras
siembra el pánico en nuestros cerebros reptilianos, arrasa nuestra economía
productiva e impone formas alternativas y costosísimas de energía que sólo
sirven para disparar los precios y así engordar el reinado plutocrático
mundial. Nos instilan el pánico a un apocalipsis climático inventado, en un
experimento de biopolítica sin precedentes, para succionar la riqueza que aún
no controlan, mientras nos convierten en chatarra humana resignada al expolio
espiritual y a una pobreza creciente.
Si no nos rebelamos, lo conseguirán muy pronto».
(Juan Manuel de Prada)
«PRUEBA DE LOS TRES FILTROS:
En la antigua Grecia, SÓCRATES era admirado por su
sabiduría. Cierto día, le dijo:
—¿Quieres que te cuente lo que acabo de oír sobre
tu amigo?
Sócrates le respondió:
—Un momento. Antes de hablar, me gustaría que
pasemos lo que vas a decir por una pequeña prueba que yo llamo los tres
filtros.
—¿Tres filtros? —preguntó el hombre.
—Así es —dijo SÓCRATES —. El primero es LA VERDAD.
¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a contar es verdadero?
—Pues … no. Solo lo escuché por ahí.
—Ya veo. Entonces no sabes si es cierto. Pasemos
al segundo filtro: LA BONDAD. Lo que quieres contarme, ¿es algo positivo sobre
mi amigo?
—No, más bien es todo lo contrario.
—Entonces —replicó SÓCRATES — quieres hablarme mal
de él sin tener certeza de que sea verdad. Queda un último filtro: LA UTILIDAD.
Dime, ¿me sirve de algo saber lo que ibas a decir?
—La verdad … no.
—Entonces —concluyó SÓCRATES — si lo que me traes
NO ES VERDADERO, NI BUENO, NI ÚTIL, ¿PARA QUÉ CONTARLO?».
Fuentes:
Nibiru Conection.
Mente Abierta.
Noticias Alerta Global.
La Guarida del Lobo.
Identitas.
Después de la tormenta.
Muchas imágenes fueron editadas, la
mayoría mejoradas y una que otra fue creada por mí.
Edición final: V.D.M.