CORTE DE
RUTA
(Historia
basada en hechos reales)
Antes
de contar mi historia debo aclarar que debido a la situación en la que se
desarrolló el caso omitiré todos los datos que no sean necesarios.
La
información no tuvo alcance mediático, pero nosotros estamos seguros de que fue
un suceso único de índole paranormal.
La
mayor parte de mi vida fui trailero, trabajo que ya como muchos saben, es
considerado uno de los más propensos a tener encuentros con lo sobrenatural.
Yo
jamás había vivido algo así, pese a eso yo jamás había vivido algo así ni mucho
menos algo que me haya hecho sentir un miedo tan grande como el que sentí en
aquella oportunidad.
Tengan
en cuenta que fuimos varios los involucrados en este relato que, debido a su
magnitud, uno de nosotros terminó con problemas psicológicos, algo que doy
gracias a Dios de haberme librado.
Sucedió
en uno de tantos cortes de ruta que pasan en Argentina donde un número de
manifestantes prohíben el paso de los vehículos como forma de protesta al
gobierno local, tratando de esa manera llegar a un acuerdo que los beneficie
reparando el daño del que se sienten afectados.
Tal
fue el caso de aquella noche, en la década de los 90, cuando me topé con una
larga fila de vehículos que esperaban cruzar la ciudad donde se estaba
realizando el corte.
Después
de bajar y consultar sobre lo que estaba sucediendo supe que esa noche no
podría seguir mi camino.
Cerca
de allí me encontré con unos colegas que también habían quedado inmovilizados,
la incómoda situación nos motivó a resignarnos y a tratar de aprovechar el
tiempo que permaneciéramos en el lugar, por lo que nos propusimos a preparar
algo para pasar el tiempo.
Con
café y juegos de cartas de por medio se hizo la una de la madrugada.
Ya
nos estábamos despidiendo para descansar cuando comenzó todo el bullicio.
LOS
SERES
Vimos
camiones de gendarmería aparecer de repente de ellos bajaron decenas de
militares armados que corrieron en dirección a la multitud.
Algunos
se detuvieron justo frente a nosotros y desde allí disparaban gases
lacrimógenos hacia el tumulto.
La
reacción de la gente fue inmediata, a lo lejos escuchamos los gritos y llantos
tanto de mujeres como de muchachos jóvenes expresando el temor que sentían al
estar envueltos en esta represalia.
La
expansión del gas formando ya una inmensa nube sobre el pavimento no demoró en
llegar hasta nosotros, y aunque tratamos de protegernos, los químicos empezaron
a descomponernos.
Nosotros
estábamos estacionados justo al costado de un monte que es precisamente donde
vimos salir a esas cosas.
En
primera instancia pensamos que se trataba de la misma gente intentando huir por
el monte, pero a medida que iban saliendo a la ruta pudimos constatar que no
podían ser ellos.
Estos
eran seres de media estatura, parecían estar todos desnudos porque no
distinguimos prendas en sus cuerpos oscuros, algunos llevaban una especie de
ramas en sus manos y con ellas azotaba en el pavimento como signo de festejo
eufórico al ver lo que estaba sucediendo con la gente.
Algunos
no tenían rostros, otros abrían una inmensa boca con la que producían sonidos
intolerables al oído humano, todos se deslizaban en medio de esa nube y al
parecer sólo nosotros podíamos verlos desde donde estábamos.
EL
DEMONIO
Permanecimos
petrificados de horror, pero cuando creíamos que nada podía ser más terrorífico
que eso... vimos aparecer a otro ser, este tenía la fisionomía de un hombre
alto, robusto, con una barba cubriendo su mentón, sus ojos eran de dos brasas
ardientes que despedían llamas.
Un
enorme e infernal perro negro caminaba a su lado y a diferencia de los demás
éste nos observaba mientras caminaba hacia nosotros.
Fuimos
cuatro los que presenciamos eso, todos nos subimos al camión que teníamos más
cerca y salimos a toda prisa del lugar, manejamos hasta que dejamos de escuchar
gritos.
Al
detenernos uno de los muchachos tuvo un ataque de pánico del cual nunca pudo
recuperarse.
Dejamos
pasar el tiempo suficiente para recién volver a nuestros camiones, al llegar al
lugar ya había pasado todo, algunos vehículos retomaron su viaje.
Nosotros
llevamos al doctor de la ciudad a nuestro compañero, quien debió permanecer
sentado durante varias horas para poder estabilizarlo, aun así, nunca volvió a
ser como antes.
Después
de eso tuvimos la oportunidad de reunirnos nuevamente para hablar sobre el tema
llegando a la conclusión de que esa noche vimos al mismo demonio acompañado de
sus súbditos.
No
sé si alguien más ha presenciado de lo que nosotros fuimos testigos, pero,
escuchamos que esa ciudad es muy conocida por la cantidad de brujos y brujas
que viven allí.
Precisamente
el monte es el lugar preferido de muchos para hacer sus trabajos.
HISTORIAS
DE VAMPIROS REALES DE LA HISTORIA
JURE
GRANDO, EL VAMPIRO DE KRINGA
En
Kringa, un pueblo de la antigua región de Istria, hoy conocida como Croacia,
vivió y murió un campesino llamado Jure Grando. Y volvió. Según se recoge en
los archivos, Jure, defenestrado en 1656 debido a una enfermedad, volvió esa
misma noche como un štrigon, una estrige, y estuvo aterrorizando al pueblo
durante dieciséis años. Cuentan los documentos que atormentaba y violaba a su
viuda, asaltaba a la gente y aterrorizaba a los niños apareciendo por la noche
y a través de las ventanas. Varios lugareños se reunieron por fin, tras un
tiempo, y trataron de dar caza al vampiro de Jure, lo que consiguieron no con
una estaca, como dictamina el folclore, sino cortándole la cabeza y realizando
un exorcismo. El caso de Jure Grando es importante dentro del mundo de los
vampiros por ser, probablemente, el primero documentado oficialmente de la
historia.
Que
existió, lo sabemos.
Que
algo ocurrió en Kringa, también. Pero, ¿qué pasó realmente? No siempre podemos
apartar la oscuridad de los hechos pasados tiempo atrás.
EL
SACERDOTE PERRO
Los
escoceses son amantes de los fantasmas y otras criaturas fantásticas. Y no es
de extrañar que posean varios vampiros en su folclore llenos de castillos y
abadías ominosas regadas por la lluvia. De hecho, fue el castillo Slains, en
Cruden Bay, el que inspiró a Bram Stoker para escribir «Drácula». Pero ahora
vayamos a Melrose. Entre las paredes de su derruida abadía, allá por 1138,
cuentan los textos de Guillermo de Newburgh que vivió un capellán nada
ortodoxo. Este sacerdote gustaba de cazar a caballo con su jauría de perros.
Por sus excesos y su ineptitud como cura, fue llamado Hunderprest, o el «cura
perro» (o cazador). Dicen que cuando murió no tenía otra cosa que hacer que
volver como vampiro a atormentar a los ciudadanos de Melrose. También cuentan
que los abades le dieron caza y lo expulsaron de este mundo mediante un hachazo
en la cabeza y una pira funeraria.
PETAR
BLAGOJEVICH, EL NUEVE VECES ASESINO
Volvamos
a Europa del Este. El caso de Petar Blagojevich es uno de los mejores
documentados del siglo XVIII sobre histeria vampírica. El bueno de Petar vivió
cerca de Kisilova, en Serbia, en tiempos complejos de guerra y conflicto. Y,
como de costumbre en estos casos, murió para volver un día después a asesinar
gente. Según contaron sus conciudadanos, Petar Blagojevich asesinó a nueve
personas a lo largo de la semana siguiente a su muerte. Todos los finados eran
encontrados en sus camas con restos de sangre y la garganta abierta (o
aplastada). La cuestión es que la histeria se apoderó del pueblo, que amenazó a
la autoridad local para que tomara cartas en el asunto pasando por encima de la
autoridad municipal. El cuerpo de Petar Blagojevich fue exhumado, saltándose la
ley, y fue encontrado incorrupto y con señales de vampirismo, según relatan los
documentos. El cuerpo fue empalado y quemado, y las autoridades superiores,
debido a la gravedad del asunto, no tomaron represalias.
EL
PARTISANO DE MEDVEJA
Arnold
Paole fue un militar en tiempos revueltos. Una noche, cuentan los informes, fue
atacado por un vampiro, pero se salvó de convertirse en uno comiendo tierra de
la tumba del monstruo. Sin embargo, cuando murió, tiempo después, volvió como
vampiro. Eso decían los lugareños, al menos.
El
caso de Paole es especial porque fue el determinante que desencadenó la
«epidemia de vampirismo» de la Europa del Este del siglo XVIII. Según las
fuentes, el ataque de Paole a varios animales y personas habría causado la
continuación de esta «enfermedad» que afectó, como mínimo, a dieciséis personas
más. Puesto que el miedo a los vampiros venía creciendo desde décadas atrás,
esto levantó la alarma entre las autoridades que comenzaron a investigar,
exhumar y realizar informes sobre los supuestos vampiros. Cosa que sólo ayudó a
extender el rumor sobre la existencia de estos seres del averno.
Fuentes:
historiasdeterrorcortas.com
hipertextual.com
Edición final: vikingodemagellan.blogspot.com (V.D.M.)