EL ECO DE LA OSCURIDAD
Era una noche fría y oscura en el
pequeño pueblo de Willow Creek. Las calles estaban desiertas y las luces de las
casas parpadeaban débilmente en la penumbra. En el bosque cercano, un eco
misterioso resonaba entre los árboles, como un susurro inquietante que helaba
la sangre de aquellos que se aventuraban demasiado cerca. Los habitantes del
pueblo sabían que era mejor evitar el bosque por la noche, pero algunos,
atraídos por la curiosidad o la imprudencia, no podían resistirse a la
tentación de explorar sus secretos ocultos.
Capítulo 1: La Llamada de lo Desconocido
La joven Sarah caminaba por el
borde del bosque, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Había oído
hablar de los extraños sucesos que ocurrían en el bosque durante la noche, pero
su curiosidad superaba su miedo. «¿Qué podría ser tan aterrador en este lugar
tranquilo?» se preguntaba mientras avanzaba entre los árboles.
De repente, un sonido siniestro
resonó a su alrededor. Parecía un susurro, pero más profundo, más oscuro. Sarah
se detuvo en seco, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda. «¿Quién está
ahí?» preguntó con voz temblorosa, pero solo el eco de su propia voz le
respondió desde la oscuridad.
Sin embargo, algo en el eco
parecía diferente, como si estuviera distorsionado de alguna manera. Intrigada,
Sarah avanzó aún más hacia el corazón del bosque, persiguiendo el misterioso
sonido que la llamaba.
Capítulo 2: La Sombra en la Oscuridad
A medida que se adentraba más en
el bosque, la oscuridad se espesaba a su alrededor. Los árboles parecían
cerrarse sobre ella, formando un laberinto de sombras que la envolvían. Sarah
titubeó por un momento, sintiendo una sensación de claustrofobia que amenazaba
con abrumarla.
Entonces, vio algo moverse entre
los árboles. Una sombra oscura se deslizaba silenciosamente a su alrededor,
apenas visible en la oscuridad. «¿Quién está ahí?» preguntó de nuevo, pero esta
vez su voz temblaba con el miedo.
La sombra se detuvo y pareció
mirarla con ojos invisibles. Un escalofrío recorrió la columna vertebral de
Sarah cuando se dio cuenta de que no estaba sola en el bosque. «Vete…» susurró
una voz siniestra desde las sombras, pero Sarah no pudo moverse, paralizada por
el terror.
Capítulo 3: La Trampa de la Oscuridad
De repente, la sombra se lanzó
hacia adelante, envolviendo a Sarah en su abrazo frío y oscuro. Gritó de terror
mientras luchaba por liberarse, pero la oscuridad la atrapaba con fuerza,
envolviéndola en su abrazo mortal.
Cuando finalmente pudo liberarse,
Sarah corrió hacia la salida del bosque, el eco de sus propios pasos resonando
a su alrededor. Pero cada vez que pensaba que estaba a punto de escapar, el
bosque parecía cambiar a su alrededor, confundiéndola y haciéndola retroceder
una y otra vez.
«¡Por favor, déjame ir!» suplicó
Sarah, pero la oscuridad no mostraba piedad. Siguió persiguiéndola
implacablemente, alimentándose de su miedo y su desesperación.
Capítulo 4: El Eco Eterno
Finalmente, exhausta y al borde
de la locura, Sarah se detuvo y miró a su alrededor. Estaba atrapada en un
bucle eterno, atrapada en el eco interminable de sus propios miedos.
Entonces, una última vez, la
sombra se materializó frente a ella, con ojos vacíos y hambrientos. «Bienvenida
al eco de la oscuridad…» susurró con una sonrisa retorcida, antes de
desaparecer en la noche.
Y así, Sarah se perdió para
siempre en el bosque de Willow Creek, condenada a vagar por la eternidad en el
eco de sus propios temores. Y aquellos que se aventuraban demasiado cerca del
bosque por la noche podían escuchar su eco distorsionado resonando entre los
árboles, advirtiéndoles del peligro que aguardaba en la oscuridad.
EL RELOJ QUE MARCA LA HORA DE TU MUERTE
I
La Herencia Mortal:
En una antigua casa de campo,
rodeada por un bosque denso y oscuro, la familia Smith guardaba un secreto que
se remontaba a generaciones atrás: un reloj de pared que había sido pasado de
padres a hijos durante siglos. La leyenda familiar afirmaba que aquel reloj
tenía el poder de marcar la hora exacta en la que cada miembro de la familia
moriría.
Para muchos, era solo una
superstición, pero para los Smith, era una maldición que los atormentaba noche
tras noche. El patriarca de la familia, John Smith, fue el último en sucumbir a
la inevitable llamada de la muerte a la edad de 75 años. Antes de exhalar su
último aliento, entregó el reloj a su hijo, Michael, con una advertencia sombría.
«Este reloj marca la hora de tu
muerte, hijo. Cuídalo con tu vida», susurró John con voz temblorosa,
sosteniendo el reloj con manos temblorosas. Michael lo recibió con una mezcla
de incredulidad y miedo.
«¿En serio crees en esta
tontería, papá?», preguntó Michael, con una sonrisa nerviosa.
«Es más que una tontería, hijo.
He visto cómo se cumple», respondió John con seriedad, su mirada perdida en el
pasado. «No cometas el mismo error que yo, Michael. Este reloj es una maldición
que no podemos ignorar».
Michael asintió, sintiendo un
nudo en la garganta. A pesar de su escepticismo, la sombría advertencia de su
padre lo dejó inquieto.
II
El Tic-Tac del Terror:
Las noches se volvieron
inquietantes para Michael. Cada vez que miraba el reloj, sentía un escalofrío
recorrer su espalda. El tic-tac constante se convirtió en una tortura para él,
recordándole constantemente su destino inevitable.
Una noche, mientras Michael
estaba solo en casa, el reloj comenzó a sonar de manera discordante. El sonido
era tan estridente que parecía atravesar sus tímpanos y hacer eco en su mente.
«¡Detente!», gritó Michael,
tratando de taparse los oídos para bloquear el ruido. Pero el reloj seguía
marcando la hora con una precisión macabra. Se acercó, observando el péndulo
oscilar con un ritmo hipnótico, como si estuviera llamándolo.
De repente, una voz susurrante se
coló en su mente, susurros ininteligibles que resonaban con un tono oscuro y
amenazador. Michael retrocedió, sintiendo un frío helado recorrer su espalda.
«¿Quién está ahí?», preguntó
Michael en voz alta, su voz temblorosa en el silencio de la noche.
No hubo respuesta, solo el sonido
continuo del reloj.
III
La Revelación Fatal:
Desesperado por librarse de la
maldición del reloj, Michael decidió investigar su origen. Descubrió que el
reloj había sido creado por un relojero enloquecido que había sellado un pacto
con el diablo para obtener el poder de predecir la hora de la muerte de las
personas.
Con el corazón lleno de temor,
Michael se dio cuenta de que el reloj no solo marcaba la hora de su muerte,
sino que también influía en ella. Si no lograba romper la maldición a tiempo,
su destino estaría sellado.
Decidido a desafiar su destino,
Michael se embarcó en una búsqueda frenética para encontrar una forma de romper
la maldición del reloj. Visitó a ermitaños en las profundidades del bosque y
buscó en antiguos tomos de magia negra, pero cuanto más investigaba, más se
daba cuenta de que su situación era desesperada.
Un día, mientras hojeaba un libro
polvoriento en la biblioteca de su abuelo, una página llamó su atención.
Hablaba de un ritual oscuro que podía romper cualquier maldición, pero requería
un sacrificio supremo: la vida del que deseaba liberarse de la maldición.
Michael tragó saliva con
dificultad mientras leía las palabras grabadas en la antigua página. Sabía lo
que tenía que hacer, aunque el miedo lo consumía.
IV
La Carrera Contra el Tiempo:
Decidido a romper la maldición,
Michael buscó la ayuda de un anciano sabio que conocía los secretos del mundo
espiritual. El anciano le advirtió que el reloj era un objeto maligno que solo
podía ser destruido con un sacrificio supremo.
«Debes estar dispuesto a dar tu
vida para salvar la de tus seres queridos», le dijo el anciano en un tono
grave. Michael sabía que no tenía otra opción si quería liberarse de la
maldición.
Con el corazón lleno de valentía
y determinación, Michael se preparó para realizar el sacrificio final. Reunió a
su familia en la casa, explicándoles lo que planeaba hacer.
«Es mi única opción», les dijo,
su voz temblorosa pero firme. «Debo romper esta maldición antes de que sea
demasiado tarde».
«No puedes hacerlo, Michael»,
suplicó su esposa, con lágrimas en los ojos. «No podemos perderte».
Michael le tomó la mano con
ternura, mirándola a los ojos. «Es la única forma», susurró. «Prometo que todo
estará bien».
V
El Sacrificio Final:
Llegó el día en que el reloj
marcaba la hora de la muerte de Michael. Con el corazón latiéndole con fuerza
en el pecho, se dirigió hacia el acantilado donde había decidido llevar a cabo
su sacrificio. El viento soplaba fuerte, como si la misma muerte lo empujara
hacia su destino.
Con una última mirada al reloj,
Michael cerró los ojos y se lanzó al abismo, ofreciendo su vida como pago por
la liberación de su familia. El viento silbaba a su alrededor mientras caía, y
por un instante, todo pareció detenerse.
El reloj, al presenciar el
sacrificio, emitió un sonido agudo y se detuvo en seco. La maldición había sido
rota, pero a un alto precio. La familia Smith nunca olvidaría el sacrificio de
Michael, cuya valentía los había salvado de una muerte segura.
El reloj, ahora inerte y
silencioso, yacía en el suelo como un recordatorio sombrío de los peligros de
jugar con el destino. La historia de los Smith y su encuentro con el reloj que
marcaba la hora de la muerte sería recordada por generaciones, como una
advertencia de los peligros de desafiar a la muerte.
FIN
Fuentes:
cuentomania.net
Edición final: V.D.M.