Todo se desvanece…
He viajado dentro... y no encuentro nada.
¿Podré sintetizarme con la lluvia?
¿Podré ser como la niebla?
Tengo...
... la verdad es que… no tengo nada.
Es como viajar a ninguna parte.
Como volar en
círculos eternos de ceguera vital.
La vida es como estar muerto.
Tal vez estar muerto me conceda la vida.
Sería mejor no existir... y fundirme con el polvo de las estrellas.
Quizá es solo un trance vivencial, una de esas etapas necesarias para ver, para observar mejor.
¿Me estaré acercando demasiado al borde?...
Tengo ansias de devorar mi destino y vomitarlo encima de las galaxias... y en los tronos de los antiguos.
Me siento tan lejos de lo que soy, de lo que era.
No soy, ni fui
nadie.
Quiero alejarme del Yo.
Es mi sueño-pesadilla.
Es mi rueda, mi entretejido...
¿Hay algo de
valor en estas oscuras grutas de mi ser?
Quiero respirar la nébula de los viejos bosques...
Quiero que las ninfas me saquen de este horrible pesar humano.
... y que las ondinas me lleven a las profundidades...
... y que los silfos me den un nuevo soplo de vida.
Que la Tierra se sacuda hasta sus cimientos con mi renacer...
Quiero caminar entre los árboles bajo el hechizo del viento hacia el solsticio de invierno...
¿Podré ser como las tormentas para arrojar lejos mi furia?
... no tengo... ni quiero nada.
... este es mi viaje a través de los vientos espirituales desconocidos.
