«Dame,
llama invisible, espada fría,
tu
persistente cólera,
para
acabar con todo,
oh mundo
seco,
oh mundo
desangrado,
para
acabar con todo.
Arde,
sombrío, arde sin llamas,
apagado y
ardiente,
ceniza y
piedra viva,
desierto
sin orillas.
Arde en
el vasto cielo, laja y nube,
bajo la
ciega luz que se desploma
entre
estériles peñas.
Arde en
la soledad que nos deshace,
tierra de
piedra ardiente,
de raíces
heladas y sedientas.
Arde,
furor oculto,
ceniza
que enloquece,
arde
invisible, arde
como el
mar impotente engendra nubes,
olas como
el rencor y espumas pétreas.
Entre mis
huesos delirantes, arde;
arde
dentro del aire hueco,
horno
invisible y puro;
arde como
arde el tiempo,
como
camina el tiempo entre la muerte,
con sus
mismas pisadas y su aliento;
arde como
la soledad que te devora,
arde en
ti mismo, ardor sin llama,
soledad
sin imagen, sed sin labios.
Para
acabar con todo,
oh mundo
seco,
para
acabar con todo».
Fuente:
Pelispop.lat
Altonivel.com.mx
Poemas-del-alma.com
Edición final: V.D.M.