«… estaba en un bosque, y había niebla… yo caminaba junto a mi camarada Odhinn, él llevaba un hacha… yo le advertí que no se fuera lejos, en el fondo sabía que era porfiado con este comando… siempre se va lejos… me dice que necesitábamos madera para el fuego, que ya no quedaba… al parecer estábamos de camping, aunque no estoy seguro de por qué estaba ahí. Comienza a alejarse y yo nuevamente le digo que no se vaya tan lejos.
Miro alrededor y la
niebla seguía ocupando espacio entre los árboles, no se veía más allá de 10
metros. Camino tranquilamente de regreso a un lugar que no recordaba, solo
seguía mi instinto en el sueño… aparezco en una gran avenida, había caminado
mucho, me doy vuelta y esta calle era muy larga, yo venía bajando… era como la
calle Bulnes, con pasto en el centro y algunos árboles que embellecían la
avenida, la niebla era profunda… me llamaba la atención que no había vehículos,
ni gente, ni ruido… todo era un silencio sepulcral… de pronto escucho detrás de
mí la voz de un hombre que me llama:
- ¡Hey! ¡Espera!
¡Jarno!
Al darme vuelta estaba frente a mí un hombre caucásico,
de un metro 76 aproximadamente, pelo corto echado hacia atrás, como engominado,
vestido elegantemente, un abrigo largo hasta los tobillos, grueso, color café
semioscuro, cuello de piel de zorro, chaleco gris, camisa blanca como las
que se usaban en el siglo 19, zapatos negros, de alta gama, negros y
brillantes, este hombre lucía una pequeña barba y bigotes delgados, mirada
gentil… y me dice:
- Tienes que
volver, otro de tus amigos desapareció en el bosque… Odhinn no volvió a la
mansión, lo buscamos, pero no aparece.
Esto ya me parecía muy extraño, al parecer eran varios
los que estaban siendo devorados por ese bosque nebuloso y misterioso,... mientras
caminaba con el hombre yo pensaba si él tenía algo que ver en estas
desapariciones, mi desconfianza aumentaba y me preparaba mentalmente para
cualquier vicisitud, mantuve mi distancia mientras subíamos la avenida que se
perdía en esta niebla eterna.
El sueño cambia… ahora estaba en un pueblo y caminaba
junto a mi camarada Declan… lo hacíamos por un ancha calle que iba de subida…
todas las casas eran de dos o tres pisos de altura, antiguas, como las que hay
en Europa, en aquellos pueblos fuera de las grandes urbes… se divisaban
montañas, todas cubiertas por la niebla, las calles y pasajes en silencio, sin
gente, sin autos… todo era silencio… le digo a Declan que mantuviera su mirada
atenta a los pasajes y calles mientras que yo me encargaba de observar las
casas… a unos 7 metros la única vivienda que tenía algún color distintivo; con una señalética; que
se escapa de la monotonía gris era un pequeño hotel… miro hacia el segundo piso
y logro divisar que alguien estaba viéndonos entre las cortinas, era una mujer,
se esconde… y le dije a Declan que debíamos ir a ese lugar…
Ahora estamos en un cuarto de ese viejo hotel… es de techo
alto, el cuarto es angosto, las paredes son de un color blanco sucio, es un
lugar antiguo, hay una cama de 3 plazas de ancho y 5 de largo, hay dos o tres muebles para guardar ropa, también son viejos, de madera, algo corroídos por el
paso del tiempo… siento la voz de Odhinn y le digo a Declan:
- Escucha… esa
voz es la de tu hermano, es la voz del pelao (apodo de
Odhinn) …
- ¡Sí! ¡Es su
voz! ¡Vamos a buscarlo!
Salimos a un pasillo algo oscuro, mal iluminado y vamos escuchando cuarto a cuarto… pared a pared… abrimos uno de ellos y dentro estaba Odhinn acompañado de una mujer, estaban discutiendo… con Declan nos miramos… algo no estaba bien… Odhinn nos mira y enojado nos pregunta que donde habíamos estado, que él nos estaba buscando por horas, que había recorrido el pueblo… no entendíamos nada de lo que pasaba…
¿Ese tipo era nuestro camarada?
¿Por qué estaba con esa mujer que lucía como cabaretera de bar de mala muerte?
¿Qué
pasaba en ese pueblo?».
Me despierto… mi gatito regalón quiere ir al baño.
Otro sueño muy particular que tuve esta madrugada…
¿La niebla de mis sueños me quiere decir algo que todavía
no dilucido?