sábado, 13 de marzo de 2021

ReEdiCordando II

Otra secuencia de 7 fotos.

Algunas son de junio de 2008: Satyrian poniendo un pedazo de madera en la fogata, Satyrian y Boromhyrr buscando leña de noche, y Satyrian junto a Boromhyrr que saluda, brazo en alto, a Odín… en el amanecer.

Otras, Satyrian y Boromhyrr sentados junto a un hermano árbol en la profunda y oscura noche, la carne asándose lentamente en la fogata y Satyrian con un cráneo como máscara… son de octubre de 2008.

¡Ah!, me faltó: Boromhyrr de pie en la noche. (junio 2008)








Para finalizar les dejo un hermoso poema dedicado a los bosques chilenos.

... Bajo los volcanes, junto a los ventisqueros, entre los grandes lagos, el fragante, el silencioso, el enmarañado bosque chileno...

Se hunden los pies en el follaje muerto, crepitó una rama quebradiza, los gigantescos raulíes levantan su encrespada estatura, un pájaro de la selva fría cruza, aletea, se detiene entre los sombríos ramajes. Y luego desde su escondite suena como un oboe...

Me entra por las narices hasta el alma el aroma salvaje del laurel, el aroma oscuro del boldo...

El ciprés de las Guaitecas intercepta mi paso...

Es un mundo vertical: una nación de pájaros, una muchedumbre de hojas...

Tropiezo en una piedra, escarbo la cavidad descubierta, una inmensa araña de cabellera roja me mira con ojos fijos, inmóvil, grande como un cangrejo...

Un cárabo dorado me lanza su emanación mefítica, mientras desaparece como un relámpago su radiante arco iris...

Al pasar cruzo un bosque de helechos mucho más alto que mi persona: se me dejan caer en la cara sesenta lágrimas desde sus verdes ojos fríos, y detrás de mí quedan por mucho tiempo temblando sus abanicos... helecho

Un tronco podrido: qué tesoro!...

Hongos negros y azules le han dado orejas, rojas plantas parásitas lo han colmado de rubíes, otras plantas perezosas le han prestado sus barbas y brota, veloz, una culebra desde sus entrañas podridas, como una emanación, como que al tronco muerto se le escapara el alma...

Más lejos cada árbol se separó de sus semejantes...

Se yerguen sobre la alfombra de la selva secreta, y cada uno de los follajes, lineal, encrespado, ramoso, lanceolado, tiene un estilo diferente, como cortado por una tijera de movimientos infinitos...

Una barranca: abajo el agua transparente se desliza sobre el granito y el jaspe...

Vuela una mariposa pura como un limón, danzando entre el agua y la luz...

A mi lado me saludan con sus cabecitas amarillas las infinitas calceolarias...

En la altura, como gotas arteriales de la selva mágica se cimbran los copihues rojos (Lapageria rosea) ...

El copihue rojo es la flor de la sangre, el copihue blanco es la flor de la nieve...

En un temblor de hojas atravesó el silencio la velocidad de un zorro, pero el silencio es la ley de estos follajes...

Apenas el grito lejano de un animal confuso...

La intersección penetrante de un pájaro escondido...

El universo vegetal susurra apenas hasta que una tempestad ponga en acción toda la música terrestre.

Quién no conoce el bosque chileno, no conoce este planeta. De aquellas tierras, de aquel barro, de aquel silencio, he salido yo a andar, a cantar por el mundo.

 

Poema de: Pablo Neruda




Fotos tomadas y editadas por mí.