Otra secuencia de 7 fotos.
Algunas son de junio de 2008: Satyrian
poniendo un pedazo de madera en la fogata, Satyrian y Boromhyrr buscando leña
de noche, y Satyrian junto a Boromhyrr que saluda, brazo en alto, a Odín… en el
amanecer.
Otras, Satyrian y Boromhyrr sentados
junto a un hermano árbol en la profunda y oscura noche, la carne asándose
lentamente en la fogata y Satyrian con un cráneo como máscara… son de octubre
de 2008.
¡Ah!, me faltó: Boromhyrr de pie en la
noche. (junio 2008)
Para finalizar les dejo un hermoso poema
dedicado a los bosques chilenos.
...
Bajo los volcanes, junto a los ventisqueros, entre los grandes lagos, el
fragante, el silencioso, el enmarañado bosque chileno...
Se
hunden los pies en el follaje muerto, crepitó una rama quebradiza, los
gigantescos raulíes levantan su encrespada estatura, un pájaro de la selva fría
cruza, aletea, se detiene entre los sombríos ramajes. Y luego desde su
escondite suena como un oboe...
Me
entra por las narices hasta el alma el aroma salvaje del laurel, el aroma
oscuro del boldo...
El
ciprés de las Guaitecas intercepta mi paso...
Es
un mundo vertical: una nación de pájaros, una muchedumbre de hojas...
Tropiezo
en una piedra, escarbo la cavidad descubierta, una inmensa araña de cabellera
roja me mira con ojos fijos, inmóvil, grande como un cangrejo...
Un
cárabo dorado me lanza su emanación mefítica, mientras desaparece como un
relámpago su radiante arco iris...
Al
pasar cruzo un bosque de helechos mucho más alto que mi persona: se me dejan
caer en la cara sesenta lágrimas desde sus verdes ojos fríos, y detrás de mí
quedan por mucho tiempo temblando sus abanicos... helecho
Un
tronco podrido: qué tesoro!...
Hongos
negros y azules le han dado orejas, rojas plantas parásitas lo han colmado de
rubíes, otras plantas perezosas le han prestado sus barbas y brota, veloz, una
culebra desde sus entrañas podridas, como una emanación, como que al tronco
muerto se le escapara el alma...
Más
lejos cada árbol se separó de sus semejantes...
Se
yerguen sobre la alfombra de la selva secreta, y cada uno de los follajes,
lineal, encrespado, ramoso, lanceolado, tiene un estilo diferente, como cortado
por una tijera de movimientos infinitos...
Una
barranca: abajo el agua transparente se desliza sobre el granito y el jaspe...
Vuela
una mariposa pura como un limón, danzando entre el agua y la luz...
A
mi lado me saludan con sus cabecitas amarillas las infinitas calceolarias...
En
la altura, como gotas arteriales de la selva mágica se cimbran los copihues
rojos (Lapageria rosea) ...
El
copihue rojo es la flor de la sangre, el copihue blanco es la flor de la
nieve...
En
un temblor de hojas atravesó el silencio la velocidad de un zorro, pero el
silencio es la ley de estos follajes...
Apenas
el grito lejano de un animal confuso...
La
intersección penetrante de un pájaro escondido...
El
universo vegetal susurra apenas hasta que una tempestad ponga en acción toda la
música terrestre.
Quién
no conoce el bosque chileno, no conoce este planeta. De aquellas tierras, de
aquel barro, de aquel silencio, he salido yo a andar, a cantar por el mundo.
Poema de: Pablo
Neruda
Fotos
tomadas y editadas por mí.