sábado, 13 de marzo de 2021

D. L. H.

 


Es interesante ver los procesos sociales que están ocurriendo en algunas sociedades de este iracundo mundo de… “otrora sapiens”. Tenemos varias sub especies que están intentando tener un protagonismo casi esquizoide con tal de reafirmar ideas que presuponen trasfondos pro humanitarios, pro “educación”, etcétera.

Y este mundo social se sacude porque los cambios son necesarios, no todos, pero son necesarios si buscamos “mejorar” un sinnúmero de falencias críticas que tienen como raza social.

Considero que las principales son eliminar los monopolios, las monarquías… o sea, todo lo que implique absolutos que pisoteen a los pueblos. Esto, por obviedad, no sucederá a corto plazo, y si lo vemos con la mirada pesimista… no sucederá jamás.

Ya están implantando ideas, para este nuevo “cambio”, para esta neo-educación, y neo-historia humana… pero con bastantes contrasentidos, porque de paso se llevan lo mejor del pensamiento, de la cultura y de la historia.

Han sido años donde pequeños grandes corpúsculos de humanoides enfermos han sembrado la semilla del homosexualismo como si esta condición sexual-espiritual fuera un valor agregado que contribuye a los mejores procesos sociales y humanos por venir. Y se han agregado varias cosas más: travestismo, transexualismo, etc. Solo falta que en un par de años más se agregue como algo normal la pedofilia, y que nos digan que no es una deformación sexual, sino que es una mirada vieja de las relaciones que los antepasados humanos veían como normal, y que hoy se ha satanizado por las culturas añejas basadas en la cristiandad, en la moral y en la tan cuestionable ética.

Lo peor de esto es que si no aceptas estos nuevos parámetros sociales tú recibes la marca de este nuevo mundo, de esta nueva especie en proceso evolutivo y te señalan como si fueras un ser retrógrado, inculto y con poca capacidad de tolerancia.

Para ser sincero, esos humanoides me tienen sin cuidado. Este es un análisis, una crítica y un valor del pensamiento, lo acepten o no.

No es un llamado a la violencia ni al caos, es una reflexión… para que los “nuevos pensadores” y “escuderos” de la sociedad no se asusten.

Sigamos:

Y en los últimos años los homo-plebs no encontraron nada más interesante que llamar a las marchas y a las revueltas sociales como medio para exigir a los estados gubernamentales que cambien todo, que les den todo… es como si fueran niñitos caprichosos llorando por mas teta. No se ven seres racionales ni sabios en las marchas, ellas solo son un desfile interminable de payasos, incultos paranoicos, perturbados emocionales, sentimentalistas de novela y estúpidos parasitoides que se pegan a estos movimientos para dejar escapar sus frustraciones sexuales y monetarias, se hacen llamar anarquistas y no son más que unos miles de imbéciles descerebrados que son movidos por los instintos más básicos del primitivismo caníbal, mediocres envidiosos, llenos de la misma mierda que los poderosos, rebalsados de bilis ambiciosa que los corroe hasta la médula.

Y si a esto sumamos que no encontraron nada más educativo que comenzar a incendiar los monumentos de los llamados héroes, esos hombres y mujeres que ayudaron a la refundación de nuestra patria, soldados y generales que lucharon por la libertad de este país, y que hoy unos miles de sabandijas consideran un oprobio para la historia y la neo cultura chilena.

Incluso, se instaló la idea de que esas estatuas representan una especie de adoración y respeto a la guerra. Sí, estos monumentos empiezan a ser vistos como una exaltación a la muerte y a la beligerancia.

¿Por qué se mira el pasado con los ojos de hoy?

¿No es una estupidez comenzar ahora a cuestionar decisiones y acciones que se dieron en un momento dado en cualquier historia de cualquier país?

Lo que son hoy, es fruto de la beligerancia en otra época, y ese contexto fue el ayer, y todo lo que disfrutan en el presente es el resultado de miles de muertes de otros chilenos, en otro tiempo, con otras circunstancias. Considero que se empezó a hilar demasiado fino con algunas cosas, y lo peor es que nos intentan imponer esas ideas absurdas, y solo con el pretexto de decirnos que las guerras son malas.

¿Qué país no ha basado su hoy en un pretérito que no tenga sangre y guerras? - ¡NINGUNO!

Y son unos pocos los que crean este caos incendiando estatuas que no molestan a nadie. Lo más ridículo del incendio al monumento del General Baquedano (en Santiago, capital de las ratas y cucarachas) es que los “aneuronales” que se encontraban ahí eran barristas del colo, y tal vez de otros equipos… una manada de delincuentes, de cobardes, de seres de poca o nula capacidad de racionalidad… y son ellos los que precisamente nos quieren re-educar, mediante el odio y mediante la fuerza.

En el instante que comencemos a escuchar a estas bestias incultas empezaremos a darnos cuenta que una sociedad que basa sus principios en escuchar a estos proto-humanoides ratoniles, es una sociedad que nivela hacia el abismo “anti-docto”.

Tal vez, estamos viviendo un oscurantismo social-intelecto-sapiente, porque estas nuevas luces cegadoras no te llevan exactamente al paraíso de la luminiscencia racional o intelectual… y menos aún a una evolución con tintes paradisíacos.

Quieren deconstruir la historia, una historia que no tiene vuelta atrás. Quieren borrar con el codo lo que fue escrito con la mano.

Lo único que pueden hacer como sociedad es aprender del pasado de ella, para no repetir guerras ni nada de lo hoy se empieza a cuestionar.