Este pequeño artículo está dedicado a todos quienes
estuvieron el fin de semana pasado bebiendo un whisky y unos vodkazos en el
búnker de Boromhyrr.
El tema es sobre la trascendencia de la sangre
familiar ligada a la trascendencia personal.
Y esto surgió porque Satyrian estaba un poco triste, porque sueña todavía con dejar un legado sanguíneo a su padre, entiéndase: un hijo. Esto – según la visión de él – es importante en su vida porque no concibe la idea de que su progenitor se muera sin haber conocido a un hipotético nieto que le traería felicidad en sus últimos años de vida.
Y esto surgió porque Satyrian estaba un poco triste, porque sueña todavía con dejar un legado sanguíneo a su padre, entiéndase: un hijo. Esto – según la visión de él – es importante en su vida porque no concibe la idea de que su progenitor se muera sin haber conocido a un hipotético nieto que le traería felicidad en sus últimos años de vida.
El tema se abordó desde la perspectiva individual, me
explico, yo opiné que si él quiere dejar un legado no culpe a sus hermanos por
no dejar “un ejemplo” de cómo se hace. Le hice ver que todo legado utópico
parte de una premisa básica que es: “Hazlo”… y “no culpes al resto de tus
carencias”.
La vida es de uno y si quiero dejar algún legado
familiar (algo que para mí no tiene
ninguna importancia) hazlo tranquilo, meditando el asunto y no te quejes de
nada.
Tener un hijo para hacer feliz a un papá es algo
bastante cuestionable.
Recordemos que debemos ser responsables ante la misma
responsabilidad.
No es cuestión de decir: “Voy a embarazar a mi pareja para que mi viejito sea feliz”.
Volviendo al tema central:
No es cuestión de decir: “Voy a embarazar a mi pareja para que mi viejito sea feliz”.
Volviendo al tema central:
¿Es necesario dejar un hijo
para sentirnos conscientes de la vida que tenemos o para sentir que
trascenderemos en el más allá?
Cuando hablamos de legado… todos suponen que es dejar
algo para ser recordado: una pintura, una canción, un gran poema, un hijo, una
situación financiera familiar, etc.
De lo anteriormente expuesto… nada me interesa.
Considero que no existe mayor legado que haber sido un
buen ser humano, bondadoso, misericordioso, etc. Todo lo demás carece de importancia.
Además… si viviera pensando en dejar algo estaría
loco. La vida es nuestra y no hay que pensar en estas cosas tan absurdas.
Vivir es aprender y cualquier aprendizaje que sea
valioso y transmisible a otros es un buen legado, pero no lo podemos decir
nosotros, son ellos quienes, tal vez, en vida, te digan: “Gracias por ayudarme en los momentos críticos. Muchas gracias”…
Dar y agradecer no cuesta ni un centavo.
Si eres de los que piensan que tener un hijo para que otros sean felices ¡Hazlo!
Dar y agradecer no cuesta ni un centavo.
Si eres de los que piensan que tener un hijo para que otros sean felices ¡Hazlo!