Casi siempre creemos que estamos tan lejos que nada puede
afectarnos.
Este mundo infecta con su cercanía.
Ahora, cualquier monstruo puede devorarnos. Estábamos tan lejos… al
menos… eso creíamos.
La muerte golpea la puerta de todos.
No tienen que ser monstruos del espacio, ni gigantes del ayer.
Las parcas acompañan a la muerte diminuta, la muerte invisible.
Una tarde fotográfica, con lluvia, colores grises, que tanto me
gustan.
Otro día que desaparece como si no valiera nada.
¿Sabemos apreciar la vida que tenemos?
La Tierra está infectada de humanos… los humanos infectados con
virus… de aquellos que puedes ver en un microscopio.
Los virus mortales y siniestros se esconden en oficinas secretas, con claves secretas, detrás de gobiernos ciegos, ocultos en las monedas y billetes, en los logos de las grandes corporaciones, otros… debajo de la Tierra… y otros sobre ella… y sobre volando los espacios aéreos como si fueran dueños de todo.
Los virus mortales y siniestros se esconden en oficinas secretas, con claves secretas, detrás de gobiernos ciegos, ocultos en las monedas y billetes, en los logos de las grandes corporaciones, otros… debajo de la Tierra… y otros sobre ella… y sobre volando los espacios aéreos como si fueran dueños de todo.
Son míseros insectos.
Los humanos… un fallido experimento.
… pero con un potencial oculto. Con una fuerza que no conoce de
ambiciones… incorrupta en su esencia.
Pero la han olvidado entre tanto sueño
absurdo, entre tanta escoria ambiciosa.
No hay nada peor que el olvido de uno mismo.
“… vivimos centrados en el ego y no en el alma...
mas el que no teme a mis tinieblas,
encontrará bancos llenos de rosas blancas bajo mis lengas.”
(Friedrich Nietzsche – adaptación: Asathørn)
Fuentes:Foto de hombre enmascarado - planetamagnifico.com
Foto del bosque - pinterest