sábado, 1 de septiembre de 2018

Septiembre con gusto a Nada



Y llegó septiembre. Un mes que me agota mentalmente. Veremos protestas de odio protagonizadas por los estúpidos resentidos de mierda de este país, aquellos que no vivieron el 11 en el ‘73, que nunca supieron sobre la figura de Pinochet, pero que se creen dueños de escupir odio en las calles, contaminando el aire de esta Tierra con humo negro, una banda de descerebrados que se creen anti-derecha, pero no creen en nada.

Solo son tontitos jugando a ser malos, a ser anarquistas de segunda.
Zánganos poblacionales que sueñan con tener todo gratis.
Irrespetuosos de la ley y del entorno.

Avanzará este mes entre cuecas, empanadas, vino, chicha y desperdicio de dinero para sentirse unos instantes más “chilenos que los porotos”.

La gente zombie estará desesperada por salir a ramadas y cuanto lugar se les ocurra para borrar el patetismo en que viven.

Personalmente nunca he celebrado el 18. No me interesa, no voy a ser ni mas ni menos. Mi vida no va a cambiar por beber chicha o comer las desagradables empanadas de pino. Prefiero perderme en los bosques y beber vodka o un whisky, mientras fumo un habano.

Septiembre también está marcado por las famosas y repetitivas parrilladas y asados, mierda que fomenta el consumo masivo e indiscriminado de carne. Pero solo es muerte enmascarada en una tradición.

No me gusta septiembre.
No me interesa.

Tal vez, sea... porque no me considero chileno.
Tal vez sea porque estas tradiciones no tienen nada que represente a esta Patria.

Las empanadas se comen y se preparan en toda América.

Los asados y parrilladas están en todas partes, y sobre todo son mas conocidas en Uruguay y Argentina, aunque ellos se crean dueños de esto, no les pertenece.

El vino puede ser algo representativo, pero no es algo propio.

En definitiva, ¿Qué tenemos que sea nuestro?
Trato de pensar en alguna comida típica de Chile, y lo único que me llega a las “neuro’s” son los porotos con rienda, pero tampoco es algo criollo, debo decir que este plato lo detesto, me cargan los tallarines o cualquier pasta.

¿La cazuela? Puede ser. Aunque no puedo corroborar nada acerca de este plato.

Otra tradición, que es una mierda, es el rodeo.
Estoy en contra del maltrato animal. Y de todas formas, tampoco es algo nuestro.

Significa que septiembre no solo no significa nada, sino que es sinónimo de odio, de zombies esclavos de la maldita economía de mercado.