Sigue avanzando el 2018 en medio de crisis económicas, terremotos
continuos, voces que arrastran odiosidades, sublimación petrolera creada por
quienes dominan la sangre negra de la Tierra, seudos atentados, marchas para
derrocar gobiernos nuevos, muertes y más muertes, como si la vida no valiera
nada.
En este caos profundo, supuestamente de ajustes, de
sincronizaciones, las cosas siguen y siguen igual.
La estupidez reina en las urbes, en las grandes sociedades.
Y… un sueño se mece en los brazos de la ceguera absurda creada por
la tecnología: todos creen que tienen voz, pero es una simple ilusión.
En
pantallas se mueven los idiotas, creyendo que son parte de un todo, de un
colectivo… un sueño, el oro de los tontos. Los tuiteros creen que cada mierda
que defecan, es oro puro. Irrisorio.
Termina septiembre, mes sin significado alguno. Un mes que de alguna manera
reconfortó mi alma, en algún sentido.
Lluvias, las hermosas lluvias opacaron y
destruyeron la lógica de cada año… los borrachos, pendencieros y seres patéticos
que desfilan y deambulan en cada ramada del país.
Las lluvias en algo limpiaron la macabra comparsa que mueve a seres
débiles, sin vida, que gozan la vida para sentirla más cerca.
En todo este peregrinar de estupideces aparece Nicolás Maduro (aka el inmaduro) acusando a Chile,
Colombia y México de planear un atentado en contra de su persona… todos sabemos
que es un balazo al aire para que las miradas rehúyan la verdad que sucede en
Venezuela ¡Que conveniente que peligre su vida mientras las vidas de los
venezolanos, sin “atentados”, estén al borde del precipicio!
Evo Morales, presidente de Bolivia, calma su discurso, o mejor
dicho, gira sus venenosas palabras en… ¿Cuántos grados? - ¡Volteretas a la que
está acostumbrado!
¿Qué nos depara de aquí a fin de año?
¿Otros terremotos?
¿Inundaciones devastadoras que asolan las ciudades y pueblos en todas partes?
Crisis.
Son crisis.
Son señales.
La mayoría de las veces aseguro que no es un plan, no es un destino…
es parte de la materia, y este devenir universal-material-entrópico, lo que
vemos y sentimos, no es nada inusual… los humanos son los inusuales, los que están
demás en la entropía.
Supuestamente creadores… o co-creadores.
Se supone que son esenciales (los
humanos) en la obra “magnífica” de un Dios lejano… y lo único que han
logrado es más esclavitud, más destrucción y muy poca obra creadora que los “dioses”
se dignen a colocar en el ¡GRAN MUSEO EN LA CASA DE DIOS PADRE!
... pero siguen deambulando como muertos vivientes en la vida.
Como ciegos en la existencia.
¡Sigan danzando!
¡Y BIENVENIDOS AL GRAN Y TERRORÍFICO BAILE DE LOS IDIOTAS
ENMASCARADOS!
Fuentes:
Foto1: El Nuevo Día.
Foto2: El País - Philippe Wojazer Reuters. Inundación provocada por el río Sena. Francia.
Foto3: La Vanguardia.