viernes, 28 de septiembre de 2018

Casi una Editorial: 2018 avanza cojeando


Sigue avanzando el 2018 en medio de crisis económicas, terremotos continuos, voces que arrastran odiosidades, sublimación petrolera creada por quienes dominan la sangre negra de la Tierra, seudos atentados, marchas para derrocar gobiernos nuevos, muertes y más muertes, como si la vida no valiera nada.

En este caos profundo, supuestamente de ajustes, de sincronizaciones, las cosas siguen y siguen igual.

La estupidez reina en las urbes, en las grandes sociedades.
Y… un sueño se mece en los brazos de la ceguera absurda creada por la tecnología: todos creen que tienen voz, pero es una simple ilusión. 
En pantallas se mueven los idiotas, creyendo que son parte de un todo, de un colectivo… un sueño, el oro de los tontos. Los tuiteros creen que cada mierda que defecan, es oro puro. Irrisorio.

Termina septiembre, mes sin significado alguno. Un mes que de alguna manera reconfortó mi alma, en algún sentido. 
Lluvias, las hermosas lluvias opacaron y destruyeron la lógica de cada año… los borrachos, pendencieros y seres patéticos que desfilan y deambulan en cada ramada del país.
Las lluvias en algo limpiaron la macabra comparsa que mueve a seres débiles, sin vida, que gozan la vida para sentirla más cerca.

En todo este peregrinar de estupideces aparece Nicolás Maduro (aka el inmaduro) acusando a Chile, Colombia y México de planear un atentado en contra de su persona… todos sabemos que es un balazo al aire para que las miradas rehúyan la verdad que sucede en Venezuela ¡Que conveniente que peligre su vida mientras las vidas de los venezolanos, sin “atentados”, estén al borde del precipicio!

Evo Morales, presidente de Bolivia, calma su discurso, o mejor dicho, gira sus venenosas palabras en… ¿Cuántos grados? - ¡Volteretas a la que está acostumbrado!

¿Qué nos depara de aquí a fin de año?

¿Otros terremotos?

¿Inundaciones devastadoras que asolan las ciudades y pueblos en todas partes?



Crisis.

Son crisis.

Son señales.

La mayoría de las veces aseguro que no es un plan, no es un destino… es parte de la materia, y este devenir universal-material-entrópico, lo que vemos y sentimos, no es nada inusual… los humanos son los inusuales, los que están demás en la entropía.

Supuestamente creadores… o co-creadores.
Se supone que son esenciales (los humanos) en la obra “magnífica” de un Dios lejano… y lo único que han logrado es más esclavitud, más destrucción y muy poca obra creadora que los “dioses” se dignen a colocar en el ¡GRAN MUSEO EN LA CASA DE DIOS PADRE!

... pero siguen deambulando como muertos vivientes en la vida.
Como ciegos en la existencia.

¡Sigan danzando!

¡Y BIENVENIDOS AL GRAN Y TERRORÍFICO BAILE DE LOS IDIOTAS ENMASCARADOS! 



Fuentes: 
Foto1: El Nuevo Día.
Foto2: El País - Philippe Wojazer Reuters. Inundación provocada por el río Sena. Francia.
Foto3: La Vanguardia.