jueves, 13 de septiembre de 2018

Mímesis: Hechizo de la frecuencia Theta


Este artículo nació en la madrugada, bajo el signo del casi sueño, por ende, tiene un desorden caótico de ideas y “furia”.


“En la naturaleza el mimetismo sirve para sobrevivir.
¿Qué imita, entonces, la vida?

La vida intenta imitar el sueño de los hombres. Es por esa razón que parece una pesadilla.
De la Barca tenía razón: “la vida es un sueño…”

Por milenios quienes diseñaron esta pesadilla han sido aquellos seres resueltos a crear, manipular y dirigir a las grandes masas de esclavos-idiotas que hoy llamamos humanidad.

Si vemos lo que pasa hoy, todo esto lo confirma.

Están siendo dirigidos por unos pocos, los que han pisoteado sin remordimientos vidas, familias y a la Madre Tierra… son aquellos que con tal de alcanzar sus metas asociadas al dinero son capaces de todo.

Esta raza débil ha tenido que convivir con Faraones, Reyes, Papados, tiranos, dictadores y hoy… deben rendir pleitesía a regañadientes a los Presidentes de su país. Y si esto lo encuentran poco, además, deben seguir las instrucciones de empresarios, capataces, jefes, etcétera, etcétera y etcétera.

Todas las cosas creadas para las homo-plebs fueron diseñadas por los “más fuertes”, los ambiciosos, los amorales, depravados, desquiciados, los carroñeros de poca estirpe.

Todo este conjunto de mierda ¿Es necesaria? – al parecer, sí. Los humanos son incapaces de tomar decisiones propias y que sean al mismo tiempo correctas. Prefieren callar, y como ovejas llevadas al redil… solo balar para que algún suspiro sea escuchado desde lo lejos de la existencia.


Necesitan dioses… y creo que también ellos necesitan a los humanos.

Debe existir algo que aún no sabemos de quienes nos crearon. Debe haber una trampa, algo escondido, porque nunca han sido sinceros con sus juguetes (humanidad).

Las sociedades intentan imitar algo que no tiene nombre, ni sabiduría.

La vida, el concepto profundo, alejado de la mente humana, intenta, quizá, imitar la patria secreta, el umbral invisible, aquello incomprensible y que está muy lejos de la mente del hombre.

Las religiones imitan la vida espiritual de Dios, de los dioses… 
... con rituales, con ideas, con libros, con palabras complejas, rituales secretos en templos, para que sus esclavos borregos no entiendan nada y se dejen guiar por los curas, sacerdotes y líderes espirituales.


¿La existencia, a quién imita?

¿A su creador?

¿Existe Dios en esta entropía infame?

¿Existen los dioses creadores?

Estamos aquí-- ¿por un nacimiento espontáneo?

La panspermia, como polvo cósmico, como un vomito estelar… solo actuó por inteligencia propia… o puede ser que… dirigida. 
Algo incomprobable.

La vida humana es solo una quimera.

La humanidad, una pesadilla. 
Imitan tan mal que cada vez más se parecen a las bestias y menos al sueño de parecerse dioses.

¿La vida imita o solo Es…?

¿Es la vida parte de la continuidad del ser?

Quizá el hombre solo imita su debilidad y bajo este mandato intenta doblegar a la vida y ahora debemos soportar este mundo.

¿Qué es la vida?... solo un ahora, un instante.

El hombre intenta imitar a un Dios, y por eso que hay tanta guerra… quiere dominarlo todo y nada más importa en este viaje.

La vida imita a la existencia.
… y la existencia a un Dios o grupo de dioses que están envueltos en el velo eterno.

Imitamos a la naturaleza y ahí aprendimos de todo, y muchas cosas se crearon bajo esa consigna imitativa.

Entre humanos, imitan lo peor… el hijo copia lo bueno y lo malo de sus progenitores y esto marcará su destino.

El mimetismo y la imitación es parte de la cultura mental del hombre, es supervivencia, un recuerdo antiquísimo de los viejos proto-hombres de las cavernas.

¿Deben cuestionarse sobre a quién imitan o intentan imitar?

Imitar lo peor es el abismo del auto-abandono”


 Fuente: Imágen intro - matap.dmae.upm.es