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martes, 8 de octubre de 2024

Paranormal Effect Nº12



RUTA 52

(Basada en hechos reales)



Me llamo Daniel Zárate, soy trailero, como se conoce aquí en Argentina o camionero para otros países de Latinoamérica.

Llevo trabajando en esta noble labor desde mi juventud, herencia que me inculcó mi padre la cual también comparto junto a mi hijo, aunque nos desempeñamos en empresas diferentes.

Hago mención de esto porque una de las características principales en la que diferimos, es que a diferencia de mi hermano la empresa en la que yo estoy no me permite llevar acompañantes, razón que me llevó a vivir todas las anécdotas en soledad.

Algo que de cierto modo es ventaja para muchos, pero hay ciertas vivencias que quizás no ocurrirían estando acompañándonos de alguien, porque estoy seguro de que cuando estamos solos el demonio nos ve como un blanco fácil.

Esto me sucedió hace unos pocos años en uno de los tantos viajes que hice en la ruta 52 cerca de la cordillera fronteriza de Chile – Argentina.

Eran las 11:15 aproximadamente, la noche fría típica del clima mantenía impaciente mi deseo de llegar al destino, hacer mi entrega y regresar a mi hogar para así tener un merecido descanso.

Por cosas de la vida una falla inexplicable en mi camión obstruyó mi viaje, dejándome absolutamente solo parado a la intemperie de la oscura y congelada carretera.

Desde ese instante supe que algo malo pasaría, cuando me bajé del camión una brisa seca él o mi cara de inmediato, quise acelerar el proceso de revisar el motor y todo lo necesario para encontrar el desperfecto.

Dando por concluida mi búsqueda sin resultado positivo, nada técnico justificaba el mal funcionamiento del camión ni mucho menos el motivo por el que no podía darle arranque.

Maldecí en voz alta como quien se desahoga por algo que provoca molestia e impotencia nada más me quedaba por hacer, dependía de algún otro camión que pasara por el lugar a quien poder pedir ayuda.

Pero dada la ubicación en donde me encontraba seguramente pasarían horas en volver a ver a alguien por allí o al menos es lo que yo pensaba.

Media hora después empecé a tener una leve sospecha de que en realidad yo no estaba tan solo como creí en ese inhóspito sitio.

Una cinta flameante colgaba de un pequeño soporte a la orilla del parabrisas ésta me indicaba la furia de la brisa helada que castigaba la zona.

A pesar de que me encontraba dentro de la cabina con la calefacción sabía que de igual modo tarde o temprano podría averiarse, entonces yo también sufriría los estragos del frío.

 

LOS HECHOS

Estaba meditando aún en eso cuando de reojo percibí una sombra pasar por la ventanilla del lado del acompañante.

Por instinto me di vuelta para mirar, pero sólo me encontré con la oscuridad, no había terminado de reincorporar mi vista al frente cuando escuché un golpe lateral en el acoplado del camión.

Me quedé atento por unos segundos con el fin de distinguir si lo que había oído fue provocado por el viento, pero un nuevo golpe me convenció de que se trataba de algo más, alguien o algo estaba allí afuera golpeando la caja de carga.

Encendí todas las luces antes de bajarme no sin antes tomar un arma que solía llevar por seguridad personal.

Apenas puse un pie en el suelo cubrí mi nariz con mis manos para protegerme de un olor pestilente insoportable que surgió de la nada, pero no fue solo eso todo el ambiente pareció haber cambiado.

La noche estaba más oscura de lo normal el firmamento estaba cubierto de nubes negras que ocultaban las estrellas generando un clima perturbador.

No obstante, y algo más espeluznante todavía que me dejó inmóvil de miedo, unas sombras humanoides estaban paradas a unos metros de mí eran figuras tan negras que sobresalían de la misma oscuridad.

Estaban tiesas sin hacer nada, segundos después volví a escuchar el golpe giré mi cabeza y vi a dos de esas cosas prendidas del acoplado cerca mío tan cerca que los reconocí como los que despedían ese fétido olor.

 

LOS ROSTROS DEFORMES

Sólo alcancé a ver escasamente sus rostros deformes porque horrorizado me subí al camión asegurando las puertas e instantáneamente empezaron a provocar el caos.

Paulatinamente todo el camión empezó a balancearse hacia los costados era como si lo empujaran de ambos lados con una fuerza descomunal, podía sentir como las ruedas se levantaban del suelo para luego caer bruscamente.

El temblor producido por los impactos empezó a rasgar los vidrios de la cabina en tanto yo gritaba desesperado «dios sálvame por favor», al instante todo se quedó quieto junto a un silencio abismal.

Abrí los ojos rogando que todo se tratase de una pesadilla de la que acababa de despertar, pero no sobre el vidrio roto del parabrisas vi pegadas a esas cosas que ahora puede contemplar claramente.

Sin duda alguna eran demonios seres de rostros monstruosos de grandes bocas con muecas vacías de matices humanos, quienes al verme en esa frágil condición lanzaron gritos enloquecidos para reiniciar mi martirio.

El camión volvió a balancearse por unos minutos más hasta que finalmente y como éste se volteaba hacia un costado conmigo adentro partiendo las ventanas en mil pedazos.

 

PERDÍ LA CONCIENCIA

No sé qué ocurrió después perdí la conciencia y lo último que recuerdo es ver esos ojos brillantes mirándome fijamente.

Un camionero me salvó al encontrarme horas después la hipotermia casi acabó con mi vida al estar expuesto al clima durante todo ese tiempo.

Mi camión no solo estaba volcado, sino que no había espacio en el que no estuviera destrozado, un accidente provocado al haberme quedado dormido fue la razón que dictaminaron para justificar lo ocurrido.

Nadie creyó en mi historia pese a ser uno más de los que formaban parte de la extensa lista de accidentados en ese tramo de la carretera.

Todavía trabajo para la misma empresa, pero sólo abarco destinos en las zonas locales, estas que están plagadas de tránsito permanentemente.

Eso es lo que elegí, pues si me toca perder la vida conduciendo un camión indudablemente prefiero que sea cerca de una ciudad y no a manos de los demonios en aquella carretera de la ruta 52.

 

LA COBIJA DEL TRÁILERO

(Historia real)



Mi nombre es Jorge Ávila soy de Guadalajara Jalisco, soy trailero, al igual que lo es hoy en día mi hijo quien también forma parte de esta historia.

Era una helada noche del 2014 cuando me salió un viaje en el cual seguía circular por la carretera libre Guadalajara-Zacatecas, mi hijo de ese entonces 16 años se encontraba en plenas vacaciones de invierno por lo que aproveché para llevarlo conmigo.

Él también era aficionado a los camiones y era una de sus grandes aspiraciones el promover el oficio con el fin de convertirse en tradición familiar.

En el asfalto negro vacilaban los reflejos de las luces de mi tráiler en tanto mi hijo me contaba todas las hazañas realizadas junto a sus amigos.

Para mí no había nada mejor que disfrutar de su compañía, aunque pasando la medianoche mi entusiasta compañero de viaje comenzó a dar los primeros signos de sueño.

Le pedí que no se durmiera aún porque llegaríamos a un restaurante ubicado al costado de la carretera, lugar que suelo frecuentar cuando hago el mismo trayecto.

Él estuvo de acuerdo, pero para sentirse más cómodo mientras llegábamos tomó una cobija roja que yo traía en la cama de la cabina, y se cubrió con ella para así seguir entreteniendo me con sus anécdotas.

Llegamos al local cerca de la estación, dejamos el vehículo a unos pocos metros de la entrada, el bajó con la cobija sobre sus hombros cuando ambos descendimos para entrar al restaurante.

El dueño del lugar, un hombre mayor quien junto a su familia pasó muchos años prestando servicios a los viajantes con sus exquisitos platos regionales nos atendió muy amablemente, luego de prestarle atención a mi hijo nos sentamos a comer.

La plática amena en el cálido ambiente llegó a su fin después de terminar la cena, teníamos un viaje que hacer y aún estábamos lejos del destino.

Mi hijo me pidió que lo esperara porque quería ir al baño por lo que yo aproveché para platicar un poco más con el dueño.

Pasados unos minutos mi hijo no regresaba, me despedí del señor y me dirigía al tráiler para esperarlo, pero me sorprendí al ver que él ya estaba arriba de la cabina cubierto con la cobija.

Imaginando que en verdad ya estaba muy cansado preferí no decirle nada puse en marcha el vehículo y retomamos el viaje.


LA COBIJA ROJA

Conduciendo en la carretera me di cuenta de los detalles mi hijo estaba apoyado en el asiento cubierto en su totalidad, pero el espacio que ocupaba la cobija no concordaba con el tamaño de su cuerpo, era como si fuera una persona más grande la que estaba allí.

Me resultó más llamativo todavía que estaba tan rígido que no podía ni siquiera distinguir los movimientos de su respiración.

Extrañado lo llamé por su nombre para despertarlo, pero él no me respondió, con mi mano toqué su hombro y al instante ese cuerpo se inclinó hasta caer apoyado en la puerta dejando al descubierto parte de su cabeza.

Sentía escalofríos al ver unos largos cabellos asomarse tímidamente detrás de la cobija, no, eso no era mi hijo.

El terror que sentí apenas me permitió maniobrar el tráiler para frenar unos metros más adelante.

Me bajé desesperado y me quedé alejado observando incrédulo ese cuerpo desconocido mientras me preguntaba si eso no era mi hijo donde estaba él.

La respuesta me llegó al instante el celular en mi bolsillo comenzó a sonar indicando me una llamada entrante de un número que yo no tenía agregado.

Al contestar me paralicé, era mi hijo quien estaba llamando desde el teléfono del restaurante donde habíamos estado minutos antes.

Él salió del baño y no me encontró, trastornado voltee a mirar al tráiler para observar que aquella cosa ya no estaba, tartamudeando le dije a mi hijo que me esperara dentro del local que ya mismo regresaría por él.

A pesar de que tardé un poco en tomar valor y subirme al tráiler nuevamente para regresar… llegué mudo al lugar y únicamente atiné a disculparme por mi imprudencia, a lo que él reaccionó con risas burlándose de la situación.

Mi estupor creció cuando lo vi subir sosteniendo la cobija en sus manos, la misma que segundos antes me había hecho sucumbir la razón.

Mientras manejaba mi evidente nerviosismo no pasó desapercibido para mi hijo, me pregunto qué pasaba y por qué estaba temblando tanto.

Lo tranquilicé diciendo que sólo fue el susto del momento vivido por haberlo olvidado.

Lejos de que el susto terminara allí algo macabro se presentó más adelante.

Justo cuando volvía a pasar por el mismo lugar donde aquella cosa estuvo a mi lado y desapareció, mi hijo dio un grito de advertencia, pero no pude evitar que fuéramos víctimas de un accidente en el que podríamos haber perdido la vida.

Simultáneamente a su grito esa cobija se apareció planeando en medio de la carretera en dirección a nosotros, como siendo empujada en el aire por un viento inexistente en esos instantes.

Cayó extendida en el parabrisas cubriendo toda la visión causando que yo perdiera el control y chocáramos contra unos árboles al costado del camino.

Recuperé la conciencia cubierto de vidrios quebrados.

Por instinto no sentí dolor alguno, me percaté de la herida en mi cabeza recién cuando saqué a mi hijo del vehículo, quien gracias a dios sólo recibió leves cortes.

 

¿QUÉ PASÓ?

Esta breve y tétrica odisea tiene una posible explicación, la leí en un periódico días después de haber pasado por ese tormento, el cuerpo descompuesto de una mujer fue hallado cerca del lugar donde nosotros tuvimos el accidente.

Al parecer se trataba de una mujer de la vida galante a quien un trailero levantó cerca del restaurante donde cenamos mi hijo y yo, eso sucedió una semana antes de que nosotros fuéramos a local.

Por motivos que se desconoce aquel hombre terminó quitándole la vida y ocultando el cuerpo al costado de la carretera, dejando la cubierta sólo con una cobija, exactamente era una cobija roja idéntica a la nuestra.

 

 

 

Fuentes:

Historiasdeterrorcortas.com

i1.wp.com

Edición final: V.D.M.

 

  

miércoles, 8 de mayo de 2024

Paranormal Effect N°8



LA HISTORIA DE LA MUJER QUE SUPUESTAMENTE SE CONVIRTIÓ EN MONSTRUO EN EL ÁREA 51



El Área 51, es una base militar estadounidense ubicada en el desierto de Nevada, Estados Unidos, durante décadas este lugar ha sido protagonista de una gran cantidad de especulaciones y teorías de conspiración, debido a los altos niveles de seguridad y ubicación altamente ‘secreta’.

Uno de los principales temas que rodean los ‘misterios’ del Área 51, son los presuntos experimentos secretos que se llevan a cabo en este lugar. Esta base militar se encuentra en una región remota y es el lugar de pruebas y entrenamiento para los miembros de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, desde 1950.

Debido a su exceso de seguridad y a que se desconoce lo que allí ocurre, han surgido a lo largo de los años una serie de teorías relacionadas con la existencia y estudio de extraterrestres y terribles experimentos.

 

PROYECTO ABIGAÍL DEL ÁREA 51

El denominado proyecto ‘Abigaíl’ es uno de los primeros experimentos con humanos que supuestamente se llevaron a cabo en el Área 51 y según se conoce, inició poco después de finalizar la Segunda Guerra Mundial.

Se rumora en redes sociales que este experimento consistió en estudiar los efectos de la radioactividad en los humanos.

Se cree que Abigaíl Wester fue la hija de uno de los científicos más importantes y destacados del Área 51, el profesor Albert Western, quien sin pensarlo transformó a su hija en «uno de los monstruos más terroríficos creados por los humanos».

La joven universitaria, mostraba gran interés por ayudar a su padre en las investigaciones científicas que acontecieron tras la victoria de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

Tras lo ocurrido durante la guerra y con el fin de darle un uso científico al lugar, Albert Western decidió realizar experimentos en una persona de confianza, que no pudiera revelar la información obtenida, ni demandar por daños.

Varios documentales encontrados en internet, aseguran que el principal objetivo del Proyecto Abigaíl, fue estudiar cómo los seres humanos podrían resistir vivir en situaciones extremas.

Presuntamente, la joven fue sometida a recibir distintas dosis de radiación y tras dos años de constantes experimentos, Abigaíl Wester se encontraba con la piel arrugada, dientes desproporcionados y había perdido toda capacidad de razonar, por lo que actuaba únicamente por instinto.

Al ver el deterioro de su hija y darse cuenta de que se había convertido en una persona dependiente de los medicamentos, decidió seguir realizando experimentos en su hija Abigaíl, al darse cuenta, del deterioro físico y mental de la mujer, del profesor Albert

Western, decidió suicidarse, al ver el daño que le causó a su descendiente.

La leyenda referencia que, el doctor Western escribió una nota a sus colegas, donde les pedía que no mataran a su hija y que intentarán recuperar su cuerpo, sin embargo, el ejército estadounidense dejó de alimentar al «monstruo salvaje» en el que se convirtió Abigaíl, con el fin de ‘matarla de hambre’, pero no todo salió como esperaban, pues vecinos del Área 51 aseguraron haber escuchado aullidos y rasguños en repetidas ocasiones, se dice que Abigaíl se escapó de la jaula y se internó en el desierto, intentando sobrevivir.

 

12 MITOS E HISTORIAS MISTERIOSAS DE NUEVA YORK: MONSTRUOS Y FANTASMAS DE LA GRAN MANZANA



NUEVA YORK.- La Gran Manzana, la ciudad que nunca duerme, es mucho más que rascacielos y luces brillantes, ya que esta metrópolis icónica está cargada de historias de lo paranormal, lo inexplicable y lo misterioso.

Desde fantasmas que deambulan por calles oscuras hasta monstruos que se esconden en las profundidades del río Hudson, los mitos y las leyendas de Nueva York han sido parte integral de la cultura del estado durante generaciones.

A lo largo de los años, estas historias han sido fuente de inspiración para numerosas novelas, programas de televisión y películas.

Aquí exploramos 12 intrigantes mitos y leyendas que han dejado una marca indeleble en la historia y el folclore de Nueva York.

 

1. EL ASESINO NOCTURNO DE STATEN ISLAND

Durante años, ha circulado el escalofriante mito de un asesino con garfio en mano que atraía a niños traviesos al abandonado Hospital Seaview en Staten Island, llevándolos a su trágico final.

En los años 70, el horror real golpeó Staten Island cuando el asesino en serie Andre Rand secuestró supuestamente a niños de la zona.

Aunque se le sospechaba de múltiples crímenes, Rand solo fue condenado por dos, lo que resultó en una sentencia de prisión de 50 años a cadena perpetua.

 

2. EL TREN INTERMINABLE DEL PUENTE HELL GATE

El sombrío Puente Hell Gate, que se extiende sobre el río East de Nueva York, alberga el legado de un tren espectral.

Se dice que este tren transporta las almas de aquellos que encontraron un trágico final al lanzarse desde el puente o ser arrojados de él.

Aquellos lo suficientemente valientes como para trepar al puente afirman haber presenciado el brillo distante de un tren que nunca se materializa.

 

3. EL MONSTRUO CENTENARIO DEL LAGO CHAMPLAIN

El Lago Champlain, que atraviesa las fronteras de Nueva York, Vermont y Quebec, tiene una historia envuelta en el misterio. Desde 1609, se dice que el explorador Samuel de Champlain se encontró con una serpiente de 20 pies con rasgos equinos en el lago.

Esta criatura, conocida como "Champ" o "Champy", ha sido vista recientemente. En particular, una fotografía de 1977 capturada por Sandra Mansi mostró una criatura similar al monstruo del lago Ness, avistado tres siglos después de la aparición inicial de Champ.

 

4. ACTIVIDAD ALIENÍGENA Y VIAJES EN EL TIEMPO EN MONTAUK, NUEVA YORK

Camp Hero, una antigua instalación militar convertida en parque, alberga un legado de fenómenos inexplicables que abarca dos décadas desde 1960 hasta 1980.

Un ingeniero eléctrico llamado Preston Nichols afirmó que aquí ocurrieron experimentos psíquicos con niños, investigaciones sobre viajes en el tiempo y encuentros alienígenas.

Nichols incluso afirmó que se creó una grieta en el espacio-tiempo en 1983. El estado abandonado del sitio solo ha aumentado la intriga.

 

5. LA BASE AÉREA EMBRUJADA EN PLATTSBURGH

La abandonada base aérea de Plattsburgh se dice que está impregnada de entidades espectrales.

Informes de sonidos de marcha fantasmales provenientes del cementerio y ruidos espeluznantes del gimnasio, una vez morgue, han suscitado leyendas espeluznantes.

Además, el edificio 666, que brevemente funcionó como crematorio, se ha relacionado con fenómenos inexplicables.

 

6. EL BARCO FANTASMA DEL RÍO HUDSON

Un barco espectral navegando en contra de la corriente en el río Hudson se ha convertido en una figura legendaria.

Este barco fantasma, desprovisto de tripulación, se cree que es el Half-Moon, asociado con el explorador Henry Hudson.

Aunque su avistamiento ganó prominencia después del huracán Sandy, la aparición del barco suele ir acompañada de tormentas severas.

Los antiguos colonos holandeses atribuyeron intenciones malévolas al barco, considerándolo un presagio de destrucción.

7. EL FANTASMA DE LA MADRE QUE BUSCA A SU HIJA PERDIDA

A principios del siglo XIX, una trágica historia se desarrolló en Rochester cuando un granjero local cometió un acto atroz.

El granjero secuestró, violó y asesinó a una joven, dejando a su madre devastada en la búsqueda desesperada del cuerpo sin vida de su hija.

Abrumada por el dolor, la angustia de la madre la llevó a lanzarse desde un acantilado a las aguas del Lago Ontario, acompañada de sus leales perros que encontraron su fin poco después.

Hoy en día, la aparición de la mujer doliente, vestida de blanco, junto con sus dos perros espectrales, recorre el Parque Durand Eastman en una búsqueda interminable para encontrar los restos de su hija.

Se dice que estos fantasmas apuntan a los hombres que se aventuran en el parque, mientras que las mujeres se libran de su tormento espeluznante.

 

8. SE HAN REPORTADO AVISTAMIENTOS DE BIGFOOT EN NUEVA YORK

El año 1989 marcó un encuentro significativo con el esquivo Bigfoot. Scott David Harris y sus compañeros se encontraron con esta enigmática criatura en una noche fatídica mientras buscaban al hermano desaparecido de Harris alrededor del Lago Champlain.

La imponente y peluda figura los persiguió, y mientras los amigos de Harris huyeron, él se quedó el tiempo suficiente para percibir el aliento fétido de la criatura.

Un encuentro posterior con la criatura ocurrió en 1993 cuando Harris, ahora acompañado por un amigo, se encontraron en un coche estacionado cerca de un sendero en Westport.

La criatura, con ojos rojos brillantes, intentó abrir la puerta trasera del coche antes de que lograran una estrecha escapada.

 

9. EL MONSTRUO FLOTANTE DE KINDERHOOK WOODS, NUEVA YORK

La inquietante saga del Monstruo de Kinderhook surgió en los años 60, marcada por relatos de una entidad blanca etérea y sin forma.

Esta aparición, vista flotando entre las copas de los árboles cerca de Kinderhook Woods, emitía inquietantes sonidos silbantes que enfriaban hasta los huesos a los testigos.

Los relatos de la presencia de la criatura surgieron de niños, excursionistas solitarios e incluso adolescentes acampando cerca de los bosques.

Cada encuentro provocaba temor, lo que impulsaba a los testigos a retirarse rápidamente.

Curiosamente, no se han documentado más avistamientos desde esos inquietantes tiempos.

 

10. SE DICE QUE LA CALLE OESTE 57 DE MANHATTAN ESTÁ EMBRUJADA POR FANTASMAS

En 1922, una trágica historia de amor y traición se desarrolló en la Calle Oeste 57 de Manhattan.

Albert Champion, el innovador detrás de las bujías, se casó con una corista llamada Edna Crawford, quien participaba en secreto en un romance con el francés Charles Brazelle.

Brazelle, consumido por los celos, acabó con la vida de Champion y manipuló a las autoridades para que creyeran que fue una muerte relacionada con el corazón.

Crawford, heredando la riqueza de Champion, adquirió el ático en el 57 de la Calle Oeste 57.

La furia posterior de Brazelle llevó a la muerte de Crawford a manos de un teléfono, lo que resultó en que los guardias de seguridad arrojaran a Brazelle por la ventana.

Carlton Alsop, un adinerado socialité, habitó posteriormente el ático, pero los ecos atormentados de los amantes condenados lo llevaron a la locura.

La cordura de Alsop se deshizo, alejando a su esposa y finalmente obligándolo a buscar refugio en un sanatorio, mientras que sus perros sufrieron una angustia similar.

 

11. LOS CAIMANES DEL ALCANTARILLADO DE LA CIUDAD DE NUEVA YORK PUEDEN SER MÁS QUE UN MITO

La leyenda de los caimanes que habitan en el alcantarillado de la Ciudad de Nueva York está arraigada en un escenario peculiar pero plausible.

Según el relato, los visitantes de lugares como Luisiana y Florida adquirirían pequeños caimanes como mascotas, solo para desecharlos en los inodoros cuando crecieran demasiado para manejarlos.

Sobreviviendo en las profundidades de los alcantarillados de la ciudad, estos caimanes se alimentaban de ratas y otras criaturas subterráneas.

Mitos alternativos sugieren que los caimanes albinos vistos en los alcantarillados eran supervivientes que sobrevivieron sin exposición a la luz natural.

 

12. EL MITO DEL TESORO ENTERRADO EN LA ISLA DE LA LIBERTAD

El legado del Capitán William Kidd, que vivía en Pearl Street, se entrelaza con la noción de riquezas enterradas en la Isla de la Libertad.

Se rumora que Kidd escondió su tesoro en la isla mientras mantenía un punto estratégico para protegerlo.

La historia del Capitán Kidd tomó un giro sombrío cuando enfrentó la ejecución por piratería en 1701.

Un siglo después, los soldados de Fort Wood se embarcaron en una búsqueda del tesoro guiados por el consejo de un psíquico, que les aconsejó cavar bajo la luz de la luna llena.

La inquietante aventura reveló un cofre, un cráneo y una aparición extraterrenal con un sable en la mano que los ahuyentó aterrorizados.

A su regreso, el cofre había desaparecido, dejando atrás un misterio en la historia de la isla.

 

INSÓLITOS ENCUENTROS MILITARES CON EXTRATERRESTRES Y OTROS HUMANOIDES EXTRAÑOS (1)



En los anales de los encuentros militares, hay relatos que van más allá de los límites de lo convencional. Este artículo explora fascinantes relatos de extraños encuentros entre personal militar y entidades que desafían toda explicación convencional: desde encuentros con extraterrestres hasta el inquietante contacto con humanoides extravagantes. Sumérgete en estos relatos enigmáticos que han desconcertado a aquellos encargados de la seguridad nacional y han dejado un rastro de misterio en la historia de los encuentros militares.

La guerra trae consigo muchos horrores. El derramamiento de sangre, los asesinatos y la violencia pueden pasar factura a la mente humana. Sin embargo, a veces surgen fuerzas extrañas en el campo de batalla que parecen ser incluso peores que el enemigo, y para las cuales quienes las enfrentan no están completamente capacitados para enfrentarlas. Aquí veremos una selección de relatos que involucran a soldados que se han topado con seres inescrutables más allá de nuestra comprensión.



Un relato bastante oscuro pero aterrador se origina en octubre de 1943, en medio de la cacofonía de muerte y el caos de los bombardeos alemanes de Londres durante la Segunda Guerra Mundial. Mientras los ciudadanos se refugiaban en sus casas, esperando temerosos el próximo estremecimiento del suelo provocado por otra bomba atronadora, un grupo militar llamado ARP (Precauciones contra ataques aéreos) acechaba por las calles pintadas por el brillo parpadeante de las explosiones y rebuscaba entre los escombros de la masacre en un esfuerzo por salvar tantas vidas como pudieran. Uno de estos hombres se llamaba Howard Leland, y debía encontrar algo quizás mucho peor que el enemigo aquí en este páramo humeante y devastado por la guerra.

En algún momento, el suelo se agitó con la ira de un ataque de bomba particularmente cercano, y Leland supuestamente se metió en una casa abandonada temblorosa para refugiarse mientras la estructura le llovía polvo y escombros. Como era de noche, usó su linterna para atravesar la oscuridad, mientras las partículas de polvo desprendidas por el impacto de la bomba flotaban y bailaban en el haz. Se dirigió a lo alto de una escalera oscura que descendía hacia una oscuridad total que su débil luz no podía sacudir y, sin embargo, tropezó hasta el fondo de un sótano, donde, según los informes, se agachó para esperar a que pasara el bombardeo enemigo. corrió, rezando para que el edificio en el que se encontraba no fuera el siguiente en desintegrarse en escombros.

Mientras esperaba allí a que las bombas se detuvieran o murieran, supuestamente comenzó a tener la sensación muy fuerte de que lo estaban observando, que los ojos estaban pesados sobre él, una sensación que evolucionaría hacia una sensación palpable de pavor espeso. Sentado allí en el oscuro silencio, Leland supuestamente alumbró con su linterna hasta lo alto de las escaleras y captó con su haz la horrible visión de lo que parecía una enorme bestia felina agazapada en el escalón más alto, con grandes ojos y cuernos incandescentes. sobresaliendo de su cabeza. Leland explicaría más tarde que la entidad monstruosa parecía exudar ondas heladas de un «aura de maldad» y que sus ojos que no parpadeaban tenían una cualidad hipnótica que lo mantenía en trance.

 


Mientras estaba sentado allí paralizado por la mirada de la entidad, de repente saltó del escalón para abalanzarse hacia él mientras un aullido sobrenatural resonó en el aire quieto, pero antes de tocar el suelo pareció evaporarse en el aire, rompiéndolo de cualquier cosa. hechizo en el que lo había retenido. En ese mismo momento dijo que había escuchado voces y pasos humanos, y que algunos de sus compañeros miembros del ARP habían surgido de la oscuridad para rescatarlo. Leland les contó lo que había sucedido presa del pánico, pero ninguno de los otros hombres informó haber encontrado algo extraño en la casa y no había escuchado el gemido escalofriante que describió. Sin embargo, para sorpresa de Leland, algunos de los otros hombres de la unidad afirmaron que otros en la misma vecindad habían visto una bestia sombría parecida a un gato, con cuernos y ojos brillantes, muy similar.

Aparentemente, Leland estaría tan perturbado por su desgarrador encuentro con lo inexplicable que visitaría a un clarividente llamado John Pendragon, quien supuestamente fue inmediatamente capaz de adivinar la ubicación de la casa en un mapa de Londres. Con un poco de investigación en la historia de la casa, resultaría que uno de los propietarios anteriores había sido un ocultista y mago negro que habitualmente había utilizado gatos para sacrificios en rituales oscuros y arcanos. Parece que este siniestro individuo se había vuelto loco y luego se ahorcó en lo alto de esas escaleras, después de lo cual el monstruo felino había sido visto a lo largo de los años. Esto hizo que Pendragon llegara a la conclusión de que la entidad que Leland había visto era quizás algún tipo de espíritu elemental o demonio que había adoptado una forma felina al absorber la historia de violencia felina que impregnaba la estructura.

El relato fue escrito tanto en la autobiografía de Pendragon, Pendragon (1968), como en el libro de Brad Steiger Bizarre Cats (1993), y sigue siendo un relato verdaderamente extraño de lo inexplicable de la Segunda Guerra Mundial.

 

 


 

 

 

 

 

Fuentes:

eltiempo.com

univision.com

mundooculto.es

Imagen Abigail Wester – canal master movies.

Edición final: Jarl Asathørn.