«Las redes sociales se han convertido en el producto más consumido
actualmente. En ellas vemos imágenes de risas, glamur, diversión, destinos
inalcanzables e ideales de pareja, que muchas veces ni son ideales ni pareja.
La sociedad capitalista y consumista con su publicidad nos motiva, a través del
individualismo que nos vende, a consumir.
Consumir para ser mejor que los demás, para ser diferentes. Es la trampa
de la insatisfacción que nos obliga a seguir comprando y consumiendo. La que
nos propone metas inalcanzables e irreales de estatus social y belleza. Para
que las persigamos en una carrera sin fin.
La pornografía y la hipersexualización que recibimos a diario hace que
cualquier tipo de relación sexual a nuestro alcance nos parezca demasiado sosa
o rutinaria. Encontramos que el sexo, si no es salvaje y apasionado, es una
práctica anodina y decepcionante.
Hemos aceptado la televisión basura e internet como la hiperrealidad por
encima de la realidad, y parece ser que fuera del móvil ya no existe nada
interesante. Que ya no vale la pena levantar la cabeza y relacionarnos con
cuanto nos rodea.
Hoy todo se puede financiar, así que consumimos, consumimos y
consumimos. Ya pagaremos más tarde. Hemos olvidado lo que es la espera, la
consideración por los demás, la tolerancia a la frustración. Hemos olvidado que
a veces las cosas no salen como esperamos. Y que eso no es un drama. Por eso,
cuando nuestros deseos no se cumplen, nos sentimos tan mal.
Nos come la sensación de insatisfacción, de impopularidad, de
devaluación de nosotros mismos, de vacío incomprensible, de no estar
aprovechando el tiempo conforme deberíamos. Y no podemos ni queremos vivir ese
malestar solos, así que lo descargamos en quienes nos rodean.
Nuestro inconsciente ha interiorizado mensajes muy nocivos. Por ejemplo:
esforzarnos por conseguir cualquier cosa es una tortura. Si algo malo sucede o
sale mal, es un drama. Nada es nuestra responsabilidad. Las cosas deben de ser
siempre positivas. Nuestras expectativas deben cumplirse porque sí.
Esfuerzo, paciencia, perseverancia, humildad, gratitud, bondad,
sinceridad, responsabilidad… se han convertido en virtudes, casi en actos
divinos pasados de moda».
(Un bucle de
deseos y necesidades insatisfechas – Psicología y Mente)
Fuentes:
psicologiaymente.com
Saliendo de la matrix.
Después de la tormenta.
Plandemia mundial covid
2021.
Alerta Global.
Imágenes mejoradas y
algunas editadas.
Edición final: vikingodemagellan.blogspot.com