«La Divina
Comedia» fue el gran poema de Dante Alighieri, en el cual, guiado por Virgilio
(el poeta romano, el mismo Dante se adentra en las profundidades del infierno,
así como del purgatorio y del paraíso. Es una obra clásica italiana, del siglo
XIV. Hay quienes dicen, no obstante, que tanto el paraíso como el purgatorio no
son sino adornos y que lo verdaderamente grande en la obra es el infierno de
Dante. Existen opiniones muy diversas sobre este punto, pero es innegable la
influencia en la cultura de siglos posteriores del Infierno de Dante.
Cabe
destacar, antes de dar inicio, que la repercusión que tuvo esta obra en los
siglos posteriores fue tan inmensa como la institucionalización de un idioma,
pues antes del infierno de Dante pocas grandes obras se habían escrito en
italiano, pues para la época lo que predominaba entre los académicos era el
latín, y con esta gran recopilación de una serie de términos y palabras, que en
ese entonces eran no solo mal vistas sino despreciadas por los grandes autores,
Dante moldeó y le dio forma a lo que luego sería la lengua italiana, una de las
grandes lenguas romance. Además, ¿sabes de dónde viene el término «dantesco»?
Pues sí, del infierno de Dante.
LOS CÍRCULOS DEL
INFIERNO DE DANTE
El infierno,
como bien lo sabemos de la cultura popular-religiosa, es el lugar al que van a
parar los pecadores, quienes descreen de Dios, en casi todas las religiones,
pero más marcado en la religión católica-cristiana, fe que profesaba Dante.
Ahora bien, para la época de Dante el infierno era un lugar oscuro, del que se
sabían pocas cosas. El poder y el conocimiento pertenecían a la iglesia que
utilizaba el infierno para amedrentar a los creyentes. Es en este contexto de
desinformación y miedo en el que Dante escribe su obra y relata lo que ocurre
en cada uno de los Círculos del Infierno. Dante no pretende necesariamente ir
en contra del poder establecido, sino ilustrar al hombre común sobre todo
aquello que no podía ver: lo celestial y lo maldito.
Es por ello
que Dante, el Peregrino, se adentra, junto con el espíritu de Virgilio, en el
Hades, para descubrir que el infierno está compuesto por nueve círculos. En los
nueve Círculos del Infierno de Dante los pecadores están estratificados en
ellos, de mayor a menor, estando los últimos círculos en lo más hondos del
averno y, por lo tanto, lo más distante posible de la luz de Dios.
Adentrémonos
de la mano de Virgilio en el Infierno de la Divina Comedia y acompañemos a
Dante en su recorrido. Antes de adentrarnos en los nueve Círculos del Infierno
están la Selva, el Coliseo y la Colina en la que Dante se encuentra perdido.
Tras ella está Jerusalén y bajo la ciudad está el Infierno.
Para llegar,
entra por la Puerta del Infierno que lo sitúa en el Ante infierno en el que
Caronte le hace cruzar el río Aqueronte. Lo primero que encuentra es un espacio
lúgubre en la que están las almas de los indecisos, de aquellos inútiles que no
han dejado huella en el mundo; los que han vivido sin ser infames, pero han
muerto sin cosechar ningún mérito. Estos sangran y lloran lágrimas de las que
se alimentan repugnantes insectos. Entre los que lo habitan encontramos a
Poncio Pilatos o a Esaú. Pasada esta antesala, penetra en el primero de los
Círculos del Infierno.
1. PRIMERO DE LOS
CÍRCULOS DEL INFIERNO
De los nueve
círculos del infierno de Dante, en el primero, el más cercano a Dios, se
encuentran los no bautizados y los paganos que, pese a su «mala fe» (en el
sentido de fe no cristiana) fueron en vida hombres virtuosos. En este círculo,
pese a pertenecer al infierno, no se tormenta a los condenados. Es el Limbo.
Jesucristo, con su muerte y resurrección, liberó de este primer círculo a
muchos de los que en él estaban y que no habían accedido al Paraíso porque
vivieron antes del Cristianismo. Su castigo es no llegar a ver a Dios aunque lo
deseen y en él están, por ejemplo, Aristóteles, Platón o Averroes.
2. SEGUNDO DE LOS
CÍRCULOS DEL INFIERNO
En este lugar
está Minos, el legendario rey, que es el que juzga a que círculo deben bajar
los condenados. Entre el segundo y el quinto círculos reciben castigo los que
se dejan llevar por sus pasiones. En este segundo círculo son castigados los
incontinentes y especialmente los lujuriosos.
Los
condenados son atormentados con vientos que los arrastran contra las paredes y
hacen que se golpeen entre ellos, como una metáfora de como ellos mismos se
dejaron arrastrar en vida por sus pasiones. Allí están por ejemplo Cleopatra,
Helena o Tristán.
3. TERCERO DE LOS
CÍRCULOS DEL INFIERNO DE DANTE
En el tercer
círculo del infierno de Dante se castiga a aquellos que se dejaron llevar por
la gula, quienes viven en un pestilente barro y son abatidos por un fuerte
granizo mientras Cerbero, el can del infierno, enorme y de tres cabezas, los
ataca con dientes y uñas. El fango es la antítesis de los placeres de los
sentidos que adoraron en vida y la voracidad del Can Cerbero una metáfora de su
propia gula.
4. CUARTO DE LOS
CÍRCULOS DEL INFIERNO
El cuarto
círculo Danto lo reserva para los avariciosos, pero también los derrochadores,
quienes están condenados, como Sísifo, a llevar grandes pesos de un lado al
otro, en sentido opuesto los unos con los otros. Plutón vigila este círculo.
5. QUINTO DE LOS
CÍRCULOS DEL INFIERNO DE DANTE
El quinto
círculo está reservado para los iracundos y los perezosos. Están inmersos o
completamente sumergidos en la laguna Estigia y son vigilados por un barquero
llamado Flegias, que representa la Ira según la mitología clásica.
6. SEXTO CÍRCULO DEL
INFIERNO
El sexto
círculo del Infierno de Dante se halla tras el imponente muro de la ciudad de
Dite. Es para los herejes y, en este último, según Dante, se encuentran muchos
intelectuales del pasado que prefirieron la voz de su razón a la fe verdadera.
Están vigilados por gran número de diablos y por las Furias o Erinias de la
mitología. Sus sepulcros arden en llamas. El fuego que los abrasa era
considerado símbolo de purificación y en tanto que da luz un castigo a la que
muchos de ellos pretendían expandir a través de sus doctrinas heréticas.
7. SÉPTIMO DE LOS
CÍRCULOS DEL INFIERNO
El séptimo
de los Círculos del Infierno de Dante marca una clara división con los círculos
de la parte superior. A partir de aquí los condenados son culpables de haber
actuado de forma maliciosa y con intención. Para llegar hay que cruzar los
restos de un deslizamiento de tierras causado por el terremoto que ocurrió en
el momento de la muerte de Cristo.
Este lugar
es vigilado por el Minotauro, que simboliza la bestialidad y la locura que hace
que los seres humanos se parezcan a las bestias. En el séptimo de los círculos
del Infierno los condenados están divididos en tres grupos: en el primero están
los homicidas sumergidos en un río de sangre ardiente y son atormentados por
los centauros. En él puedes encontrar a Atila. En el segundo grupo o círculo
menor están los suicidas transformados en árboles y los derrochadores
desgarrados por perras hambrientas. En el tercer anillo están los blasfemos,
los sodomitas y los usureros, recibiendo lluvias de fuego en diferentes formas.
8. OCTAVO DE LOS
CÍRCULOS DEL INFIERNO DE DANTE
El octavo
círculo castiga a los que usaron la malicia pero en forma fraudulenta. Está
dividido en diez fosas que Dante llama colectivamente «Malebolge». En cada una
de ellas se sitúan los condenados por diferentes tipos de fraude y reciben un
castigo distinto. Los custodia Gerión, un personaje mitológico símbolo del
fraude.
En la
primera fosa encontramos proxenetas y embaucadores que corren desnudes
flagelados por demonios cornudos. En la segunda los aduladores rodeados de
excrementos humanos. En la tercera los simoníacos que son los que comerciaron
con bienes espirituales reciben su castigo y están rodeados de llamas y enterrados
en huecos cabeza abajo de manera que tan solo se les ven los pies.
En la cuarta
fosa están los adivinos y a los magos caminando hacia atrás con las caras
distorsionadas y deformes. En la quinta encontramos a los malversadores en un
lago de brea ardiente.
En la sexta
fosa están los hipócritas vistiendo pesadas capas de plomo. En la séptima los
ladrones entre serpientes con las manos atadas por serpientes y convertidos en
ellas. En la octava fosa están los consejeros fraudulentos y engañosos quemados
por lenguas de fuego. En la novena hallamos a los sembradores de la discordia o
la maldad atormentados por un demonio que los hiere y en cuando se cierra la
herida se la vuelve a abrir. Por último en la décima fosa están los
falsificadores de cualquier tipo sufriendo horribles enfermedades que los
deforman.
9. NOVENO CÍRCULO DEL
INFIERNO DE DANTE
En el noveno
círculo del infierno de Dante, finalmente, se encuentran aquellos que fueron
condenados por traición, quienes se diferencian de los simples fraudulentos por
engañar a alguien de entera confianza o con quien tuvieran una relación
especial. Vigilados por gigantes que son a la vez guardianes y penados, están
separados del resto de círculos por un inmenso pozo. Lejos de la usual imagen
del infierno, ese horno siempre caliente, los traidores aguardan congelados en
un lago de hielo llamado Cocito. Los traidores están divididos en distintos
grupos, encontrándose los peores a mayores profundidades.
La primera
zona es la Caina, que toma el nombre de Caín y en ella están los traidores a
sus allegados.
La segunda
zona es la Antenora, que debe su nombre al troyano Antenor que traicionó a su
Polis. En la tercera están los traidores a los huéspedes y se la conoce como la
Tolomea por el rey egipcio Ptolomeo que traicionó a su huésped Sexto Pompeyo.
La cuarta y última está ocupada por los traidores de los benefactores. Es la
Judeca, llamada así por Judas, el hombre que traicionó a Jesús, benefactor de
la humanidad.
Además de
sentar las bases de la lengua italiana o por lo menos cohesionarla en un texto,
el Infierno de Dante, así como el resto de la divina comedia, fueron libros
fundamentales durante siglos e, incluso hoy en día, son una referencia
ineludible de aquellos siglos oscuros de la humanidad, donde poco era lo que se
sabía y mucho lo que se imaginaba, una lectura necesaria para entender al
hombre de la época dentro de su propia circunstancia. Lo que ocurre en cada uno
de los Círculos del Infierno de Dante es terrorífico y aumenta a medida que se
desciende.
Fuente:
supercurioso.com
Edición final: V.D.M.