jueves, 11 de agosto de 2022

Trollish News: «La otra mirada de las noticias»

 




Llegó agosto a la rastra de guata, como si hubiera estado en un carrete infernal y que con suerte encontró su casa

¿Hablemos con franqueza?

Este mes y el anterior han sido de «enfrentamientos» entre quienes apoyan el apruebo o el rechazo, mientras pasan o siguen pasando cosas en nuestro Chile tan vapuleado por la estupidez y la ignorancia:

 


- Siguen las campañas de las vacunas y esta vez quien lucha a brazo partido defendiendo estas medidas «sanitarias» es la nueva ministra de salud - Dra. María Begoña Yarza Sáez - una tontorrona títere de la OMS y peor que Mañalich y Paris juntos. Esta galla junto a otros imbéciles son los que todavía tienen esas reglas de los aforos y restricciones que ya NO se usan en varias partes del mundo.

¿Le lloverán dólares de las farmacéuticas a la dichosa doctora?

¿Algún billetín de Pfizer?

Es raro, por decir algo, que aún la gente no pueda asistir a eventos masivos como tocatas o conciertos o ir al estadio porque el aforo es mínimo, casi ridículamente nulo.



Un ejemplo de esto se vivió el fin de semana en el partido entre la Universidad de Chile y la Unión Española en el estadio Sausalito de Viña del Mar donde asistieron solo unas 150 personas. Un partido que mínimo lleva 23.000. Fue una vergüenza por culpa de la ceguera e imbecilidad de las autoridades.

¿Quién es el tonto iluminado que implementa estas pautas dictatoriales de sanidad que hoy se ven añejas comparadas con las medidas sanitarias de otros países? – Me refiero al principal responsable.

Chile todavía sigue inmerso en esta estupidez servil a la OMS y no se entiende tanto «cariño», «tanto cuidado paternal» del estado, es como ¡WOW! ¡Cuánto me protegen las autoridades restringiendo mis movimientos solo por mi salud! ¡Si lo piensan bien es conmovedor!

¡Ich könnte kotzen!

 



- En la Araucanía siguen los atentados y quemas de fundos y camiones y no hay detenidos. Y el gobierno del mamarracho de Gabriel Boric sigue pensando si mantener o no el estado de excepción en el sur, siempre pidiendo votos o permisos cuando la autoridad al mando debe ser quien tome esas decisiones no pensando a quien le cae bien o mal.

Lo irrisorio es que TODOS saben quién es el líder de ese grupo terrorista, saben dónde vive y dónde se mueve... y no lo arrestan, me refiero a Héctor Llaitul.

¿Tanto es el miedo a ese humanoide Arsloch’?

 



- Los pastelazos o autogoles siguen en contra del gobierno comunista de «barba roja», hace caleta de días el pastelero fue Giorgio Jackson que salió con una declaración casi beata donde apuntaba sus dones casi divinos de valores por sobre el resto.

Más tarde tuvo que disculparse agachando la calva y usando esa cara de palo que lo acompaña siempre.

 



- El papanatas de Gabriel Boric fue a la asunción de poder del presidente colombiano y como siempre es la mesita de centro adónde va.

Y aquí uno se pregunta:

¿Qué onda con tanto presidente sudaca comunista?

¿En serio los pueblos de «sudacamérica» creen que el comunismo es la solución a todos los grandes problemas que nos aquejan? ¿En serio lo creen?

¿Será estupidez, comodidad o buscar una especie de «versión Beta» de presidente con otro olor político?

[El finde, mientras conversaba con un camarada, él me decía que le daba pena nuestro presidente, y no es por afectos políticos, sino porque lo encuentra medio tonto, sin experiencia y porque es de nuestra zona. Y pensando sobre esto yo me digo: cuando ya empiezas a sentir pena o lástima por un presidente es porque no da el ancho para gobernar]

 

- Sigue disparado el dólar, el alza en el precio de los alimentos, la violencia de los delitos, la inmigración sin límites, la nula justicia, las vacunaciones, la incapacidad gubernamental para frenar el terrorismo mapuche, la estúpida consigna por aprobar una constitución que tiene amarres y cosas tan esquizoides que es mejor votar por el RECHAZO que aceptar a tontas y a ciegas una constitución escrita por gaznápiros que propusieron una carta fundamental para DIVIDIR nuestro terruño y a su pueblo.

¿Ven?

¡Nada ha cambiado!

¡Todo puede empeorar!

 




Nos vemos.