« ¿Cómo llegaron a este punto en la (in) civilización humana?
En pleno siglo 21 esta especie no logró
salir de las estepas primitivas y todavía viven con el ansia de sangre,
acurrucados en las esquinas de sus cavernas, temiendo a los grandes monstruos,
temblando con el ruido de la noche, sin esperanzas absolutas, solo escuchando y
temiendo a los gritos del más fuerte.
La literatura e imaginación nos llevaba
a un mundo utópico, a una sociedad donde el hombre podía volar, colonizar otros
mundos... cuando pensaban que el siglo 21 iba a ser la cúspide de la
civilización... y todo se diluyó con el paso del tiempo-no tiempo, y hoy
estamos en un mundo orwelliano y distópico que está muy lejos de esos sueños de
escritores soñadores…
El vuelo sigue siendo el imperio de las
aves.
El misterio de los mundos abisales aún
no le pertenece al hombre.
La Tierra sigue en manos de unos pocos
que se arrogan el derecho de decidir quien vive y quien muere, o quien merece
vivir en este mundo secreto amorfo y oculto de la sapiencia de todos los
pueblos.
¿Cómo llegaron a este punto de crueldad
bestial?
Los horizontes se teñirán de rojo.
Las parcas esperan surcar la planicie
para llenar sus arcas negras de almas que terminarán cubiertas de llagas, polvo
y ausencia.
Los leviatanes que juegan con la vida
heredarán la Tierra.
Les ocultaron todo en sus propias y
arrogantes narices.
La verdad le pertenece solo a unos
pocos, a las hienas carroñeras de la vida.
La sabiduría todavía vive libre, es un
tesoro que ellos jamás poseerán. Cuando llegué será tarde.
El abismo aguarda impaciente que caigan
las saetas rojas, para cosechar tumores de existencia.
Llegaron marchando al borde del inframundo,
como corderos frágiles con la mirada perdida.
Se entregaron como prostitutas por un
poco de monedas para disfrutar la seudo vida que se desvanece como el florido
almendro.
... ¿Cómo acabaron tan lejos de la luz?
... ahora son como sombras...
... en un negro túnel de ausencia.
... de complacencia.
... y horror.
Soñaron a ser como Ícaro, y los devoró
el umbrío sol de los sin alma.
... ¿Queda algo en este mundo de ovejas
y borregos?
... sus templos le pertenecen a
Baphomet, ustedes lo aplauden, lo siguen y lo adoran. Sueñan que creen en
Dios... sin saber su nombre, sin saber nada. Un Dios sin nombre es cualquier
falso dios. Justifican el oprobio y la repugnancia con la divinidad, como si
supieran algo de los destellos del incognoscible.
¿Cómo llegaron a este nivel de
tolerancia?
Escuchando los llamados, aceptando los
dictados, creyendo en aceptarlo todo, sin cuestionar nada. Eso es complacencia,
ignominia, eso es estupidez... todo alejado de la sapiencia que fue otorgada
alguna vez en las esferas invisibles.
Es el máximo horror del siglo 21.
... el siglo de los ciegos y de los
ahorcados».