sábado, 27 de agosto de 2022

Amanecer Vomitivo



Hoy me desperté con esas sensaciones extrañas de antaño, de asco, de--- desprecio absoluto por este mundo, por la realidad.

Estoy asqueado, es como si algo hubiera contaminado mi mundo interior… como si una peste de afuera hubiera llegado sin invitación.

¿Es posible que sea por todo lo que viene?

Son días extraños, llenos de politiquerías rascas, obligaciones absurdas, imposiciones de Estado… no sé, es algo de todo, o de nada.

La otra semana hay que ir a votar por una constitución que tiene más cosas negativas que positivas, y lo peor es que me obligan a votar, y eso me da rabia, ¿Por qué tengo que hacer algo que no quiero? ¿A eso le llaman «libertad»?, y para no votar tengo que justificarme NO SÉ DÓNDE. No tengo documentos, en este caso el carné y tengo CERO ganas de ir a renovarlo o sacarlo, me carga salir y ver tanta gente en las calles. No soporto ver al ser humano.

Es una suma de todo. Estoy muy asqueado, con ganas de vomitar, con ganas de desaparecer.

No soporto esta maldita realidad. No es mi mundo… no es mi mundo.

Nunca pensé que llegaría a vivir en un país bajo el yugo comunista, bombardeado con discursos de odio, con palabras panfletarias homosexualistas, de «integración» forzada, de aceptación ciega a la migración provocada por traidores de la Patria.

Definitivamente me «levanté con el pie izquierdo», con una pesadez en los hombros, con los párpados alicaídos, como si fuera Atlas soportando el mundo a cuestas.

 

Ojalá fuera invisible, y que solo fuera una voz, un susurro…

 

Estamos siendo devorados por lo que no existe.

Estamos siendo aplastados por una matriz de absurdos y de «areneros».

Ojalá esta noche un «agüita» borre de un plumazo estas sensaciones y me eleve a un estado superior otorgado por el éter.

Quiero huir lejos de esta ciudad para renovar mi espíritu… ser santificado en los bosques por los ancianos de los días en la profundidad de la «niebla Unamuna»… descalzo, para sentir a mi madre Tierra y curarme del horror de pertenecer a este frágil y sacrílego mundo de bestias.