Este artículo (que no es mío) que hoy reciclo es más que nada para refrescar la memoria de algunos de mis lectores con los cuales hemos hablado y debatido por años sobre la creación del multiverso y la creación de la humanidad.
La Biblia cristiana es un libro
interesante porque pone de manifiesto varias cosas interesantes que no se
pueden alterar o modificar. Aunque se ha intentado cambiar, por ejemplo, la
palabra Jehová por Dios, cuando en los textos originales aparece la palabra
Jehová, quien sería el Dios creador e iracundo que asesina sin piedad a la raza
humana.
Es por esta razón que a este
artículo le cambié la palabra Dios por la original… Jehová.
Recuerden que REZYKLON busca
artículos de otros en la web, y que me parecen interesantes para ser leídos en
este espacio.
VARIOS DIOSES
Ocurre que cuando Dios, el Dios de
Abraham, Moisés David y Salomón, estaba todo contento creando la creación, se
dijo para sí mismo:
«Ahora hagamos al hombre a nuestra
imagen»
(Génesis 1: 26).
Nótese que toda la frase está dicha
en plural. Y luego, después de que la parlanchina, entrometida, intrigante y
cizañera serpiente convenciera a la sensual Eva para que con la manzana hiciera
pecar al virginal Adán, este Dios volvió a reflexionar en plural:
«Ahora el hombre se ha vuelto como
uno de nosotros, pues sabe lo que es bueno y lo que es malo. No vaya a tomar
también del fruto del árbol de la vida, y lo coma y viva para siempre»
(Génesis 3: 22).
Y recordemos que el Dios que visitó
a Abraham constaba de tres personajes. Testimonio bíblico:
«Después Jehová se le apareció entre
los árboles grandes de Mamré, mientras él estaba sentado a la entrada de su
tienda como al calor del día.
Cuando él alzó los ojos, entonces
miró y allí estaban tres hombres de pie a alguna distancia de él. Cuando
alcanzó a verlos, echó a correr a su encuentro desde la entrada de la tienda y
procedió a inclinarse a tierra.
Entonces dijo: “Ah, Jehová, si he
hallado favor a tus ojos, sírvete no pasar de largo a tu siervo.
Que se traiga un poco de agua, por
favor, y se les tiene que lavar los pies.
Entonces recuéstense debajo del
árbol.
Y permítaseme traer un pedazo de
pan, y refresquen sus corazones.
Después de eso pueden pasar
adelante, porque por eso han pasado por este camino a donde su siervo”. A lo
cual dijeron: “Está bien. Puedes hacer tal como has hablado”.
De modo que Abrahán fue
apresurándose a la tienda a donde Sara y dijo: “¡Apresúrate! Toma tres medidas
de sea de flor de harina, amásala y haz tortas redondas”.
Luego Abraham corrió a la vacada y procedió
a tomar un toro joven, tierno y bueno, y a darlo al servidor, y este fue
apresurándose a aderezarlo.
Tomó entonces mantequilla y leche y
el toro joven que había aderezado y lo puso delante de ellos. Entonces él mismo
se quedó de pie al lado de ellos debajo del árbol mientras ellos comían».
(Génesis 18:1-8).
Y en la detallada y minuciosa
descripción que hizo el profeta Ezequiel de su encuentro con La Gloria del
Señor también fue un equipo de dioses –varios personajes- los que se le
presentaron y que en su ignorancia e ingenuidad él denominó: La Gloria del
Señor. Veamos el Testimonio bíblico:
«Yo, el sacerdote Ezequiel, estaba
un día a orillas del río Quebar. En esto se abrió el cielo, y vi a Dios en una
visión. Entonces vi que del norte venía un viento huracanado; de una gran nube
salía un fuego como de relámpagos, y en su derredor había un fuerte resplandor.
En medio del fuego brillaba algo semejante al metal bruñido, y en el centro
mismo había algo parecido a cuatro seres con aspecto humano…Al andar, no se
volvían, sino que caminaban de frente... Todos caminaban de frente, y no se
volvían al andar. Iban en la dirección en que el poder de Dios los llevaba. El
aspecto de los seres era como de carbones encendidos, o como de algo parecido a
antorchas que iban y venían en medio de ellos; el fuego era resplandeciente, y
de él salían relámpagos. Los seres iban y venían rápidamente, como si fueran
relámpagos»
(Ezequiel 1: 1-13).
Queda claro que en el Antiguo
Testamento actuaron varios personajes o un equipo de dioses; y que en la
creación se muestran molestos porque el hombre está despertando y comenzando a
pensar y a razonar, lo que provoca en ellos ciertos celos, pues al parecer, al
hombre solo lo necesitaban para procrear y como bestia de trabajo, no como un
ser inteligente que pensara y razonara. Esto se evidencia aún más con la
construcción de La Torre de Babel:
«Y Jehová procedió a bajar para ver
la ciudad y la torre que los hijos de los hombres habían edificado.
A continuación, dijo Jehová: “¡Mira!
Son un solo pueblo y hay un solo lenguaje para todos ellos, y esto es lo que
comienzan a hacer. Pues, ahora no hay nada que tengan pensado hacer que no les
sea posible lograr.
¡Vamos! Bajemos y confundamos allí su lenguaje
para que no escuche el uno el lenguaje del otro”.
Por consiguiente, Jehová los
esparció desde allí sobre toda la superficie de la tierra, y poco a poco
dejaron de edificar la ciudad.
Por eso se le dio el nombre de
Babel, porque allí había confundido Jehová el lenguaje de toda la tierra, y de
allí los había esparcido Jehová sobre toda la superficie de la tierra».
(Génesis 11: 5-9).
¿Esto tendrá que ver con los
esclavizadores, machistas y asesinos alienígenas que todavía controlan este
planeta, este sistema solar y la galaxia entera?
Fuente:
Artículo escrito por: Aldemar Guzmán
Castaño
Ajustes: Jarl Asathørn
Imagen 1: despiertayadifundelaevolucion.blogspot.com
Imagen 2: maartenvanloon.nl
Fuente:
Artículo escrito por: Aldemar Guzmán Castaño
Ajustes: Jarl Asathørn