«Miramos el azul, con fe ingenua y
tenue,
sin ver las estelas que el aire hoy
llueve.
Metales pesados, ‘chemtrails’ es su
nombre,
bombardean los cielos, enfermando al
hombre.
Una realidad oculta, que pocos aún ven,
la bruma que desciende, un veneno
también.
No es solo la vista, es el aire que
respiro,
un aliento forzado, un funesto suspiro.
Los cielos surcados, con estelas
funestas,
metales dispersos, sin tregua ni gestas.
Los chemtrails nos enferman, con manto
de engaño,
sembrando en el aire un lento y cruel
daño.
Los mares, un lamento, un eco sin fin,
plástico flotante, triste y ruin.
Asfixia la vida, la fauna nativa,
una muerte lenta, pena punitiva.
Ballenas y delfines, con cuerpos sin
vida,
por la mano del hombre, la tierra es
herida.
No es un accidente, es el desinterés,
un ciclo de daño que no tiene revés.
El bosque se consume, en llamas voraces,
no es la sequía, son manos audaces.
Queman la riqueza, la siembra ancestral,
para erigir paneles solares, un fin
inmoral.
Los bosques ardientes, un grito silente,
campos que se queman, de forma
insolente.
No es la naturaleza, quien causa este
horror,
es la mano del hombre, con ansia de
control.
Destruyen el campo, la tierra fértil y
pura,
para imponer su agenda con oscura
premura.
El alimento sano, lo quieren anular,
una estrategia fría, para dominar.
Reflexión profunda, en este despertar,
¿quién mueve los hilos, sin dudar?
El veneno es sutil, en cada acción
impuesta,
una cadena oculta, una trama funesta.
Así nos envenenan, sin piedad ni freno,
desde el aire que inhala, al mar que es
sereno.
Un ataque constante, a la vida y su
esencia,
en este cruel juego de oscura
obediencia.
Nos dictan la dieta, con voz de moral,
"no coman más carne, no es
natural".
Pero ofrecen insectos, con parásitos
llenos,
un plato forzado, de males serenos.
Quieren que enfermemos, con lo que
ingerimos,
un plan bien trazado, por donde nos
dirigimos.
La carne sintética, de oscura creación,
con químicos y vacunas, sin compasión.
Alimentos creados, sin sol ni raíz,
un futuro distópico, de triste matiz.
En laboratorios, la vida se gesta,
una farsa de vida, una cruel protesta.
Enferman los animales, con virus
forjados,
creando un gran miedo, rebaños
diezmados.
Un pánico global, que siembra el terror,
manipulan la mente, sin ningún temor.
El miedo es la llave, que abre el
candado,
a planes oscuros, ya bien diseñados.
La salud es un arma, un medio de
opresión,
para doblegar al hombre, en su
condición.
Una figura emerge, con rostro conocido,
Bill Gates su nombre, el mundo ha
advertido.
Detrás de la agenda, de lo que hoy
vemos,
un enemigo declarado, de todos los
gremios.
El miedo es el arma, el virus la excusa,
y tu débil mente, su libertad rehúsa.
Y tras cada cortina, un nombre resuena,
Bill Gates el artífice, de la oscura
escena.
Su visión es la plaga, de un mundo sin
alma,
controlando la vida, sin dejar ninguna
calma.
La ciencia torcida, al servicio del mal,
un veneno invisible, fatal y global.
Nos piden que cambiemos, la dieta vital,
que comamos insectos, sin juicio moral.
Mientras la carne pura, la quieren
vedar,
y en laboratorios, "alimentos"
crear.
Así nos envenenan, con cada bocado,
con cada noticia, con temor sembrado.
El cuerpo y la mente, bajo un cruel
asedio,
buscando la verdad, como único remedio».
Escrito por: CristiAn Pablo TotIevaseb para el blog vikingodemagellan.blogspot.com
Poema basado en ideas de: Jarl Asathørn.
Cover diseñado con AI.
Edición final: Jarl Asahtørn.