jueves, 8 de febrero de 2018

Fuegos Internos (IV)

“ENTRE LAS LÁGRIMAS Y EL MURO”

Capítulo uno: “LÁGRIMAS”


Me gusta pensar y creer que cada vez que llueve se lavan los pecados y las asquerosidades del mundo, es como si la naturaleza en su sabiduría hiciera un MEA CULPA por nosotros, porque, sinceramente, los humanos son un asco existencial.

Comenzamos un nuevo milenio entre confusiones y caos, ignorancia y perplejidad, arrogancia y debilidad y más temprano que tarde el universo inmaterial aparecerá en gloria y terror y nos veremos forzados a postrarnos ante lo desconocido, viviremos genuflectos y sangrantes y rogaremos por misericordia.

Llorar hace bien; Dicen los antiguos maestros; llorar es meditar sobre la real vida que se presenta de vez en cuando abofeteando tu cara de vil ser casi pensante, porque digamos las cosas como son... lloras cuando las situaciones de la vida común y corriente te violan y te dejan con las piernas abiertas y sangrando, porque así llega la sabiduría, con dolor, con angustia y la vida te demuestra una y otra vez que tú no eres un dios, te grita en tu imbécil cara de “humano” que tú no eres quien manda, que no tienes el poder ni tendrás jamás un poder que no sabes cómo ni cuándo se maneja.

¿Sabes cuándo lloras?, Cuando estás al borde de enloquecer, cuando algo o alguien te sobrepasa, cuando tu pareja te traiciona o cuando tu ego no puede imponerse.

¿Alguna vez lloras por algo importante? Nunca.
Tus llantos son llantos de un ser débil y patético, tus lágrimas son egoístas, siempre llorando por cosas inútiles, por cosas vanas y sutiles, tan sutiles como el gas, como el aire, como las partículas del polvo contaminante de la ciudad, eres liviano en tu llanto, eres un asco.

Detestas lo que digo y no me conoces, pero sabes dentro de ti que tengo razón.
Me detestas, pero no eres tú sino tu ego, ese ser mentiroso que habita en ti y que te manosea y te prostituye, lo conoces bien y no lo reconoces. Estás a su merced... por eso eres ignorante y es esa arrogancia la que te enferma ahora mientras me lees.

Llorar es malo y llorar es bueno... no gastes tus lágrimas en necedades porque te harán falta cuando de verdad las necesites, son como esas cosas que desperdicias a diario y que sí valen... pero que sacrificas por estupideces superficiales. Utiliza la razón y la lógica de vez en cuando, sobre todo en lo fácil, no te preocupes que la estupidez no se desvanece.

Llora por ti, por tu ser íntimo, el profundo ser, la deidad espiritual que sufre cuando bebes en exceso, que se marea con tus drogas, que se asquea en las mañanas cuando te ves en el espejo, que te obliga a vomitarte a ti mismo cuando su vehículo externo se satura en cocaína o mariguana, deja de lastimarte y llora, que el llanto, en definitiva, es lo único real y auténtico que tienes... porque estás solo (a).

Capítulo dos: EL MURO


Siempre es necesario cambiar lo malo por lo bueno y no es un secreto para nadie que a diario te confundes, que tus genes desean prolongarse y tu “yo” imbécil te pide ser aceptado por todos y chocas una y otra vez contigo mismo... porque tú eres tu propio muro de contención, no deseas ser mejor y te conformas con la mediocridad en que vives.

Sé que siempre estás rodeada (o) de weonas y weones que hablan estupideces, son los sin-cerebro, que parecen muertos vivientes y tú soportas eso a diario y sabes que no puedes hablar nada interesante para no parecer un (a) idiota sabelotodo y no eres capaz de decirles que te apestan sus conversaciones cíclicas:
... estuvo bueno el carrete, vi a esa weona, anoche me comí a la polola de ese weón, atraqué con ese tipo, tiré con este, tiré con esta galla... blá, bla, bla.

Quieres ser uno de “ellos”, esa especie que encuentras en cualquier lugar, revisa los lugares a los que asistes, están ahí... en las discos, los pubs, las fiestas, en los moteles... son los de tu especie, se visten como tú, se ríen como tú, hablan la misma “shit” que tu desparramas, hacen lo mismo que tú, no hacen nada por nadie, se succionan unos a otros, como mosquitos sedientos de nada, se acuestan entre ellos, se gustan, se huelen... una plaga... ¿a ellos te quieres parecer?... ¡¡¡FELICITACIONES!!!... SON PERFECTOS... SE MERECEN.

Antes de terminar piensa en lo siguiente: todos ansiamos algo o soñamos algo (me excluyo) y hacemos cualquier cosa por obtenerlo, pero el costo es demasiado grande... pertenecer a una especie que se destruye a sí misma... ese es el futuro... la destrucción... es mentira que serás eterno en este planeta, esta sociedad está colapsando desde adentro, no tiene moral ni ética, no tiene espíritu... igual que tú.

La religión no puede hacer más porque no te puede obligar a creer en algo, sin embargo, eres el primero en apuntar con el dedo a la religión cuando se trata de culpar a alguno de lo que está pasando, siempre será más fácil acusar a Dios por no intervenir o será más fácil encontrar los defectos en “lo otro” y nunca serán capaces de auto culparse por haber creado ustedes mismos un mundo carroñero que está al filo de su muerte.

Estás entre las lágrimas y el muro...
¿Qué harás al respecto?... yo creo que nada, te sientes cómodo (a) siendo quien eres, tienes cero auto estima, el amor que te tienes es patético e incestuoso... y no mereces compasión de los dioses.

“Cuando uno deja de temer a su soledad, una nueva creatividad despierta en su seno. La riqueza interior olvidada o descuidada empieza a revelarse. Uno vuelve a su casa interior y aprende a descansar en ella. Los pensamientos son los sentidos interiores. infundidos de silencio y soledad, revelan el misterio del paisaje interior” (Sabiduría Celta)

“El misterio del paisaje interior muchas veces se revela solo a quienes no tienen miedo a la aventura en un mundo donde las reglas propias son dominadas por fuerzas externas y donde los cambios vienen- siempre y cuando- no le temas a tu propia verdad” (Yarr Asathørn - The cold void of desolation)