viernes, 9 de febrero de 2018

E.M.D.A. - Invierno


INVIERNO MISÁNTROPO


El clima está cambiando en forma paulatina, casi no se advierte, es como un ladrón nocturno, aparece en silencio. 
No me gusta esta sensación casi "nortino-africana" de calor abusivo, de rayos repugnantes que te queman, es como una pesadilla infernal ¡Ni siquiera deseo imaginar cómo está el centro de nuestra ciudad o sus calles!... debe ser como caminar en las calles santiaguinas. 

No es una novedad que el clima está extraño, cambiante, bipolar. 
Enero fue una pesadilla… días calurosos, tóxicos, febriles… me costaba dormir, era como un mal sueño de Hela.

Seguramente las minas se están vistiendo "sexis" para atraer miradas, y los imbéciles andan "en manadas", como esos lobos hambrientos de las montañas... que se conforman con desatar miradas lujuriosas y voyeristas comentando tal o cual "colita" de alguna bella fémina.

El clima cambia para mal. La naturaleza magallánica se está olvidando de su esencia, se olvida que su corazón es frío, que sus venas son picos de hielo, que sus brazos son torrentes de aguas gélidas que bañan en angustias los tibios sabores del sol.

Punta Arenas ya no huele como antes. No es la tierra que me vio nacer, es un cóctel de extranjeros centroamericanos, sol repugnante y libertinaje.

El planeta cambia como si la locura del hombre la hubiera humillado... es culpa del hombre, sí, es culpa del hombre. Acuso a los seres humanos de tan vil acto, los encuentro culpables de tan abominable auto-flagelo... me duelen los ojos, la piel se me cae, el calor me sofoca...

¡Que alguien se haga responsable! ¡Quiero nombres!... Desde lejos un fuego infernal nos ha estado azotando las cabezas, una gehénica onda de calor recorre las tierras de Chile y aquí en Punta Arenas nos hemos tenido que "mamar" la obligada transpiración... el eje terrestre cambia, lentamente nos condenamos y la Tierra se transforma en un caos, las palabras proféticas se cumplen, Cayce desde lejos sonríe, Nostradamus nos observa... y todo muta para mal, los hijos de esta helada tierra magallánica no necesitamos los abrazos del sol ¡Queremos hielo! ¡Queremos nieve!... lluvias frías para el alma, vientos frescos para el cabello vikingo, desolación naciendo de la muerte blanca... aunque nos cueste la vida.

Aún sueño con nevazones fantásticas, con cristales minúsculos que semejantes a pequeños corazones caen lentamente al suelo, con los fuertes suspiros de la Reina Suridiana de Nevadonia, la hermosa semi-diosa blanca como la luz de los reinos celestiales, con las calles de junio sublimándose en las fraguas del hielo, con los quejidos casi sexuales de las casas copulando con el aire invernal, con los viejos árboles inclinándose ante el paso de los copos sapientes encantados de bravura.


El invierno es un recuerdo y un deseo constante, un bombeo de pasión seductora, un poema bello... es un latido, un bombeo constante... el invierno se parece a Sannhettel... que se ducha entre aromas, que manosea su defectuoso cuerpo, que lo viste de violetas y rosas"... mis oídos son de cera ¡¿Dónde está el invierno?!... ¡Que lo devuelvan! ¡Que la muerte blanca comience su majestuosa marcha! ¡Ya son 16 años sin nevadas!


Todavía recuerdo algunas melodías ancestrales... una vez me levanté y extrañado contemplé mi habitación en blanco frenesí... y no era la luz del sol... no era esa fatídica luz... era una nitidez que se fusionaba con mi aliento, salía vapor de mi boca, sonreí... me levanté desnudo y me paré frente a mi ventana... ¡Qué belleza!... afuera estaba todo blanco, era como si Dios hubiera dejado escapar de las más altas esferas un pedacito de pureza... todo era blanco invierno, no había suelo, creí que estaba en un sueño, era ilusorio, casi ficción... ¡Qué pena que lo recuerde aún!... porque desearía que aún pudiera volver a sentir eso... frío... que esa experiencia no fuera parte de la historia... pero tengo fe en que eso se volverá a repetir y volveré a ver el vapor nebuloso saliendo de mis fauces...
... falta, eso sí, que la naturaleza afine unos detalles... que cuando me levante ya no haya seres humanos y el invierno sea mío, solo mío... para que nadie odie la blancura invernal... ya nadie se arrodillaría ante la Reina de Nevadonia... solo yo y mi espada.

... el invierno es una oda a la soledad.

... el frío es el espíritu de todas las almas que se atrevieron a amar de mentira.

... la nieve es el agua donde los misántropos se bautizan cada año.

... el hielo oculta los corazones de aquellos que odian a Dios y permanecen como estatuas o como gárgolas frías esperando que el Señor de los Universos se apiade de ellos... en el hielo habitan los condenados... ¿Alguna vez sentiste sus gritos?...

¿Dónde está el invierno?

¿Dónde están esas noches gélidas adornadas de luna llena, coirón blanco y silencio? Hoy son extremos que se tocan… o el calor reina sin brisas refrescantes o el invierno es una mezcla asquerosa de nieve húmeda y barro.


... ¿Quién nos traerá de vuelta lo único que nos recuerda que estamos vivos?... sigo soñando con un verdadero invierno.



INVIERNO PARA BEBERLO (VICENTE HUIDOBRO)

El invierno ha llegado al llamado de alguien
Y las miradas emigran hacia los calores conocidos
Esta noche el viento arrastra sus chales de viento
Tejed queridos pájaros míos un techo de cantos sobre las avenidas
Oíd crepitar el arcoíris mojado
Bajo el peso de los pájaros se ha plegado
La amargura teme a las intemperies
Pero nos queda un poco de ceniza del ocaso
Golondrinas de mi pecho qué mal hacéis
Sacudiendo siempre ese abanico vegetal
Seducciones de antesala en grado de aguardiente
Alejemos en seguida el coche de las nieves
Bebo lentamente tus miradas de justas calorías
El salón se hincha con el vapor de las bocas
Las miradas congeladas cuelgan de la lámpara
Y hay moscas
Sobre los suspiros petrificados
Los ojos están llenos de un líquido viajero
Y cada ojo tiene un perfume especial
El silencio es una planta que brota al interior
Si el corazón conserva su calefacción igual
Afuera se acerca el coche de las nieves
Trayendo su termómetro de ultratumba
Y me adormezco con el ruido del piano lunar
Cuando se estrujan las nubes y cae la lluvia
Cae
Nieve con gusto a universo
Cae
Nieve que huele a mar
Cae
Nieve perfecta de los violines
Cae
La nieve sobre las mariposas
Cae
Nieve en copos de olores
La nieve en tubo inconsistente
Cae
Nieve a paso de flor
Nieva nieve sobre todos los rincones del tiempo
Simiente de sonido de campanas
Sobre los naufragios más lejanos
Calentad vuestros suspiros en los bolsillos
Que el cielo peina sus nubes antiguas
Siguiendo los gestos de nuestras manos
Lágrimas astrológicas sobre nuestras miserias
Y sobre la cabeza del patriarca guardián del frío
El cielo emblanquece nuestra atmósfera
Entre las palabras heladas a medio camino
Ahora que el patriarca se ha dormido
La nieve se desliza se desliza
se desliza
Desde su barba pulida.



INVIERNO (RAFAEL ALBERTI)

Aquí estás con tus grises y atrevidas piquetas,
duro despojador del otoño, dejando
al aire tu esqueleto que es la noche
siento, inerte, crujir muriendo contra el mío
Yo quisiera dormir siendo tus propias nieblas
el lecho a tus nevadas silenciosas abierto.
Dame el sueño que escucha sin temor los aullidos
de los lobos insomnes en torno de la casa
y sin embargo, invierno, yo no soy
las tierras en reposo esperando el arado.
ni esa sombre que inmóvil sueña que el sol la vista
de un segundo infinito de luz al apagarse.
Soy una primavera tal vez desposeída,
que en la cruda estación le queda entre las ramas
el tiemblo combatido al viento de una hoja.
Hace frío y no puedo abrir, yertas, las manos
para impedir, el soplo mortal y penetrante
del invierno.