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domingo, 14 de septiembre de 2025

Simplemente calla...



¿Alguna vez te has sentido abrumado por el ruido constante del mundo? El zumbido de las notificaciones, el parloteo incesante de las redes sociales, la avalancha de información que nos bombardea a cada instante... Es fácil perderse en este torbellino, olvidando la quietud que reside en nuestro interior. «Simplemente calla...» es una invitación a escapar de ese caos, a encontrar un refugio en el silencio, a redescubrir la belleza que nos rodea… es una reflexión, casi un respiro.

Vivimos en una era de sobreestimulación. La tecnología, aunque nos ha brindado innumerables beneficios, también ha creado un ambiente de ruido constante. Estamos constantemente conectados, siempre disponibles, siempre «haciendo» algo. Esta actividad frenética, paradójicamente, nos aleja de nosotros mismos. Nos impide escuchar nuestra voz interior, reflexionar sobre nuestras experiencias y apreciar el momento presente.

El silencio, en contraste, es un espacio de posibilidad. Es el terreno fértil donde la creatividad florece, donde la introspección se profundiza y donde la conexión con el mundo se intensifica.

Una vez que hemos silenciado el ruido, la siguiente instrucción es «quédate quieto». Esta quietud física es fundamental para la quietud mental. En un mundo que nos impulsa a movernos constantemente, a hacer, a producir, la simple acción de detenerse puede ser revolucionaria.

«Quédate quieto» no significa inactividad. Significa estar presente en el momento, observar sin juzgar, sentir sin reaccionar. Significa abrir nuestros sentidos al mundo que nos rodea.

 

• Mira los árboles: Observa la majestuosidad de sus troncos, la danza de sus hojas con el viento, la textura de su corteza, el sonido que hacen con las ráfagas de los vientos australes. Los árboles son testigos silenciosos del tiempo, símbolos de resistencia y crecimiento.

 

• Los pájaros: Escucha su canto, observa su vuelo, admira su libertad. Los pájaros nos recuerdan la belleza de la ligereza, la alegría de vivir el presente.

 

• El cielo: Contempla la inmensidad del cielo austral magallánico, los cambios de color, las nubes que se transforman constantemente. El cielo nos conecta con lo infinito, nos recuerda nuestra insignificancia y, al mismo tiempo, nuestra conexión con el universo.

 

La observación atenta de la naturaleza es una forma de meditación. Nos permite salir de nuestra mente, de nuestros pensamientos y preocupaciones, y conectarnos con algo más grande que nosotros mismos. Nos ayuda a apreciar la belleza que nos rodea, a encontrar la paz en la simplicidad y a recordar nuestra conexión con el mundo natural.

Debemos reconocer la belleza y las ricas cualidades de la existencia humana. A menudo, nos enfocamos en los aspectos negativos de la vida: los problemas, las preocupaciones, las frustraciones, las decepciones políticas, los autócratas que gobiernan, las verdades que nos ocultan, las mentiras que nos enseñan. Olvidamos la alegría, el amor, la compasión, la creatividad, la empatía, la capacidad de asombro que también forman parte de nuestra experiencia.

 

Al «simplemente callar», nos abrimos a la posibilidad de experimentar estas cualidades. Nos permitimos sentir la alegría de una sonrisa, la calidez de un abrazo, la emoción de una obra de arte o de una poesía. Nos permitimos conectar con nuestra humanidad, con nuestra capacidad de amar y ser amados.

La belleza está en todas partes, solo necesitamos la quietud para verla. Está en la sonrisa de un niño, en la conversación con un amigo, en el cariño de una mascota, en la blancura de la nieve, en la puesta de sol.

Las ricas cualidades de la existencia humana son la base de nuestra felicidad pasajera, de nuestra conexión con los demás y con el mundo.

La última parte de la instrucción es «simplemente observa en silencio y sé consciente». Esta es la clave para comprender el verdadero significado de «Simplemente calla...».

 

• Observar en silencio: Significa observar sin juzgar, sin analizar, sin interpretar. Simplemente estar presente, abierto a la experiencia.

 

• Ser consciente: Significa estar atento al momento presente, a nuestras sensaciones, a nuestros pensamientos, a nuestras emociones. Significa ser conscientes de nuestra respiración, de nuestro cuerpo, de nuestro entorno.

 

La conciencia es la herramienta que nos permite experimentar la vida plenamente. Nos permite apreciar la belleza, reconocer las emociones, tomar decisiones conscientes. Es la base de la paz interior y de la conexión con el mundo.

En la quietud, en la observación, en la conciencia, llega algo que no se puede medir, que no es el tiempo. Es una experiencia que trasciende la lógica, que va más allá de las palabras. Es una sensación de paz, de conexión, de unidad.

Es la experiencia de la atemporalidad. En ese momento, el tiempo se detiene, las preocupaciones desaparecen, y solo existe el presente. Es una experiencia transformadora, que nos permite conectar con nuestra esencia, con lo que realmente somos.

Esta experiencia no se puede forzar. No se puede planificar. Simplemente llega cuando estamos abiertos a ella, cuando hemos silenciado el ruido, cuando hemos aceptado la quietud.

El nombre de este artículo: «Simplemente calla...» no es solo una idea abstracta. Es una invitación a la acción, una guía para vivir una vida más plena y consciente. Aquí hay algunas formas de aplicar esta filosofía en tu vida diaria:

 

• Crea espacios de silencio: Reserva tiempo cada día para estar en silencio. Puede ser unos minutos de meditación, un paseo por la naturaleza, simplemente sentarte en un lugar tranquilo sin hacer nada.

 

• Practica la observación consciente: Presta atención a tus sentidos. Observa los detalles del mundo que te rodea. Escucha los sonidos, siente las texturas, admira los colores.

 

• Reduce el ruido: Limita el tiempo que pasas en las redes sociales, apaga el televisor, evita las conversaciones superficiales.

• Conéctate con la naturaleza: Pasa tiempo al aire libre. Camina por un parque, siéntate bajo un árbol, observa las estrellas, escucha el crepitar de la madera muerta cambiando de estado mientras la consume el fuego de una fogata.

 

• Practica la gratitud: Agradece las cosas buenas de tu vida, aunque sean pocas. Reconoce la belleza que te rodea.

 

• Sé consciente de tus pensamientos y emociones: Observa tus pensamientos sin juzgarlos. Reconoce tus emociones sin reaccionar.

 

• Respira: La respiración consciente es una herramienta poderosa para calmar la mente y conectar con el presente.

 

• Sé amable contigo mismo y con los demás: Trata a los demás con compasión y empatía. Perdónate a ti mismo por tus errores.

 

El silencio no es un vacío. Es un espacio de posibilidad, un terreno fértil para la creatividad, la introspección y la conexión. Al «simplemente callar» nos abrimos a la paz interna, a la alegría, a la conexión con nosotros mismos y con el universo.

 

Así que, ¿por qué no intentarlo? Simplemente calla... Quédate quieto... Ve a los bosques, a la playa, mira los árboles, los pájaros, el cielo... Observa en silencio y sé consciente...

... y descubre el poder transformador del silencio.

 

 

Artículo escrito por: IAn Moone.

Artículo basado en las enseñanzas de Jiddu Krishnamurti.

Edición final: Jarl Asathørn.