¿Alguna vez
te has sentido abrumado por el ruido constante del mundo? El zumbido de las
notificaciones, el parloteo incesante de las redes sociales, la avalancha de
información que nos bombardea a cada instante... Es fácil perderse en este
torbellino, olvidando la quietud que reside en nuestro interior. «Simplemente
calla...» es una invitación a escapar de ese caos, a encontrar un refugio en el
silencio, a redescubrir la belleza que nos rodea… es una reflexión, casi un
respiro.
Vivimos en
una era de sobreestimulación. La tecnología, aunque nos ha brindado
innumerables beneficios, también ha creado un ambiente de ruido constante.
Estamos constantemente conectados, siempre disponibles, siempre «haciendo»
algo. Esta actividad frenética, paradójicamente, nos aleja de nosotros mismos.
Nos impide escuchar nuestra voz interior, reflexionar sobre nuestras
experiencias y apreciar el momento presente.
El silencio,
en contraste, es un espacio de posibilidad. Es el terreno fértil donde la
creatividad florece, donde la introspección se profundiza y donde la conexión
con el mundo se intensifica.
Una vez que
hemos silenciado el ruido, la siguiente instrucción es «quédate quieto». Esta
quietud física es fundamental para la quietud mental. En un mundo que nos
impulsa a movernos constantemente, a hacer, a producir, la simple acción de
detenerse puede ser revolucionaria.
«Quédate
quieto» no significa inactividad. Significa estar presente en el momento,
observar sin juzgar, sentir sin reaccionar. Significa abrir nuestros sentidos
al mundo que nos rodea.
• Mira los
árboles: Observa la majestuosidad de sus troncos, la danza de sus hojas con el
viento, la textura de su corteza, el sonido que hacen con las ráfagas de los
vientos australes. Los árboles son testigos silenciosos del tiempo, símbolos de
resistencia y crecimiento.
• Los
pájaros: Escucha su canto, observa su vuelo, admira su libertad. Los pájaros
nos recuerdan la belleza de la ligereza, la alegría de vivir el presente.
• El cielo:
Contempla la inmensidad del cielo austral magallánico, los cambios de color,
las nubes que se transforman constantemente. El cielo nos conecta con lo
infinito, nos recuerda nuestra insignificancia y, al mismo tiempo, nuestra
conexión con el universo.
La
observación atenta de la naturaleza es una forma de meditación. Nos permite
salir de nuestra mente, de nuestros pensamientos y preocupaciones, y
conectarnos con algo más grande que nosotros mismos. Nos ayuda a apreciar la
belleza que nos rodea, a encontrar la paz en la simplicidad y a recordar
nuestra conexión con el mundo natural.
Debemos reconocer
la belleza y las ricas cualidades de la existencia humana. A menudo, nos
enfocamos en los aspectos negativos de la vida: los problemas, las
preocupaciones, las frustraciones, las decepciones políticas, los autócratas
que gobiernan, las verdades que nos ocultan, las mentiras que nos enseñan.
Olvidamos la alegría, el amor, la compasión, la creatividad, la empatía, la
capacidad de asombro que también forman parte de nuestra experiencia.
Al
«simplemente callar», nos abrimos a la posibilidad de experimentar estas
cualidades. Nos permitimos sentir la alegría de una sonrisa, la calidez de un
abrazo, la emoción de una obra de arte o de una poesía. Nos permitimos conectar
con nuestra humanidad, con nuestra capacidad de amar y ser amados.
La belleza
está en todas partes, solo necesitamos la quietud para verla. Está en la
sonrisa de un niño, en la conversación con un amigo, en el cariño de una
mascota, en la blancura de la nieve, en la puesta de sol.
Las ricas
cualidades de la existencia humana son la base de nuestra felicidad pasajera,
de nuestra conexión con los demás y con el mundo.
La última
parte de la instrucción es «simplemente observa en silencio y sé consciente».
Esta es la clave para comprender el verdadero significado de «Simplemente
calla...».
• Observar
en silencio: Significa observar sin juzgar, sin analizar, sin interpretar.
Simplemente estar presente, abierto a la experiencia.
• Ser
consciente: Significa estar atento al momento presente, a nuestras sensaciones,
a nuestros pensamientos, a nuestras emociones. Significa ser conscientes de
nuestra respiración, de nuestro cuerpo, de nuestro entorno.
La
conciencia es la herramienta que nos permite experimentar la vida plenamente.
Nos permite apreciar la belleza, reconocer las emociones, tomar decisiones
conscientes. Es la base de la paz interior y de la conexión con el mundo.
En la
quietud, en la observación, en la conciencia, llega algo que no se puede medir,
que no es el tiempo. Es una experiencia que trasciende la lógica, que va más
allá de las palabras. Es una sensación de paz, de conexión, de unidad.
Es la
experiencia de la atemporalidad. En ese momento, el tiempo se detiene, las
preocupaciones desaparecen, y solo existe el presente. Es una experiencia
transformadora, que nos permite conectar con nuestra esencia, con lo que
realmente somos.
Esta
experiencia no se puede forzar. No se puede planificar. Simplemente llega
cuando estamos abiertos a ella, cuando hemos silenciado el ruido, cuando hemos
aceptado la quietud.
El nombre de
este artículo: «Simplemente calla...» no es solo una idea abstracta. Es una
invitación a la acción, una guía para vivir una vida más plena y consciente.
Aquí hay algunas formas de aplicar esta filosofía en tu vida diaria:
• Crea
espacios de silencio: Reserva tiempo cada día para estar en silencio. Puede ser
unos minutos de meditación, un paseo por la naturaleza, simplemente sentarte en
un lugar tranquilo sin hacer nada.
• Practica
la observación consciente: Presta atención a tus sentidos. Observa los detalles
del mundo que te rodea. Escucha los sonidos, siente las texturas, admira los
colores.
• Reduce el
ruido: Limita el tiempo que pasas en las redes sociales, apaga el televisor,
evita las conversaciones superficiales.
• Conéctate
con la naturaleza: Pasa tiempo al aire libre. Camina por un parque, siéntate
bajo un árbol, observa las estrellas, escucha el crepitar de la madera muerta
cambiando de estado mientras la consume el fuego de una fogata.
• Practica
la gratitud: Agradece las cosas buenas de tu vida, aunque sean pocas. Reconoce
la belleza que te rodea.
• Sé
consciente de tus pensamientos y emociones: Observa tus pensamientos sin
juzgarlos. Reconoce tus emociones sin reaccionar.
• Respira:
La respiración consciente es una herramienta poderosa para calmar la mente y
conectar con el presente.
• Sé amable
contigo mismo y con los demás: Trata a los demás con compasión y empatía.
Perdónate a ti mismo por tus errores.
El silencio
no es un vacío. Es un espacio de posibilidad, un terreno fértil para la
creatividad, la introspección y la conexión. Al «simplemente callar» nos
abrimos a la paz interna, a la alegría, a la conexión con nosotros mismos y con
el universo.
Así que,
¿por qué no intentarlo? Simplemente calla... Quédate quieto... Ve a los
bosques, a la playa, mira los árboles, los pájaros, el cielo... Observa en
silencio y sé consciente...
... y
descubre el poder transformador del silencio.
Artículo
escrito por: IAn Moone.
Artículo
basado en las enseñanzas de Jiddu Krishnamurti.
Edición final: Jarl Asathørn.