«Es extraña esta comodidad humana en una realidad que no
sabemos si existe.
Todo esto puede ser un sueño, y la vida que tanto les place
tal vez no es más que un imaginario, una densa bruma material que enluta la
existencia espiritual de cada ser viviente.
No lo saben, no lo sabemos.
Nos movemos en un espacio que no tiene un vacío absoluto,
porque hay algo en la oscuridad que no tiene vida que sostener, y es posible que
eso contenga la información de esta «creación».
No saben nada de lo externo, pero lo buscan ansiosos... ¿Para
entender la existencia propia o para comprobar si hay algo más allá de la
racionalidad musculosa y apretada que tanto adoran los científicos?
¿Cómo pueden saber si estamos dentro de una vía láctea que
gira y que es enorme si apenas vislumbran los secretos arcanos de la Luna y el
sol?
¿De dónde sacan esas fotos maravillosas de esta «vía L»?
¿De la imaginación de los mentirosos y manipuladores que
manejan con ímpetu un poderoso ordenador?
Dicen que giramos en torno al sol, dicen que fueron a la Luna,
dicen entender las gravitaciones, especulan… sobre todo, teorizan sobre planos
dimensionales, imaginan el universo... pero no pueden visualizar a Dios,
cualquiera sea su nombre.
Dicen que todo se expande, sin embargo, vemos las mismas
estrellas, en los mismos lugares... desde milenios.
Entonces, ¿La Tierra cuando «gira» alrededor de su sol se
desplaza arrastrando todo ese conjunto estelar?
Es como... si nuestro planeta estuviera encerrado en un huevo
y esas estrellas que vemos siempre permanecen unidas mientras nos trasladamos
alrededor del globo nuclear de luz.
¿Estamos encapsulados en una especie de dimensión cero o en
una prisión-laboratorio creada por alguna especie extraterrena que decidió
jugar a ser dioses?
¿Y si todo lo que ven con sus telescopios es un universo
particular, un huevo cósmico flotando en una especie de líquido amniótico
dentro de un mega e infinito universo de proporciones divinas y misteriosas
donde hay muchos huevos creacionales?
«Ellos» nos dicen muchas cosas, sus verdades... pero ocultan
poco, porque lo ínfimo es su recompensa y lo infra mundano su don.
[A
veces me imagino nadando en un mar de agua espesa fuera del planeta, para
escapar de este cigoto que llamamos “universo” … y al salir… llego a un nuevo
espacio de eternidad donde se pueden contemplar los óvulos de vida…]
Es horripilante esta comodidad humana en una realidad que se
basa en mentiras.
Son animales de granja, que viven estupefactos ante el sinsentido de lo externo al ego.
¿Qué hay, en realidad, mas allá de las luces y de la fría
oscuridad?
¿Un monstruo horrible llamado “Dios” que se deleita en este
juego macabro existencial?
Caminan, respiran y adoran un mundo peligroso dominado por
reyes monstruos... ¡Saluden a la corona, feligreses de cristal y tierra! ...
… les dicen y les dictan tantas falacias que se puede dudar
de si esto es un sueño…»
¿continuará? …