Comienza el mes de octubre, el
mes de la celebración de Halloween, y también se celebra el día del fuego, un día
especial para los paganistas y sobre todo para los estúpidos que le rinden
culto a Satanás, el dios del mal judeocristiano. Pero, dejando de lado eso, se
aleja el mes tóxico de las fiestas patrias y toda esa parafernalia “patriótica”
que no sirve de nada cuando el mismo pueblo se dedica a destruir el país con
sus malditas protestas.
Nuestro terruño se sigue moviendo
entre confinamientos y desconfinamientos, mientras en el norte salen y entran
en esas estúpidas fases creadas por la OMS, otras regiones permanecen o
ingresan a prohibiciones más drásticas para detener el avance del covid-19,
ustedes entienden, para impedir que este súper resfrío siga su curso.
En Europa la rebeldía se
manifiesta con gente que sale sin mascarillas, porque derechamente no creen en
la pandemia o quizá, se aburrieron de estar encerrados en casa. Playas, bares y
restoranes se mueven en grandes capitales como Madrid, Paris, etc. Son pocos
los que están peleando contra las nuevas leyes impuestas por la OMS y el
gobierno secreto de los oscuros y muchos lo hacen porque están hartos de
sentirse prisioneros en sus hogares.
¿Sabremos alguna vez, en
definitiva, la verdad detrás de este virus?
¿Aparecerá evidencia concreta de
que todo este show es solo un experimento social que busca algo más grande?
¿Quiénes estarán equivocados
cuando acabe todo… la OMS o los conspiracionistas?
Al principio de todo esto (2019)
escribí un artículo sobre lo que estaba pasando y estaba casi seguro que esta
región no iba a ser tan golpeada por las estadísticas y por el brote del virus,
¡Craso error!, hoy “dicen” las cifras que Magallanes es la región con más casos
y ahora, para ser preciso, desde mañana viernes 2, el toque de queda comienza a
las 20:00 horas hasta nuevo aviso.
Como planeta social estamos
estancados y nos hundimos cada vez más con el desempleo, el dinero, la falta de
trabajo y con el recrudecimiento de las enfermedades mentales por culpa, no del
virus, sino de la incapacidad de pelear con la cabeza.
Chile es un país débil, con gente
que al primer golpe se rinde, gente intolerante a la frustración, en suma y
resta, tenemos mucha gente con graves problemas mentales gracias a los
continuos carretes a los que estaban acostumbrados y ahora, en medio de esta
“pandemia”, están como leones enjaulados y sueñan con la hora donde aparezca
alguna autoridad del país y diga por cadena nacional: “Se termina la
cuarentena”. Lo primero que harán será volver a las viejas costumbres tan
arraigadas en el corazón de seres patéticos y débiles.
No han aprendido nada y no
aprenderán nada.
Esta seudo pandemia solo dejará escombros
de una humanidad destinada al fracaso.
Bienvenidos ZOMBIS, a este mes de
los muertos, fantasmas y monstruos.