viernes, 15 de mayo de 2020

Verið velkomin í þessa svörtu dögun



Me agrada el mundo que estamos viviendo.

Me agrada ver calles sin tantos humanos revoloteando como buitres en busca de algo.

Este mundo es para los introvertidos, no para los entes sociales, aquellos que viven al ritmo de otros.

Si hay algo que esta pandemia deja para siempre es que los humanos son frágiles criaturas que en cualquier instante pueden desaparecer.

¿Dónde están los seres superiores que supuestamente nos protegen desde tiempos ancestrales?

¿Observando de brazos cruzados… la caída del hombre?

¿Desde dónde observan este desastre ocasionado por los imbéciles sapientes que se cree dueños del planeta Tierra?

¿Desde “arriba” o “desde abajo”?

¿Dónde están los millones de dioses? – están lejos, ausentes o simplemente no existen… y solo somos creaciones de otros visitantes más antiguos de nuestra galaxia, y que hoy nos miran con desprecio y desdén, tal vez con una sonrisa en sus caras… nos vigilan desde arriba, en las sombras del cosmos, sobre nuestras cabezas, escondidos como ratas en medio de las nubes.

Este mundo de hoy es de los introvertidos, de los olvidados, de los invisibles, de aquellos que detestan las bases de cemento que oprimen el florecimiento de la madre naturaleza.

Este silencio nocturno es de los solitarios que han escuchado por décadas el crujir del suelo, el susurro de la oscuridad, los cantos de los hijos de la noche, el vaivén del polvo terrestre que acaricia las contaminadas calles de estas ciudades de cartón y mugre.

Intersección de las calles Lautaro Navarro y Pedro Montt - Ciudad de Punta Arenas

Me gusta la ausencia de los entes despreciables.

Me gusta este clima enrarecido por un virus creado y que anda suelto como lobo en busca de sus presas.

Y todo esto en medio de las dudas que deja toda esta parafernalia, este show mediático que se sustenta en el miedo y las mentiras de algunos monstruos que son visibles, y que dirigen y trabajan con la OMS para expandir este monstruo grande y aterrador, que sin embargo, es tan pequeño como la visión de esta realidad creada por unos pocos para el beneficio de algunos.

Ganarán las farmacéuticas… y este engaño se sostendrá hasta cuando ellos lo decidan.

Y bajo este manto negro, casi funerario, la lejanía se confunde con unión.

Es extraño que se acallen voces que quieren gritar la verdad, que desean mostrar las cosas absurdas que están ocurriendo alrededor de esta pandemia.

Bienvenidos a este mundo regido por las bestias feroces que adoran la pirámide verde.

Me agrada esta "neo" sociedad… casi en silencio.

Verið velkomin í þessa svörtu dögun...

Una ciudad cualquiera...




Fuentes:
Foto1 - La Prensa Austral
Foto2 - Youtube