Hay mitos que se empiezan a derrumbar…
después de tantas semanas de confinamiento hay muy pocas cosas que van a quedar
para el recuerdo.
No creo que la pandemia nos haya unido
más, es un mito estúpido.
Toda cosa forzada no crea ni fortalece lazos que ya estaban
rotos.
No creo que la humanidad vaya a
cambiar tanto después de esta maldita pandemia, los hombres seguirán
destruyendo la Tierra y contaminando el suelo, tampoco creo que todos se
vuelvan más humanitarios ni menos esclavos de la economía de mercado, creo que…
esto crecerá para mal.
Los océanos seguirán agonizantes gracias a los plásticos, y hoy les inyectan mascarillas y guantes.
Los únicos vencedores serán los de
siempre, los siniestros.
Las familias, y solo algunas, habrán
superado algo que haya quedado en su tintero del ayer.
Otros lazos dibujados en
este encierro se diluirán fácilmente con el paso del tiempo.
Nada va a cambiar.
Yo estoy más encerrado en mí mismo, y
me he potenciado en el silencio, en las sombras… he escuchado las notas del
espacio y he escuchado los susurros del viento nocturno.
Se ha multiplicado en mí… la
distancia.
La única forma de ser mejor es estando
“lejos”.
Ya no quiero ir a los bosques con
otros, no los necesito, no quiero estar con seres que siempre han estado
distantes.
Intentan crear nuevos mitos alrededor
de este enclaustramiento… caerán como lo hicieron grandes civilizaciones.
Todo huele a esperanza… y esta solo
funciona para los seudos soñadores que mienten y engañan.
El mundo de los homo-plebs seguirá en
el vórtice del abismo, creyendo que todo puede estar mejor.
Todo seguirá igual y peor.
La ausencia y la vacuidad que me rodean
son mis grandes maestros.
La especie humana requiere de un
cambio y solo crecerá si la muerte se transforma en un invitado frecuente.
Las mentiras se escuchan a gritos…
… y nadie se da cuenta.
Humanos patéticos.
… dejemos que la Tierra hable.
… dejemos en paz a los animales.
… cuidemos nuestro suelo.
… seamos olvido.
… y cuando todo esto acabe… sigamos a
10 metros de distancia… soñemos que el virus sigue presente para que los
débiles desaparezcan en su niebla de tristeza.
Hay mitos… y una especie que se
empiezan a derrumbar.
Solo dentro de las profundas nieblas
de lo vacuo, nos encontraremos a nosotros mismos… y tal vez, encontremos al
Uten Nomen que hemos encadenado en el olvido vivencial.