Sigamos hablando del covid-19.
Si esto es una especie de experimento social por
añadidura se verá más adelante, lo que si queda en la retina es la cuarentena
obligada por los estados para frenar esta pandemia global que todavía es
indeterminada en varias cosas, por ejemplo:
01 - La cuenta de muertos:
Queda esa sensación extraña de
cuantos mueren por el covid y cuantos por causas naturales, y esas cifras se
desconocen. Al parecer todos están muriendo por el corona virus, y hoy, ya
nadie se muere por causas naturales ni accidentales.
Sabemos que todos los días - antes de esta “pandemia”- se moría gente por diferentes razones, pero no sabíamos ni la cantidad ni las
causas, porque a nadie le interesaba que alguien se muriera, no aparecía en las
noticias ni en los medios y en definitiva… te morías y no le importaba a nadie.
Hoy se muere alguien y es estadística nacional y global.
Raro por decir algo
suave.
02 - Pandemia-pandemia no es tanto, si vemos la cantidad de
fallecidos no son tantos como para decir: “Wow,
estamos al borde de la extinción masiva”.
¿Es un virus letal? – Eso solo lo saben los tipos de
la OMS (Organización de Médicos
Siniestros), el U.S. Department of Health and Human Services, y su
cabecilla el doctor Anthony Fauci (alias
doctor Carnage) junto con su “Robin Macabro” Robert Gallo, y su catedral
oscura que lleva el nombre de Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades
Infecciosas, todos pagados por el NIAID.
Thanx a todos estos bastardos HDP por hacer del mundo
una gran necrópolis.
Lo peor de todo es que la OMS sigue los parámetros
dictados por estos seres amorales, anti éticos y lúgubres. Y ¿Qué podemos decir
nosotros? – nada, solo: Gracias por defecar en las vidas de todos.
03 - Tampoco sabemos si las vacunas que vendrán (que ya tienen) servirán para sanar o
protegernos del virus, sabiendo cómo trabajan estos seres del caos no sería
extraño que ese “remedio” sea la antesala de algo peor, o sea, que sea un
detonante de otro virus más letal… y que esa vacuna nos debilite aún más el
sistema inmune.
Yo soy de los que no se vacunan, prefiero que mi cuerpo se vaya
adaptando a las vicisitudes de los males, y si me equivoco... que sea por mi culpa, y no por la culpa de esos bastardos repugnantes.
Esto va para largo… y solo queda esperar, ver las
señales, informarse y elegir por voluntad propia nuestro destino, y no darles
en bandeja de plata nuestra salud a doctores que reciben dinero por cada
“enfermo” de covid-19 que pongan en sus planillas.
Lo más denso de esta situación es que estamos tan
re-confinados que ni siquiera podemos salir a despejarnos a los bosques... porque
las carreteras están custodiadas por militares y carabineros.
Domo del ejército para el control de salida de Punta Arenas FOTO COMPARTIDA EN WASAP DE: MALBORIAN DE PROVINS |
Sé que no es
culpa de ellos, siguen mandatos… pero algunos queremos salir de la ciudad y
perdernos unos días bajo el manto alegre de la madre naturaleza, queremos
disfrutar de una linda fogata y oler esos aromas que son una mezcla entre mar y
tierra que dejan las lengas muertas.
ARMANDO CARPA-COMEDOR ANTES DE QUE LA NOCHE AUSTRAL CAIGA SOBRE LOS BOSQUES |
SATYRIAN DEL BOSKE |
BOROMHYRR |
Tal vez sean nuestros últimos amaneceres por mucho
tiempo. Si lo hacemos con responsabilidad, esto es: con mascarillas, tomando
los resguardos obvios, usando guantes, etc.,
podremos disfrutar de nuestros lugares sagrados.
JENDZEL |
BOROMHYRR, OTRA VEZ |
¿Por qué las autoridades no toman en consideración
algunas cosas extras en pos de la salud espiritual de quienes somos distintos?
Es un sueño, solo un sueño. Tengo derecho a soñar, y
es un derecho que ni la prostituida OMS ni Fauci me pueden quitar, tampoco ese
virus desgraciado.