viernes, 10 de mayo de 2024

Rezyklon presenta: La Teoría del mundo de hielo de Johannes "Hanns" Evangelist Hörbiger

 


LA TEORÍA DEL MUNDO DE HIELO

FUNDACIÓN

La Cosmogonía Glacial (Glazial-Kosmogonie) o Teoría del Hielo Universal (Welteislehre) fue desarrollada por el ingeniero austriaco Hanns Hörbiger (1860-1931), entre finales del siglo XIX y principios del XX, junto con un maestro de escuela, y astrónomo, Philipp Johann Heinrich Fauth (1867-1941).

Además de sus intereses cosmológicos, Hanns Hörbiger fue un exitoso hombre de negocios, fundando en 1900 una exitosa empresa que sigue existiendo hoy (aunque el nombre se escribe ahora Hoerbiger) de cuya dirección se retiró en 1925. Varios de sus descendientes (entre otros sus hijos Paul y Attila, su nieta Christiane y sus bisnietos Mavie y Christian Tamitz) se han dedicado al mundo de la actuación con bastante éxito, especialmente Paul en el periodo de entreguerras. También fue un defensor del uso y expansión del Occidental (más tarde renombrado como Interlingue), una lengua artificial creada en 1924, que pretendía servir como lenguaje auxiliar internacional fácilmente comprensible que, curiosamente teniendo en cuenta el entusiasmo nazi por otros aspectos del trabajo de Hörbiger, fue prohibido y perseguido cuando estos alcanzaron el poder.



Ambos presentaron su teoría inicial en su libro mastodóntico titulado, precisamente, Cosmogonía Glacial, publicado en 1912. La obra pasó desapercibida en su momento, despreciada por los investigadores serios, pero tras la Gran Guerra fue recuperada por algunos entusiastas y cobró mayor fama en los países germánicos, siendo muy poco conocida fuera de estos.

Hörbiger y sus seguidores realizaban una agresiva propaganda, publicando folletos y posters, dando conferencias e incluso creando un periódico propio: con el grandilocuente título de «La Clave de los Asuntos Mundiales». En Viena se fundaron en los años 20 dos asociaciones distintas, dedicadas ambas a popularizar estas ideas, el Instituto Hörbiger y la ‘Kosmotechnische Gesellschaft’ (Sociedad Cosmotécnica), sus miembros incluían algunos científicos e ingenieros, pero en general su popularidad fue sobre todo entre los profanos. Su actitud era agresiva, tildando a aquellos que no apoyaban sus teorías de estúpidos y tratándolos casi como enemigos personales.

 

CREENCIAS

En si misma se trata de una teoría, y una historia del universo, basada en el enfrentamiento de proporciones cósmicas entre los elementos contrapuesto del fuego y el hielo. Precisamente una de sus grandes atractivos para los nazis era como resonaba esta versión catastrofista del nacimiento del sistema solar con el nacimiento del universo según la versión de la mitología escandinava, que cuenta la Edda de Snorri Sturlasson; el ser primordial Ymir habría surgido del contacto entre el hielo que llenaba Ginnungagap («el Abismo») y el fuego eterno de Muspellheim.

Según Hörbiger, al principio habría existido una enorme bola de fuego, mucho mayor que nuestro sol actual, contra la que se habría precipitado una, no menos titánica, masa de hielo, lo que llama una «estrella muerta». Este choque habría provocado una serie de perturbaciones y procesos, que habrían dado lugar a la formación de los planetas y sus lunas, además de la misma Vía Láctea, que, lejos de estar formada por estrellas, sería un cinturón de bloques de hielo del que provendrían, también, los cometas (que estarían formados también de hielo y cuyo destino sería chocar y fundirse con el sol). Según él, la órbita de todos los cuerpos celestes sería, en realidad, espiral y con el tiempo las lunas caerían hacia los planetas y estos hacia el sol, reiniciando el ciclo.

Afirmaba que todo esto ya había pasado anteriormente, un proceso cíclico de millones de años de duración, y que la tierra habría tenido nada más y nada menos que tres lunas anteriores, que habrían chocado en distintas épocas contra la tierra, pero provocando, antes de estrellarse, una época en la que la inusual gravedad lunar habría causado importantes alteraciones biológicas en las especies terrestres, incluyendo la existencia de gigantes y el desarrollo de poderes sobrehumanos.

Todos los demás procesos cosmológicos, simples y complejos, se definían como un desarrollo de esa oposición entre el elemento fuego y el elemento hielo.

Pero Hörbiger, muy influido por ideas nacionalistas, racistas y teosóficas, no se quedaba aquí: sus libros incluían referencia a como los embriones de los arios, y no de la humanidad en su conjunto, habrían llegado desde el espacio en forma de protoplasma, conservados en el elemento hielo, o como la gran civilización aria de la Atlantida-Thule habría sido destruida por las alteraciones provocadas por la «captura» gravitatoria de nuestra actual luna, forzando a los supervivientes a refugiarse en lugares elevados como el Tíbet y otros altiplanos.

Idea esta que fue abrazada (entonces y ahora) por muchos teóricos de la desigualdad racial, que veían en esta afirmación una forma de romper la unidad evolutiva de la especie humana, argumentando que existirían dos «humanidades» diferentes y separadas.

Los elementos más, digamos, mitológicos fueron destacados por algunos de sus discípulos, como el inglés Hans Schindler Bellamy en sus libros Moons, Myths, and Man, In the Beginning God y The Book of Revelation is History. Mientras otros intentaban mantener una imagen más científica, si bien en constante enfrentamiento con las instituciones establecidas.

 

LA TEORÍA Y LOS NAZIS

Pese a la muerte del autor principal en 1931, su popularidad en Alemania y Austria, y en menor medida en Estados Unidos e Inglaterra, siguió creciendo en los años siguientes y, con la llegada al poder de los nazis, incluso recibiría ciertas formas de apoyo oficial.

Para muchos nazis, además, la forma en que Hörbiger afirmaba haber llegado a sus conclusiones, a través de una inspiración repentina en 1894, le convertía en ejemplo de la «ciencia aria» en oposición a la racionalista y materialista «ciencia judía», representada por Einstein y su teoría de la relatividad. Por otro lado, Fauth, el otro padre de la teoría junto con Hörbiger, comenzó a trabajar para la Ahnenerbe en 1937, y recibió en 1938 de Himmler el título honorífico de profesor (aunque nunca había ocupado una cátedra universitaria), hasta su muerte en 1941 aunque no se ha podido confirmar que llegara a unirse al partido nazi o las SS.

Himmler era un apasionado de esta teoría, que combinaba con sus otros muchos intereses ocultos, pero incluso el normalmente escéptico Hitler se convirtió en un defensor de Hörbiger. Incluso llegó a plantear la construcción de un observatorio en Linz (ciudad de Austria en la que el mismo pasó la mayor parte de su infancia) que mostraría en sus tres pisos las «tres grandes concepciones cosmológicas- las de Ptolomeo, Copérnico y Hörbiger» Por estos motivos una parte muy importante de los fondos de la Ahnenerbe se destinaron a cuestiones relacionadas con la Welteislehre.

 


Por ejemplo, Edmund Kiss, arqueólogo y miembro de las SS, habría publicado varios libros sobre la ciudad antigua boliviana de Tiahuanaco (o Tiwanaku) durante la década de los 30. Pero en 1937 saldría el titulado La Puerta del Sol de Tiahuanaco y la teoría del Hielo Mundial en que afirmaba que esta ciudad en ruinas del altiplano boliviano había sido levantada por arios, supervivientes de la civilización de Thule (identificable con Hiperbórea no con la cultura proto-inuit de dicho nombre), destruida por el impacto de una de las lunas primigenias de la Tierra, según él hace 17 000 años.

La famosa expedición al Tíbet de Ernst Schäfer, en la que en un principio también debía participar Kiss, de 1938-1939, tenía órdenes, también, de buscar el rastro de las migraciones prehistóricas de estos thulistas hasta el Himalaya.

De la misma manera también se puede relacionar con la Welteislehre las varias expediciones nazis a la Antártida, especialmente la de 1938-1939 comandada por Alfred Ritscher. Su principal objetivo oficial era el establecimiento de una base ballenera en la Antártida, que nunca llegó realmente a establecerse (aunque ciertos investigadores de lo oculto afirman que llegaron a establecer importantes bases secretas en territorio antártico).

Durante todos los años 30 se realizaron también importantes investigaciones en cuanto a geología, buscando encontrar el rastro de dichas catástrofes, o sobre la predicción meteorológica partiendo de estos principios, como por ejemplo la obra Zur Welteismeteorologie (1938) por el Dr. E. Dinies.

De forma similar a lo que sucedió con las sociedades ocultistas, tras la anexión de Austria en 1938 la 'Kosmotechnische Gesellschaft' fue prohibida y sus fondos incautados por los nazis y transferidos a la Ahnenerbe. El Instituto Hörbiger, una institución menor en alcance, tuvo más suerte y se mantuvo independiente y publicando sus propias actas durante algunos años más.

 

EL HIELO CÓSMICO EN EL JUEGO DE ROL

Además de servir como trasfondo para algunos de los nazis que aparezcan en la partida (junto con otras teorías igualmente alucinadas) la teoría de Hörbiger puede tener otras utilidades en la campaña. En muchas (Expedición a la Tierra Hueca, por ejemplo) ciertamente han existido antiguas civilizaciones, destruidas de forma catastrófica y largas migraciones de supervivientes a lugares como el Tíbet o México, aunque estas difieran de las fantasías racistas de Himmler y los suyos, y así podemos encontrar a los agentes de la Sociedad Thule o de la Ahnenerbe en lugares tan lejanos como esos, y otros aún más improbables, buscando restos de sus imaginarios antepasados arios.

Incluso, en una campaña con un mayor componente de ciencia ficción, estas teorías puede incluso llevarles aún más lejos, al espacio. Si los nazis cuentan en esa realidad alternativa con la ayuda de científicos como Manfelt (el científico que aparece en la película de Fritz Lang de 1929, Frau im Mond) además de Von Braun, no parece imposible que llegaran a viajar al espacio o, incluso, a establecer bases fuera de la Tierra.

Además, en una campaña conectada de alguna con los mitos de Cthulhu es muy fácil imaginar los terrores que estas investigaciones desencaminadas pueden liberar sobre el mundo: monstruosidades ocultas bajo el hielo desde tiempos remotos, como los shoggots, o caídas realmente desde el espacio, pueden ser erróneamente interpretadas como señales de ese protoplasma ario. No termina de resultar curioso que la historia primigenia descrita por los expedicionarios de ‘En las montañas de la locura’, no deje de tener sus paralelismos con algunas de las visiones de Hörbiger y Fauth.

También el universo de Hellboy, con su Ogdru Jahad encerrados en sus prisiones cósmicas que no dejan de recordar al hielo espacial, sus científicos nazis criogenizados y sus civilizaciones perdidas, puede utilizar estos materiales. En realidad, la historia de El gusano vencedor (Mike Mignola, 2001), que incluye un viaje espacial nazi, que trae a la tierra a uno de los Ogdru Hem, la semilla del Ogdru Jahad, parece directamente inspirada por la misma.

Si nos decantamos por la historia ficción podemos considerar la importancia que el hielo tuvo finalmente en la caída del Tercer Reich, con el terrible invierno ruso, ¿quizás los magos, o los tecnólogos, de Himmler fallaron a la hora de controlar el poder del Hielo Cósmico? Después del desastre de Moscú parece que el mismo Hitler le dijo a Martin Bormann:

«Yo siempre he detestado la nieve, usted lo sabe, Bormann, siempre lo he odiado. Ahora sé por qué: era un presentimiento».



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente:

aventurasextraordinarias.blogspot.com

Wikipedia

Edición final: Jarl Asathørn.