viernes, 13 de mayo de 2022

El Martillo de Asathørn: «La Última... batalla»

 


«Aún puedo sentir el llamado de los viejos hermanos, aquellos que han permanecido inmutables ante el viento, la lluvia y la nieve del sur.

 

Aún extraño las llamas, el silencio sepulcral de la soledad patagónica.

 

El tiempo-no tiempo devoró hasta la médula a quienes alguna vez profesaron amor, honor, valentía, saber, lealtad o justicia, esos juramentos están perdidos en un ayer, en algún lugar invisible de los planos astrales... hoy las causas son otras, muy lejanas a los verbos sublimes de esos inviernos fríos, llenos de vodka o conversación.

 

... son los temporales de este nuevo mundo que cambiaron los andares.

... es la inconsciencia la que duerme en los lechos cerebrales de los que alguna vez entonaron con orgullo sus creencias ancestrales.

 

Todo se perdió.

Todo se desvaneció en medio de este caos sintético de vidas binarias.

 

Casi nada permanece...

A veces, mientras llueve llegan esos clamores de antaño, ...solo a veces.

 

Los mares negros rugen como bestias, y los esclavos de otras tribus caminan de rodillas entre sus propias ruinas.

 

Las serpientes muerden cada vez más fuerte a los débiles, a los curiosos, a los incautos y a los enfermos del alma.

 

¡Cuán fácil los viejos estandartes se entregaron a la vida robótica que les dieron en bandeja!

 

Ahora, solo permanecen las Eddas, mi propia lucha y este maldito presente que se corroe entre muertos.

 

Las tormentas se llevaron la sensatez, la cordura.

 

Están perdidos en un mar de vidrios, lejos de la siguiente costa. Se olvidaron que «las migas son también pan».

 

Ahora ya sé el rumbo, el camino...

Ha sido demasiado el tiempo perdido en la búsqueda de entender, de juzgar…

Hay que comenzar de nuevo la marcha, del ocaso al amanecer».


«El héroe magallánico-vikingo, cuando despierta en él la nostalgia de los bosques de Syðgarð, se hace consciente y necesita alcanzar a comer del fruto de la existencia consciente que da la inmortalidad. Pero para ello ha de traspasar los límites de la muerte, ya que el Jardín de los Guerreros se halla más allá... Más allá del sur, del muro de hielo, de la muerte –de nuestra vida, de nuestra felicidad...

Nosotros hemos descubierto la felicidad, nosotros sabemos el camino, nosotros buscaremos y encontramos la salida de milenios enteros de laberinto»

 

Nietzsche/Adaptado por: Jarl Asathørn