Otro año en
que muchas de las grandes potencias vomitan discursos sobre «cómo cuidar y
proteger la Tierra», y son esos mismos bastardos los que contaminan el suelo,
el aire y los mares… ¡Los mismos!
¡Promesas,
promesas!
¡De cuidar
nuestro planeta, nada!
Quiero dejar
de lado a los falsos y dedicar este mini espacio a honrar a la Madre Tierra…
con 3 poemas:
El árbol
(Extracto, José Joaquín Olmedo)
«La sombra de este árbol venerable
donde se quiebra y calma,
la furia de los vientos formidable
y cuya ancianidad inspira a mi alma
un respeto sagrado y misterioso;
cuyo tronco desnudo y escabroso
un buen asiento rústico me ofrece;
y que de hojosa majestad cubierto
es el único rey de este desierto,
que vastísimo en torno me rodea;
aquí mi alma desea
venir a meditar; de aquí mi Musa
desplegando sus alas vagarosas
por el aire sutil tenderá el vuelo».
Paz
(Alfonsina Storni)
«Vamos hacia los árboles… el sueño
Se hará en nosotros por virtud
celeste.
Vamos hacia los árboles; la noche
Nos será blanda, la tristeza leve.
Vamos hacia los árboles, el alma
Adormecida de perfume agreste.
Pero calla, no hables, sé piadoso;
No despiertes los pájaros que duermen».
Grønn Tilværelse
(Jarl Asathørn)
«Es la existencia misma que en vida
nos da consuelo,
estando solos en el mundo nos abraza
con el viento y las semillas en
vuelo.
Es la madre de todos,
la que da comida, agua y misterios,
es la que sufre por sus hijos
creando caos para enderezar los
senderos.
Es la magia verde, la ira de fuego,
el tic-tac constante que nos trae
desvelo.
... es la existencia misma que en
nuestra muerte
nos da lecho en lo profundo de su seno».