miércoles, 20 de abril de 2022

«Antiguas sombras de la Tierra»

 


«La verdad es una antorcha que luce en medio de la niebla sin disiparla». 

(Claude A. Helvetius)


«Ruidos, ruidos, ruidos...

nada importante en esta miseria.

 

Mundo asqueroso, repulsivo, donde habitan entes que adoran al ofidio de ultratumba astral.

 

Ruidos, semejantes a murmullos de insectoides mega-universales, … de aquellos que escaparon del averno y del cielo, si es que existieron alguna vez.........

 

Murmullos macabros que dictan señales y palabras.......

 

Señales que quieren guiar a esta especie cobarde al abismo.

 

.... palabras que de sapiencia tienen nada.

Son azotes, insultos en el multiverso del verbo.

 

..... siempre perdidos en E+T.

 

.... nadando con suerte en las penumbras del caos.

 

.... comprendiendo las cartas cabalísticas del viejo orden......... que busca su renacer.

 

Ruidos, ruidos, ruidos...

nada importante en este cementerio de almas perdidas.

 

Mundo vomitivo, repulsivo, donde habitan monstruos que adoran al ofidio creador de basuras.

 

Entre lluvias que abandonan otoño, a .... rastras.

 

Entre decepciones que se veían en el horizonte, como sinfonías de lo oculto, con aires de Marx, con intervenciones de leviatanes, de anti-materia, pro-adam kadmones.

 

Solo queda pensar...

... reflexionar,

... buscar...

... aunque no encuentres nada.

¿Qué es nacer o morir?

¿Qué es vivir?

Vivir, una metáfora absurda del inconsciente, una premisa dictada por aquellos que dictan la realidad.

 

¿Cómo alguien puede creer o pensar que tiene algo que no conoce o que nunca ha buscado?

 

Es como creer o soñar que soy rico en la miseria.

 

Tiempos negros.

 

Tiempos de desolación.

 

Los ciclos se repiten, como estas letras…

 

los oscuros trabajan sin descanso… y siguen…

 

... siguen... ... litigando en contra de nosotros.

 

... solos en esta miseria que brilla.

 

... en...

 

... ... ... absoluta oscuridad».



«La verdad levanta tormentas contra sí que desparraman su semilla a los cuatro vientos». 

(Rabindranath Tagore)