El
triunfo de Gabriel Boric es el resultado de muchos factores que se fueron
sumando en este pedregoso camino a la Moneda. Si el gobierno de Michelle
Bachelet había dejado descontentos a los chilenos, el siguiente fue empeorando
todo, recordemos que entre Bachelet y Piñera se fueron alternando el poder en
los últimos 16 años.
Sebastián Piñera terminó por dejar casi destruida a la derecha chilensis; sin ser él de derecha, sino por asociación; por su mala administración, errores nefastos, decisiones absurdas y una continuidad patética del gobierno de Bachelet. Aquí debo señalar que fue Sebastián Piñera quien terminó sepultando las esperanzas de un gobierno de continuidad de la derecha chilena, y en el camino no hizo NADA para enmendar el rumbo perdido. Tuvo asesores nefastos y una comitiva digna de un octavo básico. A esto sumemos esa parsimonia tonta de José Antonio Kast, que casi arrastraba una mochila pesada de frases y discursos muy poco productivos. Lo vimos en los debates... un poco lento en sus propuestas, cansado, a ratos belicoso, que en la práctica ayudó de forma muy notoria a su contendiente Gabriel Boric.
En la recta final se fue desinflando por un muy mal asesoramiento de su círculo cercano.
Nunca lo vi hablando con convicción
suprema, con voz fuerte… cada intervención era una canción soporífera para
bailar un lento a las 3 de la mañana. En cambio, se vio a Boric hablando con
fuerza, directo al grano y entonando cada frase y cada falsa promesa con
claridad. Lo que ayudó bastante fue esa postura zen que adoptó, evitando las
confrontaciones, y la única vez que despotricó no le restó puntos.
Hay que
sumar los últimos 3 días donde todo se fue aclarando; por lo menos para mí;
cuando aparece de la nada este sujeto de ultraderecha – Sebastián Izquierdo – que envió el siguiente y estúpido mensaje a
través de las RRSS:
«Más que defender los votos de Kast,
objeten todos los votos de Boric. Cabros, vayan y hagan trampa, sean apoderados
de mesa y objeten todos los votos de Boric, no uno ni dos, todos los votos se
los objetan», recogió NYC.
«La victoria es más importante, la forma
da lo mismo», afirmó Izquierdo, pidiendo además que los adherentes de José
Antonio Kast «sean despiadados por Chile».
Estos
dichos fueron de inmediato recogidos por los adherentes de Boric y los
replicaron una y otra vez para enlodar; asunto que resultó; la campaña de Kast,
pero no solo su carrera presidencial, sino que también a su persona, dejando
entrever que Kast era un candidato ultra derecha tramposo, sucio, y que él
representaba una derecha dura que traería más perjuicios que beneficios para
nuestro país.
Todo este
embrollo también fue recogido por los canales izquierdistas del país que
hablaron día y noche sobre la petición imbécil que realizó Izquierdo.
Tampoco
colaboró en nada la inoportuna muerte de Lucia Hiriart de Pinochet, un deceso
que cayó en el peor momento de la campaña de Kast porque salieron temas sobre violaciones
a los derechos humanos durante la «dictadura militar» por parte de la familia
Kast, hechos que, hasta el día de hoy, que yo sepa, no hay pruebas concretas
sobre el tema, pero eso no impide que todo lo que se hable afecte la imagen de
un candidato que está a horas de competir por la banda presidencial. El pueblo
siempre se queda con la primera impresión, no les importa si es verídica o no.
Todos
estos eventos inoportunos terminaron sepultando cualquier opción de Kast de
llegar a la Moneda.
Gabriel Boric representa una coalición de seres oscuros que aman el poder, esperaron años y años, trabajando en las sombras para llegar por fin a esa casa de gobierno y ser los soberanos de Chile.
Ahora todo queda en la incertidumbre, el
temor a convertirnos en una eventual Venezuela es el miedo que tiene en ascuas
a muchos chilenos.
Un gobierno de comunistas no da confianza, sabemos lo que ellos representan y lo que buscan… lo más extraño es que quienes votaron por Boric creen a pie juntillas que él es una especie de «salvador» que traerá «paz», «armonía» y «progreso» a niveles mega industriales.
Aquellos ilusos que ayer marcharon,
cantaron, saltaron y eran felices como si hubiera llegado un mesías a sacarlos
del infierno no ven la realidad del mundo, incluso no ven ni entienden la
realidad global… «El infierno está
pavimentado de buenas intenciones.»
Considero
que es muy apresurado sacar conclusiones absolutas sobre un gobierno que aún no
asume su rol… no podemos sacar deducciones «sanedrínicas» sobre quién es
Boric, los monstruos no muestran su esencia cuando los conoces, eso hay que
dejárselo a la marcha carnívora del tiempo.
Las
expectativas sobre el nuevo elegido para dirigir el destino de la Patria son
muy bajas para quienes son anticomunistas, y demasiado altas para quienes
añoran cambiar sus vidas solo por elegir un presidente.
El
comunismo es una creación judía para dividir las masas, una sopa agria creada
para los ilusos, y este movimiento político tan repudiable solo suma
desgracias, millones de muertes y hambre. Ejemplos son muchos.
Boric es
un convencido de que él será quien gobierne y repitió muchas veces que nadie
decidirá por él, ni personajes ni partidos… bueno, esa está por verse, tal vez
el mejor estreno del 2022 sea ver a Boric-títere.
Muchos
saben que si el nuevo mandatario no cumple con las promesas de campaña comenzarán las marchas
y todo el canibalismo criollo-nortino que estamos ya – negativamente – acostumbrados a ver.
¿Cuánto
durará la paz y armonía de los adherentes al nuevo mandamás de la patria?
¿Veremos
a la indecente y rota de Izkia Siches dominando al presidente «de todos los
chilenos»?
¿Qué
pasará con aquellos personajes repugnantes y agrios que rodean el izquierdismo
nacional?
¿Qué será
de Daniel Jadue, Pamela Jiles, Guillermo Teillier y otros chacales del
comunismo?
¿Llegarán
a ser parte de la nueva administración «Borichiana»?
¿Los
veremos como nuevos ministros en alguna cartera?
Cuando
Gabriel Boric dice que él quiere ser el presidente de todos los chilenos suena
a verborrea mediática y no a una realidad, sabemos que este nuevo gobierno
izquierdista será el gobierno de gays, mujeres pro aborto, feminazis,
mapuches terroristas, LGBTIQ+, lumpen y escorias variadas. Esa es la realidad.
¿Cuántos
meses pasarán para que aparezca una dictadura izquierdista o sanitaria en
Chile?
Son
muchas las preguntas que quedarán en el tintero.
«El preludio a la
muerte es peor que la muerte misma.»