Cada año, en esta misma fecha, se realizan congresos y
reuniones para analizar el cambio climático, las energías renovables y otras
cosas para «mejorar» la calidad de vida en nuestro planeta… pero todo queda en «buenas intenciones» – si es que las hay – y nunca se logran concretar en la práctica
los resultados de esas cumbres que pretenden ayudar a nuestra madre Tierra.
Siguen las deforestaciones criminales en la amazonía y los
incendios provocados por estúpidos que reciben dinero a cambio de limpiar zonas
que les pertenecen a las tribus que han vivido en ese lugar antes de la llegada
de los portugueses. Y es, hoy, el presidente Bolsonaro, el culpable de este
terrible cataclismo verde que se vive en las forestas brasileras, un seudo
líder de poca estima, una asquerosa rata derechista que vela por los intereses
de los adinerados y que piensa poco o nada en las consecuencias futuras a
nuestro falso orbe azul.
Japón lanza al mar (decisión
que tomaron este mes, el día 13, y sin pedirle permiso a nadie), o pensaba
lanzar, no lo sé, cantidades horribles de aguas contaminadas al mar que
provienen de las instalaciones de Fukushima Daiichi, provocando con esto un daño
irreparable a los habitantes del mundo marino, y al mismo tiempo, matando zonas
del mar donde viven especies que nos sirven de alimento. Y hasta el día de hoy,
todavía no he visto una súper declaración del gobierno nipón respecto al daño
que han provocado gracias a sus plantas nucleares que suponían una mejor «calidad» de vida… energía limpia que bajaría los costos de la vida misma, sin embargo,
un tsunami castigó a esta isla y provocó un desastre, que no alcanzó a ser otro
Chernóbil.
La caza furtiva de ballenas de los japoneses (otro regalo de ellos), invadiendo aguas
internacionales para depredar a estas hermosas criaturas del mar, y solo por
algunos beneficios que dan estos cetáceos.
La caza indiscriminada de los mismos japoneses, una vez más,
de los delfines, matanzas sangrientas sin sentido y que dejan por el piso la
palabra razón y conciencia.
Megas empresas que invaden terrenos limpios para instalar
represas que destruyen el entorno prístino de zonas que jamás deberían ser
destruidas, y esto es gracias a los gobiernos que se venden por algunas
monedas, gobiernos dirigidos por descerebrados que no piensan en el daño que se
causa. Empresas extranjeras que actúan como castores industriales talando
bosques y re-encausando torrentes naturales. Y en Tierra del Fuego, se hacen
esfuerzos titánicos para eliminar a una especie invasora introducida desde
argentina y que destruye los bosques magallánicos, y hoy se permite la caza de
este animal tan nefasto para la fauna regional.
Y yo me pregunto:
Si se paga por cazar a este animal: el castor; ¿Por qué no se
paga por aniquilar a las empresas «castoríferas» que quieren instalar sus represas
en Chile?
Nuestros mares están llenos de islas de plástico, y se calcula
que hay aproximadamente 9 o 10 billones de piezas hechas de este asqueroso
material… y se están haciendo esfuerzos por erradicar de los océanos esta
gigantesca contaminación que ha matado y herido a miles y miles de especies
marinas.
¿Qué han hecho la ONU u otros organismos mundiales para ayudar
a limpiar los mares? – NADA. Están más preocupados de la política que ellos
quieren imponer en el mundo, para su Nuevo Orden Mundial.
Los chinos están acabando sistemáticamente con las especies
nativas de las regiones de su país vendiendo y comiendo todo lo que se mueva, y
esto conlleva que al alimentarse de esos animales haya cruces virales inter
especies y una vez más estemos sometidos a otra enfermedad «casual creada por
la naturaleza».
La caza de tiburones para quitarles de forma tortuosa sus
aletas para usarlas como elementos “viagrales”, porque al parecer, los
orientales tienen grandes problemas sexuales.
Y nadie hace nada, y siguen los organismos internacionales sin
emitir una reprimenda a estos países por violar todos los derechos que se deben
proteger con dientes y muelas. No es de extrañar, por lo tanto, este
resentimiento hacia los chinos u orientales que hoy se está dando en algunos
países.
Otra imbecilidad que rejuran año a año, es cambiar los
combustibles fósiles por energías limpias y renovables, y nunca pasa nada… es
obvio, los mega millonarios jamás van a dejar que eso pase y seguirán
engordando los bolsillos y el culo sin importarles una mierda la contaminación
que trae consigo la quema de combustibles. Y nuevamente, los gobiernos tampoco
dan señales de que quieran cambiar el modelo de combustibles fósiles, y es
porque reciben tajadas de la torta negra. Los intereses maquiavélicos están por
sobre la salud de la población mundial.
Todo esto que señalo solo es la punta de un gigantesco iceberg
que huele a podredumbre y que nunca ha beneficiado a la Madre Tierra.
La palabrería no sirve de nada sin las acciones.
Nuestra Tierra – redonda,
geoide o plana – se merece una especie que la respete y la cuide.
Mis saludos a la verdadera madre de las madres, que nos
alimenta y nos cobija desde su nacimiento.
Este es
mi humilde saludo a través de una reflexión sudri-vikingr.
¡SKÅL!
Fuentes:
IMGs – infosudoeste.com.ar