jueves, 22 de abril de 2021

[Reflexiones en el Día de la Madre Tierra]

 


Cada año, en esta misma fecha, se realizan congresos y reuniones para analizar el cambio climático, las energías renovables y otras cosas para «mejorar» la calidad de vida en nuestro planeta… pero todo queda en «buenas intenciones» – si es que las hay – y nunca se logran concretar en la práctica los resultados de esas cumbres que pretenden ayudar a nuestra madre Tierra.

Siguen las deforestaciones criminales en la amazonía y los incendios provocados por estúpidos que reciben dinero a cambio de limpiar zonas que les pertenecen a las tribus que han vivido en ese lugar antes de la llegada de los portugueses. Y es, hoy, el presidente Bolsonaro, el culpable de este terrible cataclismo verde que se vive en las forestas brasileras, un seudo líder de poca estima, una asquerosa rata derechista que vela por los intereses de los adinerados y que piensa poco o nada en las consecuencias futuras a nuestro falso orbe azul.

Japón lanza al mar (decisión que tomaron este mes, el día 13, y sin pedirle permiso a nadie), o pensaba lanzar, no lo sé, cantidades horribles de aguas contaminadas al mar que provienen de las instalaciones de Fukushima Daiichi, provocando con esto un daño irreparable a los habitantes del mundo marino, y al mismo tiempo, matando zonas del mar donde viven especies que nos sirven de alimento. Y hasta el día de hoy, todavía no he visto una súper declaración del gobierno nipón respecto al daño que han provocado gracias a sus plantas nucleares que suponían una mejor «calidad» de vida… energía limpia que bajaría los costos de la vida misma, sin embargo, un tsunami castigó a esta isla y provocó un desastre, que no alcanzó a ser otro Chernóbil.

La caza furtiva de ballenas de los japoneses (otro regalo de ellos), invadiendo aguas internacionales para depredar a estas hermosas criaturas del mar, y solo por algunos beneficios que dan estos cetáceos.

La caza indiscriminada de los mismos japoneses, una vez más, de los delfines, matanzas sangrientas sin sentido y que dejan por el piso la palabra razón y conciencia.

Megas empresas que invaden terrenos limpios para instalar represas que destruyen el entorno prístino de zonas que jamás deberían ser destruidas, y esto es gracias a los gobiernos que se venden por algunas monedas, gobiernos dirigidos por descerebrados que no piensan en el daño que se causa. Empresas extranjeras que actúan como castores industriales talando bosques y re-encausando torrentes naturales. Y en Tierra del Fuego, se hacen esfuerzos titánicos para eliminar a una especie invasora introducida desde argentina y que destruye los bosques magallánicos, y hoy se permite la caza de este animal tan nefasto para la fauna regional.

Y yo me pregunto:

Si se paga por cazar a este animal: el castor; ¿Por qué no se paga por aniquilar a las empresas «castoríferas» que quieren instalar sus represas en Chile?

Nuestros mares están llenos de islas de plástico, y se calcula que hay aproximadamente 9 o 10 billones de piezas hechas de este asqueroso material… y se están haciendo esfuerzos por erradicar de los océanos esta gigantesca contaminación que ha matado y herido a miles y miles de especies marinas.

¿Qué han hecho la ONU u otros organismos mundiales para ayudar a limpiar los mares? – NADA. Están más preocupados de la política que ellos quieren imponer en el mundo, para su Nuevo Orden Mundial.

Los chinos están acabando sistemáticamente con las especies nativas de las regiones de su país vendiendo y comiendo todo lo que se mueva, y esto conlleva que al alimentarse de esos animales haya cruces virales inter especies y una vez más estemos sometidos a otra enfermedad «casual creada por la naturaleza».

La caza de tiburones para quitarles de forma tortuosa sus aletas para usarlas como elementos “viagrales”, porque al parecer, los orientales tienen grandes problemas sexuales.

Y nadie hace nada, y siguen los organismos internacionales sin emitir una reprimenda a estos países por violar todos los derechos que se deben proteger con dientes y muelas. No es de extrañar, por lo tanto, este resentimiento hacia los chinos u orientales que hoy se está dando en algunos países.

Otra imbecilidad que rejuran año a año, es cambiar los combustibles fósiles por energías limpias y renovables, y nunca pasa nada… es obvio, los mega millonarios jamás van a dejar que eso pase y seguirán engordando los bolsillos y el culo sin importarles una mierda la contaminación que trae consigo la quema de combustibles. Y nuevamente, los gobiernos tampoco dan señales de que quieran cambiar el modelo de combustibles fósiles, y es porque reciben tajadas de la torta negra. Los intereses maquiavélicos están por sobre la salud de la población mundial.

Todo esto que señalo solo es la punta de un gigantesco iceberg que huele a podredumbre y que nunca ha beneficiado a la Madre Tierra.

La palabrería no sirve de nada sin las acciones.

Nuestra Tierra – redonda, geoide o plana – se merece una especie que la respete y la cuide.

Mis saludos a la verdadera madre de las madres, que nos alimenta y nos cobija desde su nacimiento.

Este es mi humilde saludo a través de una reflexión sudri-vikingr.

¡SKÅL!

 


 

 

Fuentes:

IMGs – infosudoeste.com.ar