sábado, 21 de noviembre de 2020

Lo que sobró de Halloween


 Hoy les traigo unos cuentos cortos de misterio que encontré en la red, pensaba publicarlos en Halloween pero no alcancé, de todas formas léanlos, son bastante entretenidos.

Los créditos son para la página donde los encontré.

 

«NANAS»

por Ary Blue

«Adoro las nanas que me canta mi padre cada noche, antes de dormir. Su voz suena fenomenal gracias al eco en las paredes de madera. Mi madre, sin embargo, dice que no son horas de ir al cementerio.»

 

«ELLOS»

por Sora Sans

«Encendió la lamparita que los ayudaba a dormir. Los arropó en sus camas y les dio el rutinario beso de buenas noches. Mientras entornaba la puerta y los miraba con una sonrisa de amor, la oyeron susurrar: Ya vienen.»

 

«ENTONCES»

por Miguel Ángel Blazquez

«Al coger su pala prometió a su mujer e hijos que sería su último trabajo como enterrador. Su corazón se arrugó al darse cuenta de que ellos ya no podían oírle.»

 

«ENTRE SANGRE Y RASTROJOS»

por Cristina Vallet

«No se me van de la cabeza los gritos de mamá diciéndome que me esconda entre los rastrojos. Veo mucha sangre, sangre por todas partes. Al rato los monstruos se van. No hay mayor historia de terror que la de un país en guerra...»

 

 «VAMPIRESA»

por Vanessa Gisela

«Llegó a su casa, salió a su encuentro, el de excesos sexuales ella de hambre de sangre, corazón latente bajo sus dientes y le mordió el amor y bebió sus fluidos y lo dejó tendido allí dormido, lavó sus manos como navajas y se fue eterna a su próximo encuentro...»

 

«INVERNO»

por Nieves Moreno Rodado

«Siempre supe que el frío traía la muerte. Y luché por mí como nadie para que (el miedo) no helara mis huesos. Pero ahí estaba, con su túnica negra, mirándome de frente, queriendo llevarme. O eso creía yo, O eso creía ella...»

 

«HERMANITOS CRANDALL»

por Boris Ulianov

«—¡Truco o treta! — dijeron los niños. —Treta— respondió el viejo, con un rictus. Nadie supo más nada de los Crandall.»

 

«SAN PATRICIO»

por Maximiliano Marcos

«Camina las calles de Dublín y cientos de ojos murmuran al observarlo. Entra a un bar y se pide ocho cervezas. El mozo lo atiende con asombro y temor. Se va a su casa y entre botellas vacías de alcohol encuentra un cadáver. Es el suyo. Ahora sí entiende todo.»

 

«FILICIDA»

por Fabián Buitrago

«Un haz arrebató su atención. Se proyectaba desde la ensangrentada hoja de metal del cuchillo dispuesto en la mitad del mesón. La realidad de su soledad se esfumó, dejándolo inmerso en un reino de terror basado en el sinnúmero de pensamientos que trataban de negar la muerte de su hija...»

 

«VITRO»

por Jarno Millersønn

«Lo miro directo... apenas puedo respirar. Me observa, … con esos ojos que son como un abismo. Intento hablarle, pero no puedo mover los labios, ni emitir sonido alguno. Estoy a su merced ycada vez que lo miro profundo es más horrible.

Acerco mi mano... es frío, transparente. Me volteo y veo los cadáveres de 4 hombres en el suelo.

No, no puede ser... es...

Soy yo... frente al espejo.»